SI vas a comprar coche y te gustan los SUV, no te precipites. Espera a conocer el 3008 que Peugeot tendrá disponible a comienzos de 2024. El modelo medio del león se transfigura, ganando empaque gracias a una sofisticada estampa con visos de cupé. Además, aprovecha el trance para afrontar la transición tecnológica del octano al amperio. En adelante, el 3008 será eléctrico; está por ver si mayoritaria o exclusivamente. Antes de que salten las alarmas, la firma francesa anuncia que una de las tres variantes a batería previstas en el modelo extiende su alcance oficial hasta los 700 kilómetros. La autonomía deja de ser parte del problema.
Las cifras obtenidas en los procesos de homologación de los automóviles son, admitámoslo, irrepetibles en el uso diario. En condiciones reales cotidianas, una conducción eficiente solamente permite acercarse algo a los utópicos registros oficiales que anuncian los fabricantes. Esa disparidad resulta especialmente intensa en el caso de los coches a pilas, más aún si quien los conduce activa constantemente la climatización o comprueba a menudo cómo de fulgurante es su aceleración. Así pues, al acreditar esos 700 km de alcance teórico, Peugeot pasa a mayores, superando a los competidores eléctricos de un E-3008 que se pone a la altura de cualquier SUV de combustión. Es un buen comienzo.
El salto generacional del 3008 es tecnológico, pero también estético. La próxima remesa presenta sus cartas credenciales abiertas por la página del diseño. Plantea una metamorfosis que estiliza el envase actual para convertirlo en una suerte de cupé mestizo bastante más esbelto. El departamento de estilo de la casa ha estirado un poco todas las cotas del vehículo –ocupa ahora 4,54 metros de largo, 1,89 de ancho y 1,64 de alto–, crecimiento que no implica aumento de talla.
La nueva silueta, caracterizada por un parabrisas posterior ligeramente acostado para evocar rasgos de cupé, adquiere esbeltez sin sacrificar espacio a bordo. Lo consigue prolongando seis centímetros la distancia entre ejes (2,74 m) para fomentar la habitabilidad. En consecuencia, la cabina puede acomodar cuatro adultos y acoger hasta cinco; los ocupantes quizá echen en falta el desahogo de un formato clásico como el actual, pero no se ven perjudicados por el declive de la zaga, que comienza en la vertical del eje trasero. La inclinación tampoco afecta al hueco de carga de la zaga, que conserva los 520 litros de la generación en activo.
La puesta en escena interior del 3008 no defrauda ni sorprende, porque cultiva el estilo que distingue a los productos de la casa. Presenta una evolución del todavía innovador concepto i-Cockpit con el que Peugeot revolucionó el interiorismo en el mundo del motor. En el puesto de mandos de la entrega 2024 destaca la presencia de una pantalla panorámica HD flotante y curvada de 21 pulgadas, que combina el Head-up Display con otra pantalla táctil central.
La faceta estética resulta siempre determinante para cualquier automóvil; suscita interés, cautiva y, en ocasiones, llega a defraudar o repeler. Algo similar puede suceder con el planteamiento motriz del 3008. En un momento de transición tecnológica como el actual, los fabricantes y la clientela se ven obligados a elegir. Hoy por hoy, ya no se trata de optar entre combustión y electrificación, sino de ver qué modalidad de esta última se adopta. Hay dos métodos para aplicarla, uno drástico y otro más paulatino.
Hasta ahora, Peugeot se ha venido decantando por la progresividad y ofrece en sus modelos versiones térmicas junto a otras más o menos electrificadas. En cambio, para el nuevo 3008 solamente anuncia propuestas 100 % a batería. Se limita a sugerir que también podría contar con variantes híbridas en algunos mercados, sin concretar cuáles. Quizá sea una estrategia de imagen, que no impida luego ofrecer ambas opciones.
La renuncia total y repentina a la combustión, prescindiendo de ella incluso como mero soporte a la electrificación parcial, comporta severas consecuencias. Nadie quiere repetir el harakiri comercial de Renault al plantear un Megane exclusivamente eléctrico.
Peugeot no suelta prenda respecto a la tarifa del 3008, dado el tiempo que aún falta para la comercialización. Cabe esperar que la siguiente remesa del exitoso modelo sea más costosa, algo comprensible dada su naturaleza eléctrica, el esmerado empaque y el incremento en las dotaciones.
IMPULSIÓN
TRES PROPUESTAS ELÉCTRICAS
700 km. Contemple o no en el inmediato 3008 las hipotéticas variantes Hybrid (las hay de 180 y 225 CV), lo cierto es que Peugeot concede total protagonismo a sus tres modalidades de impulsión eléctrica. El catálogo programa de entrada una versión con motor de 210 CV y tracción delantera. La segunda propuesta, que instala motorización dual -un bloque por eje-, es la más prestacional gracias a su tracción integral y a los 320 CV que procura. Ambas variantes recurren a una batería de 73 kWh y coinciden al acreditar un alcance de 525 km. Cuando la autonomía se convierte en prioridad, la estrella indiscutible del reparto es la derivada Long Range, que consigue un óptimo grado de complicidad entre un bloque impulsor con 230 CV y un acumulador de 98 kWh. Dicha asociación propicia homologar recorridos de hasta 700 km con una carga completa de batería. El 3008 eléctrico se puede reabastecer en tomas de corriente alterna de 11 kW, con opción a 22 kW. Admite, asimismo, recargas en puntos de corriente continua de hasta 160 kW, que permiten recuperar el 80% del contenido en media hora de conexión.