Urko Collado (Abadiño, 27 de febrero de 2001) ha irrumpido con brillantez en el Arenas, en el que recala después de siete temporadas en la cantera del Eibar. El vizcaino, con pasado en el Athletic cadete, presume de su idilio con el gol, “la sensación más bonita del fútbol”, pero así y todo dice tener los pies en el suelo, aunque también quiere aprovechar su racha: “Está entrando la bolita y no piensas en cuando no vaya a entrar”.

¿Ha llegado a pellizcarse?

—(Risas) Estoy en un buen momento y tengo que aprovecharlo. El míster me dice que siga así, que no me relaje y, además, el equipo está ganado, por lo que más satisfecho aún.

Marcar cinco goles en tres partidos consecutivos, que son los cinco últimos de su equipo, está al alcance de muy pocos. ¿Cómo explica su monumental pegada?

—Juego en una posición ofensiva, que es de extremo en mi caso, y el juego del equipo nos lleva a llegar mucho arriba. Me han caído varias y las he enchufado, con una pizca de suerte, pero también hay que estar ahí.

¿Cuando uno marca tanto, qué es el gol?

—El gol es la sensación más bonita del fútbol, te da confianza para que las cosas se puedan hacer mejor. El gol es euforia.

¿Se le sube a uno a la cabeza o hay que tener los pies en el suelo?

—Me lo dicen mucho amigos. Creo que soy un chico que tiene la cabeza muy bien amueblada, me lo recuerda mi padre, mi abuela… Para nada se me está subiendo, ni se me va a subir.

¿Sabe que es, junto a Iomar, del Ilicitano, el máximo goleador de los 90 clubes de Segunda RFEF?

—Lo comentaron el otro día y supone una alegría enorme.

¿Se está preparado mentalmente para cuando no entre la bolita?

—Eso no lo tienes en mente. Está entrando la bolita y no piensas en cuando no vaya a entrar. Hay que seguir intentándolo, así me lo han enseñado de pequeño, que si fallas, no tienes que cejar en el empeño.

Ha caído de pie en el Arenas. ¿Es un equipo que le viene como anillo al dedo por sus características?

—Diría que sí, porque más que, por el propio el Arenas, se debe a la idea de Ibai (Gómez). Cuando me llamó, me explicó un poco cómo quería jugar, cómo fuese el Arenas; y lo cierto es que me convenció.

¿Y qué le pide?

—Depende del rival me pide ciertas cosas. Antes de marcar los goles, me pedía que jugara más pegado a banda, que sacara más centro y desde que metí el primer gol (en Las Gaunas) estoy jugando más centrado. Me pide que participe con balón y que llegue al área, donde soy determinante.

¿Cuál es su carta de presentación, defínase?

—Soy un jugar rápido, bueno en el uno contra uno y, como ha dicho el míster, que tengo llegada y gol.

¿Tiene un jugador referencia?

—Sí, Cristiano Ronaldo. Desde pequeño ha sido un ejemplo a seguir.

¿Es, entonces, madridista?

—Soy del Athletic, pero también me gusta el Madrid.

El Arenas se ha hecho fuerte en casa, tres victorias de tres. ¿Qué les da Gobela?

—Nos dijeron que el año pasado el Arenas no sumó muchos puntos en Gobela e Ibai ha insistido en que debemos ser fuertes en casa. Con el apoyo de la gente y el hecho de que seamos una piña, hemos logrado sacar estos buenos resultados.

Es de Abadiño y jugó dos años en el cadete del Athletic, pero no pasó el corte a juveniles. ¿Qué sucedió?

—Amorrortu me dijo que haría la pretemporada con el juvenil, pero que saldría cedido. Tenía la oferta del Eibar, que me quería con anterioridad, y tomé, junto a mi padre, la decisión de irme al Eibar porque me querían más allí que en Lezama.

¿Se llevó todo un chasco?

—Sí, eres un niño, pero con el tiempo maduras y ves que esto es fútbol, que son momentos y decisiones, lo ves como un gran aprendizaje.

Y en el Eibar completó siete temporadas, entre el juvenil y el Vitoria.

—El Eibar ha sido gran parte de mi vida en el fútbol, me he llevado un montón de amigos y la guinda fue el ascenso del año pasado. Evolucioné como jugador y como persona.

¿Por qué no renovó?

—Ya sabemos lo que ocurre en el caso de los sub’23 y el Eibar me dijo que no me renovaba. Me llamó Ibai, me gustó el proyecto y no dudé en fichar. l