En la zona semidesértica de Querétaro son muchas las queserías y los viñedos que puede uno visitar para no desfallecer ante la dureza de su clima. Y fue precisamente el vino lo que le llevó a Ángel Amurrio a descubrir con gran sorpresa este Estado mexicano a petición de unos clientes que querían aplicar la agricultura biodinámica en sus viñas. La cultura vitivinícola es reciente, pero pisa con gran fuerza y la región ha descubierto el enoturismo como una de sus grandes bazas para atraer visitantes cada año, tal es la atracción por aprender los diferentes métodos de elaboración de los distintos tipos de vinos que pueden degustarse en esta zona.

Comenzamos la ruta de este preciado elixir en la capital, Santiago de Querétaro, donde podremos visitar Bodegas Vaivén, un complejo hotelero destinado no sólo al vino, sino también a la producción de queso, cerveza y miel. Localizada en Ezequiel Montes, dentro del Valle del Coyote, se encuentran sus viñedos, donde se recogen uvas Macabeu, Chardonnay, Xarel-ló, Tempranillo, Syrah,Malbec y Merlot para producir "cinco vinos orgullosamente queretanos y exquisitos para todo tipo de maridaje".

En el kilómetro 173.6 de la autopista México - Querétaro, a la altura de San Juan del Río. Enmarcada por el valle del mismo nombre, considerado uno de los más fértiles del país, y a los márgenes de esta arteria, surge Cava 57. Una bodega que cuenta con cuatro hectáreas para el cultivo de las variedades de Macabeo, Xarello, Parellada, Merlot, Malbec y Syrah.

De fama mundial, el viñedo San Juanito está ubicado en el estado de Querétaro, en la región del Valle de Bernal. Han sido premiados con diecisiete medallas internacionales, reconocidos por VINOFED, federación que integra a los mas reputados concursos a nivel mundial, reconocidos también por la Organización Internacional del Vino e incluso nombrada por la 'New York International Wine Competition' como la 'Vinícola Mexicana Malbec del año 2016'. Han recibido cuatro reconocimientos de Guía Peñín y han sido elegidos como mejor vino tinto de la región.

En la localidad de Tunas Blancas encontramos otra bodega muy especial. Y es que una vez allí no podremos marcharnos sin experimentar una cata con productos gourmet en Bodegas De Cote, donde producen vinos tintos y blancos de alta calidad, con ediciones limitadas y mezclas únicas que destacan por su tradicional proceso de vendimia y despalillado manual y por la exclusividad de la madera que utilizan en la construcción de sus barricas.

Con el sugerente nombre de Puerta del Lobo, nos adentraremos en realidad en un parque temático situado en la carretera La Griega, en la localidad de El Marqués, dedicado al vino, el queso, el aceite de oliva, la artesanía, la naturaleza y el entretenimiento, repartidos en sus 180 hectáreas de terreno. Cuenta además con spa y hotel, pero sobre todo destacan sus recorridos enológicos y gastronómicos; en carreta para los niños y a caballo para los adultos.

Caldo de linajes

Pero si lo que queremos es conocer una bodega pequeñita y familiar lo nuestro será Tierra de Peña, que como su nombre indica, su enclave en la localidad de Colón ofrece unas fantásticas vistas a la Peña. Se trata de un viñedo agro-écológico, orgánico y natural, que comenzó su andadura en 2014 con el deseo de volver a los orígenes, acompañando a la uva en todo su proceso de crecimiento para potenciar sus cualidades. Madura cuatro variedades de tintos: Tempranillo, Syrah, Merlot, Cabernet Sauvignon, mientras que de sus uvas blancas elaboran Moscato y Chardonnay.

Entre las más tradicionales destaca Viñedos Los Rosales, fundada en 1970 en Tequisquiapan, el corazón de la zona vinícola más importante de Querétaro. "Su ubicación geográfica está a 1,915 metros sobre el nivel del mar, colocando a Viñedos Los Rosales en una ubicación privilegiada por ser un lugar con características geo-climáticas óptimas para el cultivo de la vid, permitiendo la maduración de la misma en unas condiciones magníficas", señalan sus propietarios. Actualmente cuentan con siete hectáreas de vid Salvador, también denominada Tintorera, que es una de las pocas variedades de vid con un zumo color rojo brillante intenso.

Una de las bodegas más famosas es la Finca Sala Vivé de Freixenet, ubicada en la finca Doña Dolores, a solo diez minutos de la Peña de Bernal, en el corazón del municipio de Ezequiel Montes. Esta casa vitivinícola es una de las más importantes de toda Latinoamérica. Hay que destacar que la marca Freixenet se distingue por la elaboración de vinos a través del método 'champenoise', conocidos como vinos espumosos. Muy interesantes sus visitas guiadas por sus cavas, a 25 metros de profundidad. Y para los más aventureros, es muy recomendable realizar un recorrido a caballo entre los viñedos.

Localizada a menos de un kilómetro de Cavas Freixenet, la finca de Viñedos Azteca data de inicios del siglo XIX y ocupó un papel muy importante durante el desarrollo de la Revolución Mexicana y la Guerra Cristera. Esta bodega destaca por el linaje de dos culturas, de las que se extraen "vinos de autor elaborados forma artesanal con esmero, cuidado y amor". En el marco de una pintoresca hacienda porfiriana, con tres hectáreas de viñedos, se cultivan cinco variedades de uvas: Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Merlot, Syrah y Tempranillo. Maduradas en las barricas de la bodega El Santuario, dan cuerpo a un vino llamado Pretexto.

Pero lo más bonito, sin duda, es dejarse llevar por el paisaje de Querétaro, su gastronomía y sus gentes para descubrir todas las bodegas que no podemos nombrar en este artículo.