Igor Oca ya puede celebrar su primera victoria en su segunda etapa como entrenador del Sestao River. Y lo hace a lo grande, ya que el conjunto verdinegro firmó su mayor goleada en sus dos temporadas en Primera RFEF con su exhibición en Tajonar frente a Osasuna Promesas, un rival directo en la lucha por la permanencia y al que le supera en el average particular, de ahí que su éxito del pasado domingo se cotice a cuatro puntos. “Cuando estás abajo, cuando compites ante un rival que tiene las mismas necesidades que tú, no puedes dar muchas veces las prestaciones que quieres. En el momento en que tú toleres de la mejor manera la frustración y salgas con el único objetivo de competir, si has preparado bien el partido, si entrenas como estás entrenando, es posible que te acerques a jugar partidos de este tipo”, reflexionó Oca tras la manita de su equipo sobre el filial rojillo y que deja a tres puntos la salvación para la entidad de Ezkerraldea.
El River no ha cambiado de inercia pese al relevo en el banquillo, ya que los verdinegros continúa siendo muy creíbles lejos de Las Llanas –es el cuarto mejor equipo del grupo como visitante– y poco fiables en su feudo, ya que es el peor equipo como local. Es el debe en el que pone el foco el nuevo entrenador, sobre todo de cara a la cita de este sábado en cancha propia frente a un rival muy exigente como es el Nàstic de Tarragona, que ha saltado a la segunda plaza tras su goleada a la Ponferradina (5-1), por lo que el Sestao tiene que sacar su mejor versión si quiere batir a uno de los serios aspirantes al ascenso.