El Sestao River sumó el pasado domingo un punto más en su larga carrera hacia la permanencia. Pudo saber a poco porque jugó ante su gente en Las Llanas y porque, sobre todo, gozó de más ocasiones que el Ourense, un conjunto incómodo y que exigió a un colectivo verdinegro que tampoco desdeña ese punto, especialmente porque le permite salir del descenso y, por tanto, depender de sí mismo en las cuatro jornadas de la liga regular que restan por disputar. Su entrenador, Igor Oca, no quiere hacer cábalas sobre estos enfrentamientos que, quiera o no, se entienden como auténticas finales para un equipo que ya conoce de sobra de qué va esta historia y no hace falta más que rememorar la forma en la que el curso pasado certificó la salvación, gracias al gol de Gorka Garai, que también vio puerta el domingo ante el cuadro gallego, en el Reino de León en la última jornada. Aquel momento se celebró como si fuera un título por todo el trabajo y sufrimiento que generaron, sensaciones que todo el entorno del River espera vivir de nuevo en esta ocasión.
El conjunto de Ezkerraldea asume que gran parte de sus opciones de seguir una temporada más en Primera RFEF pasa por sacar adelante sus dos compromisos más inmediatos, ya que compite en ambos ante rivales directos en su pelea y que, además, ocupan a día de hoy puestos de descenso. La contrarreloj arranca este domingo en el Reina Sofía de Salamanca, donde rinde visita a Unionistas, con el que está igualado en la tabla a 41 puntos y de ahí la relevancia del resultado, ya que el triunfo cotiza a cuatro puntos por aquello de ganar el average particular tras las tablas en el duelo de ida en las Llanas (1-1), escenario que se repite en su siguiente compromiso, ya en Las Llanas, frente a la Gimnástica Segoviana, penúltima clasificada y con la que empató en Segovia. Dos choques vitales y que marcarán el devenir del River, que en las dos últimas jornadas de liga se mide a dos cocos de la categoría, como son el Andorra y la Ponferradina, equipos de play-off y que incluso, en el caso de los bercianos, se pueden estar jugando el ascenso directo, con el riesgo añadido que supone.