Al terminar el verano, las temperaturas bajan y las lluvias y el viento obligan a las arañas a buscar ambientes protegidos. Las casas, con rincones oscuros, armarios llenos de ropa y objetos acumulados, se convierten en el refugio ideal. Una de las especies más comunes, la “patilarga”, suele colgar de los techos y esquinas, aprovechando grietas o irregulares superficies para construir sus telarañas. Por lo general, estas arañas no representan peligro para las personas y cumplen una función natural de control de insectos voladores.

Araña patas largas EZSA

Las claves para controlarlas

Una medida sencilla y efectiva para frenar la proliferación de arañas es mantener el orden antes de que llegue el frío. Pliegues de ropa húmeda, montón de libros, bolsas, paraguas mojados o botas mal guardadas son zonas perfectas para que estos arácnidos encuentren cobijo.

El simple hecho de despejar armarios, guardar la ropa que no se utiliza, repartir los objetos de forma ordenada y asegurarse de que los pasillos y rincones estén libres de polvo pueden marcar la diferencia. En particular, las áreas de almacenaje y los recibidores se deben revisar con regularidad, porque suelen acumular humedad, pliegues y microespacios que los insectos pequeños usan de alimento, atrayendo así más arañas.

Cerrar las grietas

Otra parte importante del control natural consiste en revisar puertas, ventanas, tuberías y cualquier punto por el que pueda entrar el aire frío o insectos externos. Sellar grietas y fisuras actúa como barrera física. Además, se ha visto que algunos repelentes naturales, como unas gotas de aceite esencial de eucalipto o cítricos en los marcos de ventanas, pueden ayudar, siempre cuidadoso si hay mascotas u objetos delicados. Estos aceites tienen propiedades aromáticas que molestan a ciertos insectos, dificultando que se queden cerca.

Muchos prefieren evitar productos químicos por posibles riesgos para la salud. Limpiar con frecuencia, aspirar rincones, lavar ropa y calzado húmedo y guardarlos en ambientes secos son opciones eficaces. Mantener los objetos en felpudos o superficies elevadas también reduce las posibilidades de que se formen microhábitats favorables para arañas.

¿Cuántas arañas hay realmente en casa?

En estudios realizados en varias ciudades europeas, los científicos estiman que podría haber cientos de arañas por kilómetro cuadrado de casa si no se revisa el hogar con regularidad. No siempre las vemos todas, porque muchas permanecen ocultas en espacios oscuros o detrás de muebles. También se ha observado que el 80 % de las arañas que solemos detectar en interiores pertenecen a especies que se alimentan principalmente de insectos domésticos (moscas, mosquitos), lo que las convierte en aliadas silenciosas del control de plagas.

Una araña teje su telaraña en una ventana. Freepik

Una zona ordenada, bien ventilada y libre de humedad es la mejor defensa. Con pequeños cambios en la rutina del hogar puede lograrse un ambiente menos atractivo para ellas, al tiempo que se reduce la necesidad de productos químicos.