En el mapa festivo de Bizkaia, otra referencia indiscutible es la Sala Sonora, en Astrabudua. Su socio fundador, Diego Maestre, lleva semanas preparando la Nochevieja con un foco claro: la seguridad. “La principal diferencia de un cotillón en Sonora respecto a cualquier otro es la seguridad”, afirma sin rodeos. Maestre recuerda que la mayoría de locales de Bilbao, a excepción de la sala de Bolueta, no pasan controles específicos de aforo, decoración inflamable o presencia de menores, quedando todo supeditado a la profesionalidad del hostelero.
La seguridad en el centro
Sonora ha hecho de esa profesionalización su seña de identidad. Con una capacidad de 1.430 personas, la sala ha demostrado músculo trayendo artistas de primer nivel como Wade, con más de 900.000 seguidores en redes sociales, y prepara ahora una oferta especial de cara al fin de año. La entrada para el cotillón de Nochevieja cuesta 45 euros e incluye cuatro copas, además de una entrada con copa para el viernes 2 y un pase con chupito para la noche de Reyes. También oferta una pulsera VIP de 100 euros con ocho copas y reservados desde 240 euros.
A un paso del Metro
“La filosofía de Sonora, tanto en Nochevieja como el resto del año, es buen servicio, mejor sonido y una ubicación única que te permite prescindir del coche gracias al metro”, señalan desde la sala. Tras la pandemia, Maestre ha observado cómo el público ha regresado a los espacios cerrados, buscando la espectacularidad que no ofrece una celebración improvisada en el barrio. Para la primera fiesta del curso, la música será más comercial de lo habitual, con el objetivo de dar cabida a perfiles diversos.
Cerca del 'sold out'
A pocos días del cambio de año, Sonora roza el sold out. “Eso demuestra que buena parte del público joven planifica su Nochevieja con antelación”, explica Maestre, quien apunta que los más adultos y con mayor poder adquisitivo suelen decidir a última hora. Aunque reconoce que le gustaría ofrecer una programación cien por cien electrónica, los cachés de estas fechas lo hacen inviable. “Para nosotros no es la noche más importante, porque trabajamos con un nivel de programación que genera muchas noches mágicas al año”, recuerda, citando reconocidos nombres de la electrónica como Carl Cox, Richie Hawtin o Marco Carola.