El consumo de alcohol antes de conducir es uno de los principales factores de riesgo en la seguridad vial. Actualmente, la tasa máxima de alcohol permitida para conductores en el Estado es de 0,5 gramos por litro de sangre, un límite que la Dirección General de Tráfico (DGT) está estudiando reducir drásticamente.

El objetivo es minimizar los accidentes de tráfico asociados al consumo de alcohol, rebajando esta cifra a 0,2 gramos por litro, lo que supondría un cambio importante en la conducta de muchos conductores. Ante esta posible reducción, surge una pregunta clave: ¿cuántas cervezas o copas de vino se pueden consumir sin superar el límite propuesto? Aunque no hay una respuesta exacta, ya que varios factores influyen en la absorción del alcohol, en este artículo se intenta arrojar algo de luz sobre este tema y cómo afectaría la nueva normativa.

¿Cuántas cervezas, vinos o copas se pueden tomar?

Si se aprueba la reducción de la tasa máxima de alcohol permitida a 0,2 gramos por litro de sangre (0,1 mg/l en aire espirado), la cantidad de bebidas alcohólicas que se podrían ingerir sin superar este umbral sería extremadamente limitada. Actualmente, con la tasa de 0,5 g/l en sangre, un hombre de complexión media, es decir, entre 70 y 90 kilos, podría tomar aproximadamente dos cervezas pequeñas o un vaso de vino antes de rozar el límite legal. Sin embargo, con la nueva normativa, la realidad sería mucho más restrictiva.

Con la tasa propuesta de 0,2 g/l, un hombre de estas características podría no ser capaz de consumir más de una cerveza de 200 ml (5% de alcohol) sin superar el límite. En el caso de una mujer con un peso inferior, el margen sería aún menor, ya que las mujeres suelen tener una mayor concentración de alcohol en sangre debido a diferencias metabólicas. Para ellas, una simple copa de vino o un vermut pequeño podría ser suficiente para dar positivo en un control.

Los destilados como el ron, whisky o ginebra, que contienen una mayor concentración de alcohol, podrían hacer que el límite se sobrepase aún más rápidamente. Un chupito de licor o una copa combinada con una bebida gaseosa probablemente harían que un conductor dé positivo sin haber consumido más de una bebida. Por tanto, con el nuevo límite, la recomendación más segura sigue siendo evitar completamente el alcohol si se tiene intención de conducir.

Brindis con amigos Freepik

Tasas de alcoholemia y multas propuestas

El anuncio de una posible reducción de la tasa de alcoholemia ha generado un debate sobre las consecuencias de estas medidas. En la actualidad, la normativa establece diferentes límites para conductores generales y para conductores noveles (con menos de dos años de carné) y profesionales, que tienen una tasa máxima permitida de 0,3 g/l en sangre.

Con la nueva propuesta, la tasa de 0,2 g/l se aplicaría a todos los conductores, sin importar su experiencia o profesión. Esta reducción busca adaptarse a las normativas más estrictas que ya aplican en otros países europeos, donde los límites son más bajos. Por ejemplo, en países como Suecia y Noruega, el límite permitido es de 0,2 g/l, mientras que en otros como Estonia o Polonia, el límite es de 0,0 g/l, es decir, tolerancia cero al alcohol.

Las sanciones por exceder estos límites siguen siendo severas, y aumentan a medida que la tasa de alcoholemia es mayor. Conducir con más de 1,2 g/l en sangre se considera un delito penal, sancionado con penas de cárcel de entre tres y seis meses, así como la retirada del carné de conducir y multas considerables. Con las nuevas tasas propuestas, es probable que también se incrementen las sanciones por superar los umbrales más bajos de alcoholemia.

Hombre evita que su amigo conduzca después de haber bebido Freepik

Factores que influyen en la prueba de alcoholemia

Es importante tener en cuenta que no todos los organismos reaccionan de la misma manera al consumo de alcohol. El nivel de alcoholemia en sangre depende de varios factores que influyen directamente en cómo el cuerpo procesa el alcohol. Entre estos factores destacan el peso, el sexo, la edad, la velocidad de consumo y si se ha ingerido o no comida antes de beber.

  • Peso: Las personas con mayor masa corporal tienden a absorber el alcohol de manera más lenta. En personas más delgadas, el alcohol se concentra más rápidamente en la sangre, lo que eleva las tasas de alcoholemia con menos cantidad de bebida.
  • Sexo: Las mujeres, por lo general, metabolizan el alcohol de manera diferente a los hombres. A igual cantidad de alcohol, una mujer suele alcanzar una tasa de alcoholemia más alta que un hombre, debido a la menor cantidad de agua en su cuerpo, lo que provoca que el alcohol se diluya menos.
  • Velocidad de consumo: Beber de manera rápida provoca que el alcohol llegue al sistema sanguíneo más rápidamente, lo que aumenta las probabilidades de alcanzar el límite legal.
  • Presencia de alimentos: Consumir alcohol con el estómago vacío hace que la absorción sea más rápida y que la tasa de alcohol en sangre suba de manera más brusca. Comer antes o durante el consumo de alcohol puede ralentizar este proceso.
  • Edad: Los adultos mayores suelen metabolizar el alcohol de manera más lenta, por lo que una pequeña cantidad de alcohol puede tener un impacto mayor en su organismo.

En resumen, aunque el consumo de alcohol siempre conlleva un riesgo cuando se va a conducir, la posible reducción de la tasa de alcoholemia a 0,2 g/l implicaría que incluso pequeñas cantidades de alcohol podrían hacer que se dé positivo en un control. La mejor recomendación sigue siendo evitar por completo el alcohol si se tiene intención de conducir, garantizando así la seguridad propia y la de los demás en la carretera.