A medio año de la segunda presidencia de Donald Trump, sus rivales en el Partido Demócrata andan buscando un antídoto para oponerse de manera efectiva al actual ocupante de la Casa Blanca y abrir el camino para una transición que les devuelva el poder.
De momento, semejante figura sigue sin aparecer, hasta el punto de que la fracasada candidata para suceder al antiguo presidente demócrata Joe Biden sigue en las listas de posibles candidatos, lo que no augura nada bueno para el futuro inmediato del Partido Demócrata.
El principal problema para la oposición podría ser que su mensaje en estos momentos tan solo apela a las tendencias más progresistas de la sociedad, lo que no es un buen augurio para futuros triunfos electorales: la mayoría de la población se halla en el centro político y está más interesada por su quehacer económico diario que por diatribas de partidom, experimentos sociales o posiciones maximalistas.
El candidato que parece esperar a tomar su turno es el gobernador de California Gavin Newson, un hombre que cuenta como principal argumento que se halla al frente del estado más populoso y próspero del país: California no es sólo el estado más rico en Norteamérica, sino que en 2024 se convirtió en la cuarta economía del mundo, detrás de Estados Unidos, China y Alemania.
Los números le son favorables, pues probablemente contaría con el apoyo de su propio estado que, con casi 40 millones, es el de mayor población en el país y le garantizaría 55 de los 270 votos electorales para llegar a la Casa Blanca. Pero la sociedad norteamericana está hoy muy polarizada y esta ventaja podría no ser suficiente, como ya le ocurrió a la última candidata presidencial, la vicepresidenta y ex senadora por California Kamala Harris, quien perdió las elecciones frente a Donald Trump.
Es probable que Newson presente su candidatura, pero las simpatías del resto del país por California no son grandes y los mismos rasgos de personalidad que lo hacen atractivo en su estado, son poco apreciados entre el electorado que llevó a Trump a la presidencia, en buena parte porque Newson parece más próximo a las posiciones progresistas rechazadas ya en las últimas elecciones.
Al otro extremo del país, en la ciudad de Nueva York, la situación tampoco indica avances políticos para el Partido Demócrata: el ganador en sus recientes elecciones primarias es un político de origen extranjero, musulmán y comunista, que provocaría importantes cambios en una ciudad que va perdiendo población desde hace tiempo, hadta pasar del mayor censo del país en 1900, al cuarto de hoy en día.
Igual que California, Nueva York vive un éxodo de sus habitantes más pudientes hacia estados como Florida o Texas, donde la presión fiscal es mucho menor y que le han sobrepasado ya en número de habitantes.
El vasto centro del país no parece simpatizar con ninguno de los dos grandes estados emblemáticos del este y el oeste norteamericanos y el Partido Demócrata parece abocado, por el momento, a una larga estadía en la oposición.
Esto no significa que los republicanos puedan dormirse en sus laureles: no solamente que la situación económica puede cambiar rápidamente si los déficits acumulados ya se hacen insostenibles, sino que la orientación política del país también puede girar, especialmente si los demócratas descubren a un líder capaz de atraer e la población.
El actual presidente Donald Trump ya no podrá presentarse a futuras elecciones porque la constitución norteamericana limita a dos los mandatos presidenciales.
Algo semejante le ocurrió al Partido Demócrata en 1992, cuando un desconocido Bill Clinton, gobernador de un pequeño estado sureño llenó el espacio político brindado por el primer presidente Bush, quien perdió las elecciones a pesar de haber tenido un apoyo popular del 90% el año anterior, después de la primera guerra del Golfo Pérsico.
A pesar de todos los cambios en la sociedad norteamericana, este sigue siendo un país joven y dinámico, donde surgen movimientos y tendencias en poco tiempo con profundos efectos en la sociedad, economía y, naturalmente, las elecciones del país.