Las fuerzas ucranianas prosiguieron el jueves sus rápidos avances en la región rusa de Kursk y alcanzaron zonas situadas a 35 kilómetros de la frontera entre ambos países, según concluye el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) en su último análisis basado en imágenes geolocalizadas y de blogueros. Pequeños grupos ucranianos avanzaron hasta Kromskié Biki y Moliutino en el norte, según el ISW, a 17 kilómetros al sureste de Lgov y a unos 48 kilómetros al suroeste de la central nuclear de Kursk.
En el noroeste, la fuerza atacante ucraniana también capturó Novoivanovka y avanzó por la carretera hacia Korenevo, donde los combates habían continuado, mientras que en el este alcanzó Martinovka. Según el ISW, “pequeños grupos blindados ucranianos” aprovechan “la baja densidad” de militares rusos en la región y avanzan en profundidad hacia la retaguardia rusa ya que logran sortear las fortificaciones rusas sin necesidad de derrotar a todas las fuerzas rusas allí presentes y poner a toda la zona bajo control.
Sin embargo, “unidades ucranianas más grandes” operan en algunas zonas de la región de Kursk más cercanas a la frontera y “están consolidando y fortificando algunas posiciones”, según el ISW. Unos trece camiones, que se cree transportaban reservas que Rusia intentó dirigir a la zona de incursión en Kursk, fueron destruidos, según confirmó DeepState, un portal ucraniano que analiza a diario los acontecimientos en la línea del frente.
DeepState se convirtió en el primer recurso ucraniano importante en publicar algunos otros detalles sobre la operación, aunque limitándose al primer día de la incursión, el 6 de agosto.
La mayoría de las fuentes ucranianas y todas las oficiales, como el Estado Mayor del Ejército Ucraniano, guardan silencio sobre los detalles de la incursión en curso. Según DeepState, las fuerzas de defensa de Ucrania lanzaron el ataque el martes cerca de las aldeas de Sverdlikovo y Oleshnia, cuyo control se logró tras un combate breve o inexistente. Dos pequeñas unidades rusas también fueron cercadas en el paso fronterizo de Sudzha, mientras que las fuerzas rusas en la cercana Gornal también fueron cercadas y se escondieron en un monasterio local.
Grupos de vanguardia alcanzaron la localidad rural de Goncharovka y los suburbios de la ciudad de Sudzha, mientras que combates de una intensidad aún desconocida comenzaron el martes cerca de la aldea de Zelenyi Shliakh. “El enemigo logró detener el primer asalto en Nikolaevo-Darino, pero no por mucho tiempo”, según DeepState. Los analistas argumentan que Ucrania carece de reservas para estabilizar allí la situación, especialmente en Pokrovsk, con las fuerzas rusas a solo 15 kilómetros.
14 muertos por un misil
Por otro lado, la Fiscalía de Ucrania confirmó ayer en un nuevo balance que once personas han muerto y 43 han resultado heridas ayer como consecuencia del impacto de un misil de precisión lanzado por el Ejército ruso contra un supermercado y zonas aledañas en la localidad de Kostantínovka, muy próxima al eje del frente oriental de los combates, en la provincia de Donetsk. El ataque tuvo lugar en torno a las 12.40 horas, según ha informado el jefe de la administración local ucraniana, Vadim Filashkin. Aunque el bombardeo se concentró especialmente en el supermercado, también fueron alcanzadas cuatro viviendas particulares, así como un lavadero de coches.
El Ministerio de Defensa de Ucrania ha informado de que el ataque, atribuido en un primer momento a un bombardeo de artillería, fue efectuado por un misil Kh-38. El incendio que se originó en las instalaciones como consecuencia del ataque fue apagado por los bomberos, tal y como informó el ministro del Interior, Igor Klimenko. “El enemigo ataca, nosotros salvamos y protegemos”, escribió en su Telegram.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, hizo saber que el ataque también alcanzó una oficina de correos que estaba al lado del supermercado y que había varias personas entre los escombros, antes de denunciar lo ocurrido como un ataque terrorista. Entre otras reacciones del Gobierno ucraniano contra el ataque se encuentra la del asesor presidencial, Andrei Yermak, quien también denunció que el bombardeo contra el supermercado “es otro acto de terrorismo de los rusos”.