Fin del trayecto. Fin de un sueño. Fin a la segunda andadura del Amorebieta en LaLiga Hypermotion. El conjunto azul, como le ocurriera dos campañas atrás, abandona la categoría de plata después de que su remontada no le diera para llegar a tiempo y certificar la permanencia. El colectivo de Jandro Castro se va con la cabeza alta, pero lamentando que no ha estado a la altura esperada en el partido en que le iba a la vida tras superar continuos ultimátums. El Amorebieta no pudo con el examen de Anduva ante un Mirandés que fue superior, especialmente en el segundo acto, que se salva gracias al solitario tanto de Gabri Martínez y que manda a Primera RFEF a un equipo zornotzarra al que le pesaron las piernas en el momento clave. Un descenso siempre es cruel, pro el Amorebieta debe pasar página y preparar el proyecto para una tercera vuelta a LaLiga Hypermotion.

Llegaba el día D. Después de un largo recorrido de 41 partidos, más de 3.700 minutos, para jugárselo a una sola carta en hora y media de juego. La gloria o la depresión. Una final en toda regla, vamos, que ya hubiera firmado a ojos cerrados toda la familia azul si así se lo hubieran expuesto dos meses atrás, cuando el Amorebieta tocó fondo por última vez después de haberlo hecho en ocasiones anteriores. La fe, como se conoce, mueve montañas y el conjunto vizcaino se ha encomiado a ella tras sumar 21 de los 33 últimos puntos posibles para afrontar el capítulo final de un curso agotador, muy agotador, con las constantes vitales latentes, tras dejar en el descenso la semana pasada a tres equipos (Villarreal B, Andorra y Alcorcón) y con el valor añadido de depender de sí mismo. Un cálculo que se resumía en una variante sencilla, solo le valía firmar la victoria para sonreír de oreja a oreja y explotar ese júbilo extremo que requería la ocasión. Otro resultado le causaría una llorera monumental por morir en la orilla, porque tanto remar y remar para caer al pozo... Tocó esto último. Tocó cruz.

Hubo también fútbol. Resultaba indiferente el camino para llegar al cielo, ya fuera con un juego brillante, con una propuesta pragmática, con un gol de churro, con un penalti en el último segundo... En estos casos el impacto lo domina el resultado, que quedará registrado como un mal sueño en la historia de la entidad zornotzarra. Jandro Castro tuvo que cambiar su idea obligado por la sensible e importante baja a última hora de Xabi Etxeita, que sufrió unos problemas físicos que le privaron de despedirse de su larga y excelsa carrera en el verde como le hubiera gustado, por lo que el asturiano, sin cambiar el plan de las jornadas precedentes, se decantó por Jorge Mier como su sustituo para enfrascarse con todas las de la ley en la batalla de Anduva.

El primer acto ratificó el guion previsto, en una disputa a cara de perro, sin concesiones por parte de ningún equipo, conscientes ambos de que un despiste podría resultar fatal para sus intereses, lo que se tradujo en alternativas en el dominio, pero sin claras ocasiones de marcar. No en vano, la gestión de los tiempos también guardaba su relevancia, por aquello de que el Amorebieta, en su caso, no se volviera loco en un supuesto desmedido afán por llegar rápido al área local, ni el Mirandés se debía mostrar conservador con la plusvalía que le generaba el resultado inicial. Fueron los de Alessio Lisci los que dieron el primer paso ofensivo en busca de un tanto tranquilizador, que intentaron sin éxito Gabri y Lachuer, en tanto que los de Jandro espabilaron cuando Erik Morán cogió balón y Kwasi Sibo sacó galones en la medular. El portugalujo y el ghanés intentaron conectar con las bandas, con Jon Morcillo y Álvaro Núñez activos, pero no acreditaron buenas decisiones en los metros finales, ya que las incursiones azules se redujeron a un golpeo flojo de Dani Lasure y a un remate de cabeza forzado de Iker Unzueta. El primer asalto, asi las cosas, quedó en nulo a la espera de lo que sucediera en la reanudación donde se iba a cocinar la suerte final.

El arranque del segundo acto no presagió nada bueno para el Amorebieta, que no se sintió cómodo ante la ofensiva del Mirandés, que quiso y propuso más desde el momento que en que Gabri Martínez, el hombre del partido para su equipo, rompiera las hostilidades por el flanco izquierdo merced a dos acciones individuales que obligó a la zaga zornotzarra a emplearse a fondo. Jandro no debía verlo claro y movió piezas y el sistema en busca de cambiar la dinámica con la comparecencia de Eneko Jauregi. La nueva versión le salió rana, porque a los pocos instantes Gabri sacó brillo a su rol al batir a Magunagoitia, que nada pudo hacer para evitar el tanto burgalés. La cosa ya se puso muy para un Amorebieta que necesita dos tantos para que llegara una épica que se quedó en el limbo pese a los intentos a la desesperada de un Amorebieta que regresa a Primera RFEF.

MIRANDÉS: Ramoń Juan; Juan María, Tachi (Min. 61, Verdasca), Tomeo, Gómez; Reina (Min. 86, David), Lachuer; Ilyas Chaira, Carlos Martín (Min. 86, Álvro Sanz), Gabri (Min. 73, Luna); y Martón (Min. 86, La Gumina).

AMOREBIETA: Magunagoitia; Álvaro Núñez, Mier (Min. 56, Jauregi), Bustinza (Min. 80, Yrarte), Gayá, Lasure (Min 80, Rayco); Erik Morán (Min. 72, Edwards), Sibo; Dorrio, Unzueta (Min. 72, Loca) y Morcillo.

Gol: 1-0: Min. 62; Gabri.

Árbitro: Orellana Cid (Comité Andaluz). Amonestó a Carlos Martín, Juan María y Gabri, por el Mirandés; y a Lasure y Gayá, por el Amorebieta.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la última jornada de LaLiga Hypermotion disputado en Anduva ante 5.049 espectadores, unos 400 de ellos seguidores del Amorebieta.