La conversación con la nueva presidenta de Faconauto se desarrolla en plena recta final de la campaña electoral. Consciente de que quien lea estas líneas hoy quizá haya votado o esté a punto de hacerlo, Marta Blázquez mide sus palabras pero no elude expresar sus deseos para la próxima legislatura, “gobierne quien gobierne”.

¿Qué espera del gabinete que salga de las urnas?

—Quiero que entienda que el del automóvil es un sector fundamental de la economía española. Hay muchísimos empresarios, fabricantes y concesionarios, todo un ecosistema que genera muchísimo empleo y riqueza. Queremos que los políticos que nos gobiernen hagan un escenario amigable al vehículo particular y a la movilidad en general. Lo necesitamos para dar certezas al ciudadano. La electrificación tiene que ser una parte de la solución de la descarbonización, que hay que acelerar para que sea una realidad. Y luego tiene que haber una movilidad para el 70 u 80% de personas que no pueden dar el salto de un coche de más de veinte años a un coche eléctrico. Tiene que haber una apuesta para rejuvenecer el parque, y que la gente quiera participar en la movilidad sostenible conduciendo un coche medioambientalmente más respetuoso.

Solamente hay dos escenarios posibles. En uno las encuestas se vuelven a columpiar, y Sánchez y asociados renuevan contrato. Sus relaciones con ellos no han sido malas.

—No, no son malas. Lo que ha faltado es eficacia. El Moves se lanzó muy bien, pero la puesta en marcha ha sido muy mejorable: las ayudas no llegan a los clientes. Así que sabemos lo que hay que hacer. Una de dos, o ayudas directas o tocar la fiscalidad, que es el acelerador más importante para poder electrificar el parque. Y eso es bonificación o reducción del IVA. Igual que se ha hecho el 15% de reducción del IRPF para particulares, es el 10% de deducción en las empresas, que son un agente muy importante de renovación del parque hacia los eléctricos por medio de las flotas. Hay que tocar la fiscalidad como palanca fundamental para electrificar. Y que las ayudas lleguen, claro. Primero con una preautorización. Tengo que saber si hay fondos o no. Y que, si presento la documentación que me legitima como beneficiaria, tenga la certeza de poder comprarme el coche con una ayuda. Ahora tardamos seis o siete meses, y eso es un disparate.

La otra hipótesis es que hoy gana Núñez Feijóo, quien ha anunciado un “apoyo incondicional al sector de la automoción” sin concreción. La paradoja es que puede necesitar apoyo de Vox, empeñado en dar marcha atrás y reclamar la amnistía para los coches de combustión.

—Nosotros no entramos en colores de quien nos gobierne. No queremos titulares ni voluntades, sino medidas concretas que pongamos en marcha de manera eficaz. Tiene que haber un grupo de gobernanza que dependa de Moncloa, que trabaje y lidere este tema, y que esté en contacto con las patronales del sector. Porque ahora tenemos un problema competencial en este país: esto depende de un ministerio, esto de otro… Da igual quien nos gobierne, pero que pase de las voluntades a los hechos.

Usted dirá.

—Le pediré al gobierno nuevo que, aparte de apostar por la electrificación y la descarbonización y todos esos conceptos estupendos, lo que hay que apostar es por un comercio local, de proximidad, que es lo que da vida a nuestros municipios y ciudades. Nosotros generamos muchísimo empleo. Un concesionario crea un ecosistema de riqueza alrededor. Más de treinta empresas, de media, se relacionan con la actividad de un concesionario.