Una oferta de picoteo original en un local con un punto “canalla” en Bilbao

En una de las calles de ambiente hostelero emblemáticas del Casco Viejo, como es Barrenkale Barrena, Ardibeltz ha puesto un punto diferente a sus propuestas de picoteo con opciones distintas a los pintxos habituales en las barras de la zona. Así lo refleja su carta, donde destacan los pequeños talos en tres versiones: de txerri (con costilla ahumada, manitas de cerdo y salsa vizcaina), de chorizo (con burrata y salsa de jalapeño) y de morcilla (con chimichurri de pimientos caseros asados, huevo frito de codorniz y queso de Camembert), así como dos miniburger, una de ellas vegana, a base de lentejas.

La originalidad salta a al vista también en su ración de alitas deshuesadas con foie o en la penca rellena de cecina de León, por no hablar de sus albóndigas con queso trufado. Y no queda ahí la cosa, porque sus tortillas son igualmente sorprendentes. Además de la mítica de cebolla las preparan de chorizo con alegría, de jamón y queso con trufa, de bonito con piparrak, de costilla ahumada... Sin olvidar sus nueve bocatas o montaditos. Con uno de ellos, en concreto el MCD, quedaron segundos de Euskadi en un certamen celebrado el pasado año. Y tienen también rabas.

De postre se puede elegir entre la tarta de queso con galleta María, nata casera y fresa o la tarta de zanahoria con Brownie, que sirven caliente.

Especialidades de la casa, como los montaditos, los talos y las tortillas. Ardibeltz

Con todo ello se puede componer una comida o cena. Siempre teniendo en cuenta que su cocina abre de jueves a mediodía a domingo a mediodía.

Tan singular oferta se une a otra particularidad del establecimiento y es que se distinguen dos ambientes. Uno más familiar a mediodía y de noche, después de la cena bajan la luz y suben la música para poder bailar si se tercia. En los géneros musicales que se escuchan reina cierta anarquía y el cliente puede pedir temas a su gusto.

Con capacidad para 60 personas junto a la barra y terraza para picotear con buen tiempo, el interior luce un estilo “canalla”, como lo describe uno de sus socios, ya que han optado por una decoración con pegatinas y obras de artistas y tatuadores con una única temática: oveja negra, como el nombre del local.