EL anuncio por la ministra de Interior austriaca, Johanna Miki-Leitner, de que su país levantará “barreras técnicas” en su frontera con Eslovenia, la advertencia del primer ministro esloveno sobre la construcción de otra valla en su frontera con Croacia, las quejas del ministro alemán de Interior, Thomas de Maiziere, por la llegada “descontrolada” de refugiados a Baviera desde Austria... confirman que el enorme problema de la Unión Europea con la acogida humanitaria tiene forma de dominó que salta de país a país -Grecia, Hungría, Croacia, Eslovenia, Austria, Alemania...- y provoca reacciones que colisionan con principios sobre los que se ha construido la Unión.

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