Allá por el 7 de agosto, cuando se cubrió la cita de Silverstone, el Campeonato del Mundo de MotoGP parecía visto para sentencia. Fabio Quartararo, pese a tener ocho carreras pendientes por delante, gozaba de una ventaja en el liderato de 91 puntos. Se intuía un final de temporada amable para el vigente campeón francés. Nada más lejos de la realidad. 

Cuanto restan tres carreras para la conclusión, El Diablo, con dos pecaminosos ceros consecutivos mediante, aparece con 2 puntos de margen sobre un Francesco Bagnaia que tras el Gran Premio de Tailandia ya es el piloto con más victorias y podios del año, seis triunfos y ocho cajones con el sumado en Buriram. El italiano fue tercero en el circuito de Chang, donde la lluvia retrasó la carrera y convirtió la prueba en un ejercicio deslizante en el que patinó Quartararo, decimoséptimo y sin puntuar por segunda ocasión seguida. Nada más bajarse de la Yahama, se cerró la persiana del garaje. Indignado el piloto galo. Lleva así desde principios de agosto, viendo cómo su renta se desangra.

En ese escenario de alternativas que siempre ofrece el contexto de una pista húmeda, siempre hay ilustres, como Miguel Oliveira o Jack Miller, primero y segundo, respectivamente. Entre ellos estuvo el pulso por la victoria, porque nadie más competir con ellos, desmarcados desde los compases inaugurales a golpe de riesgo. El portugués partía undécimo y el australiano, séptimo. Sobre mojado, no hay fronteras para los aventureros.

“Ha sido una carrera larga, pero no me puedo quejar. En mojado siempre me he mostrado rápido”, manifestó Oliveira, “infalible”, tal y como le calificó Miller, quien empujó “a tope” pero carecía de agarre en el tramo final, después de que el ganador se cobrara el liderato en la vuelta 14 de las 25 programadas. “No es fácil escaparse como la hecho Miguel”, advirtió Miller, que celebró que “ya estoy aquí, con los primeros del campeonato”. El australiano figura quinto en el Mundial, a 40 puntos de Quartararo. 

Detrás, Bagnaia realizó un sobreesfuerzo para proteger una tercera plaza que amenazó Johann Zarco en las postrimerías, pero que, siendo corporativista con Ducati el francés, renunció al podio en beneficio del italiano, para quien el tercer puesto fue recibido “como una victoria”, según confesó. Tras ellos rebasó la meta un Marc Márquez competitivo, que pujó por el podio aunque terminó quinto. “Es el mejor fin de semana del año de largo”, valoró el de Cervera, quien a este nivel podrá ser juez de la lucha por la corona en las tres pruebas restantes.

Aleix Espargaró pudo sonreír o llorar, según se mire: lo primero porque recortó 5 puntos a Quartararo en el campeonato y ahora aparece a 20, aún con grandes opciones de campeón, pese a salir decimotercero lamentando que “la moto no funciona” en este trazado; lo segundo porque fue undécimo en un día propicio para dar un buen bocado a su desventaja. El de Granollers se vio mermado por la sanción de un long lap penalty tras sacar de la pista a Brad Binder. 

Australia, Malasia y Valencia decidirán un curso que ha cobrado emoción a medida que ha ido avanzando. Quartararo, tras el naufragio en Buriram, se ha quedado sin colchón y sin esa regularidad que le alzaba sobre el resto con amplitud. A los cinco primeros del campeonato les separan 40 puntos. Para sumar incertidumbre, en los dos siguientes escenarios no habrá grandes referencias, puesto que no se ha corrido en los dos últimos debido a la pandemia del coronavirus.