Ucrania retomó ayer la iniciativa en el frente, donde Rusia y medios occidentales informan sobre el comienzo de su contraofensiva, y también en la zona del desastre provocado por la destrucción de la presa de Kajovka, visitada por su presidente, Volodímir Zelenski. “La evacuación continúa. ¡Bajo el fuego! La artillería rusa continúa disparando, sin que importe nada. ¡Salvajes!”, dijo Zelenski, que volvió a calificar de “acto terrorista” ruso la destrucción de la central hidroeléctrica en el río Dniéper, que ha causado graves inundaciones. Rusia, cuyo territorio bajo su control resultó más afectado por las inundaciones, respondió ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya al acusar a Kiev de volar la presa con “ataques de artillería”.

Sin previo aviso, Zelenski se personó ayer en la región sureña de Jersón para coordinar las operaciones de rescate y emergencia tras la inundación de una superficie de 600 kilómetros cuadrados, el área urbana de capitales como Santiago de Chile o Teherán. “Nuestra tarea es salvar vidas y ayudar al mayor número de gente posible. Es importante calcular el daño y destinar fondos para compensar a los vecinos afectados por el desastre”, subrayó.

Zelenski admitió que la situación en la parte de Jersón ocupada es “absolutamente catastrófica” y acusó a Moscú de abandonar a la gente a su suerte sin agua, comida y atención médica en los tejados de las localidades inundadas. “Y esto es otro crimen deliberado de Rusia: después de que el Estado terrorista haya causado el desastre, también maximiza los daños”, denunció.

Decenas de muertos

Asimismo, resultó afectada la región vecina de Mikoláyiv, adonde también se desplazó Zelenski, quien denunció la inundación de la principal estación de bombeo del canal del río Inhulets y de 3.000 hectáreas de bosques.

Mientras las autoridades rusas estimaron en cinco los muertos en las inundaciones, las ucranianas informaron sobre tres fallecidos más en la parte ocupada, cifras que probablemente aumentarán en los próximos días, ya que se desconoce el número de desaparecidos.

A esto hay que sumar las dos personas muertas durante los ataques ucranianos contra un punto de evacuación en la ocupada localidad de Hola Pristan, según el gobernador interino ruso de Jersón, Vladímir Saldo. En cuanto a los evacuados, Moscú y Kiev informaron de 6.700 rescatados, aunque los niveles de agua ya han empezado a descender en algunos lugares.

Contraofensiva en marcha

Mientras ambos bandos se lamen las heridas, medios estadounidense, que citan fuentes cercanas a Zelenski, hablan del comienzo de la esperada contraofensiva ucraniana. Según las fuentes, esas operaciones tienen lugar en el sureste del país con la participación de unidades especiales equipadas con armamento occidental.

El objetivo sería llegar a la frontera administrativa de la anexionada península de Crimea, pero antes habrá que liberar las ciudades de Melitópol y Energodar, que da acceso a la central nuclear de Zaporiyia, bajo control ruso desde hace un año.

El Ejército ucraniano sólo reconoció públicamente haber logrado avanzar más de un kilómetro en la zona de Bajmut, bastión controlado por las tropas rusas. Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, informó ayer de que el Ejército ucraniano intentó en vano romper las líneas defensivas rusas en cuatro sectores del frente en Zaporiyia con una brigada motorizada de 1.500 personas y 150 vehículos blindados.

Según la Inteligencia británica, en la mayoría de sectores del frente el Ejército ucraniano cuenta con la iniciativa, a lo que hay que sumar el fracaso de las unidades de asalto chechenas para tomar la ciudad de Márinka, en las afueras de la ciudad de Donetsk.

A esto también contribuye el hecho de que el agua liberada por la presa inundó las posiciones defensivas rusas en la margen izquierda del Dniéper, lo que obligó a sus soldados a retirarse hasta 15 kilómetros, según Kiev. – Efe

En corto

Apoyo de la OTAN. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó ayer a los aliados a proporcionar apoyo “con toda prontitud” a Ucrania, tras la destrucción de la presa de Kajovka. Stoltenberg afirmó que las consecuencias de la destrucción de esta presa para miles de personas y para el medio ambiente “son dramáticas”.

Riesgo de cólera. La técnico oficial del Programa de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Teresa Zakaria, advirtió ayer del riesgo de cólera en las áreas afectadas por la destrucción de la presa. “Las muestras ambientales muestran que el patógeno existe”, alertó Zakaria en rueda de prensa desde Ginebra.

Petición denegada a la ONU. Naciones Unidas solicitó ayer sin éxito el acceso a las zonas anegadas por la destrucción de la presa y que están bajo dominio ruso, según confirmó la propia organización en un comunicado.