Acuden a la cita tras finiquitar el entrenamiento en Urritxe y después de disfrutar de la pertinente ducha reconfortante en una mañana gris, cerrada y pasada por agua durante momentos, una estampa muy de Amorebieta. Porque Xabi Etxeita (31 de octubre de 1987) y Jon Mikel Magunagoitia, Jonmi (6 de agosto de 2000), son los dos únicos integrantes de la primera plantilla de la SD Amorebieta naturales de la localidad, en la que también residen, y de ahí que remarquen su sentimiento azul. Ambos también tienen en común que el pasado verano regresaron al club de su corazón, en el que se formaron, y quieren poner la guinda con el ascenso a LaLiga SmartBank, éxito que el colectivo dirigido por Haritz Mujika, líder del grupo II de Primera RFEF y que goza de una renta de cuatro puntos, consumaría en caso de vencer en Las Gaunas a la SD Logroñés y que no lo haga el Eldense, segundo clasificado, ante el Numancia en Los Pajaritos. La conversación, sin embargo, versa, sobre todo, por el lado humano, con un matiz reivindicativo de la causa de su Amorebieta, de sus inicios… y casi nada del partido del domingo. “No sea que fuéramos gafes”, dicen. Etxeita, el veterano, presume de un extenso currículum en la élite –ha militado desde que saliera del Amorebieta con 19 años en el Bilbao Athletic, Athletic, en dos etapas, Cartagena, Elche, Huesca, Getafe y Eibar–; mientras que Jonmi dejó Urritxe con 17 años para jugar en el Eibar juvenil, volver como cedido al Amorebieta (temporada 2018-19), en el Vitoria y en el Zamora.

Son de Amorebieta, juegan en el Amorebieta y están a un paso de ascender a Segunda División. ¿El azul se lleva en la sangre? ¿El sentimiento se acentúa en su caso?

—XABI ETXEITA: En mi caso, diría que sí y supongo que en el de Jonmi, también. Llevamos toda la vida aquí, no es que hayamos empezado en el Athletic de chavales, sino que somos de la cantera del Amore. Recuerdo que venía aquí, al Urritxe viejo, a ver los partidos y eso deja huella. Hemos jugado toda nuestra infancia aquí y es un motivo de orgullo jugar en el primer equipo.

—JON MIKEL MAGUNAGOITIA: Como dice Xabi, es lo que has mamado desde pequeño. Siempre has tenido esa ilusión de poder llegar a jugar en el primer equipo, porque es el club del pueblo, es lo que has estado viendo todos los fines de semana cada vez que subías a Urritxe. El cariño que te transmite el pueblo, de una manera o de otra, te hace mucha más ilusión, por los vecinos, por toda la gente que hay detrás, que son cercanos... El otro día lo estuvimos hablando, sería algo algo muy especial para los dos poder conseguir un ascenso con el equipo en el que nos hemos criado.

En su regreso al club ¿Esperaban una temporada así? ¿Cómo argumentan que estén a un paso de un ascenso?

—X. E.: La verdad que no nos esperábamos una temporada tan buena. Había seguido al equipo el año anterior en Segunda y, bueno, había cambiado prácticamente toda la plantilla, solo continuaban dos jugadores; era una categoría nueva tanto para el club como para muchos jugadores, entonces era una incertidumbre total. A medida que han ido pasando las jornadas el equipo ha cogido una dinámica de juego que le ha hecho sentirse fuerte en el terreno de juego y es lo que nos ha llevado a esta situación.

—J. M.: Tienes esa ilusión de a ver si conseguimos hacer las cosas bien y podemos estar lo más arriba posible, pero si eres realista, entiendes que es complicado porque éramos un equipo nuevo, no nos conocíamos al principio, las primeras jornadas fueron como fueron. El equipo iba evolucionando jornada tras jornada y a medida que empezábamos a hacer las cosas bien, sí que en nuestras cabezas empezaba a estar el pensamiento de poder subir. A base de currar y currar nos hemos plantado a falta de tres jornadas líderes con una ventaja de cuatro puntos.

Etxeita, a sus 35 años, igual vive el momento con la cabeza más fría y Jonmi, al contrario, con 22, quizá tenga más ansiedad más ganas de vivir estos éxitos.

—X. E.: Yo tengo la misma ilusión que Jonmi, es difícil que alguien tenga más ilusión que yo de poder ascender a Segunda División con el equipo de tu pueblo. Es verdad que tengo una trayectoria, una experiencia y he conseguido cosas importantes, pero esto lo vivo como si fuese un chaval de 20 años. Intento poner un poquito de tranquilidad, más que nada por la experiencia del año pasado, cuando parecía que lo teníamos prácticamente hecho en el Eibar y al final nos llevamos ese mazazo. No estamos pensando en que vamos a ascender de un día para otro, sino que estamos pensando en cómo vamos a afrontar el partido en Las Gaunas, qué tenemos que hacer y el equipo está mentalizado en ello.

—J. M.: Xabi ha conseguido grandes cosas y para mí sería hasta la fecha mi mayor logro deportivo. Lo vivo con esas ganas, quizás un poco por mi forma de ser lo vivo desde la tranquilidad, ser consciente de que todavía no hemos conseguido nada, al final matemáticamente no hay nada resuelto. Lo afrontamos desde la tranquilidad, esa ansiedad te puede jugar una mala pasada. Lo vivimos con ese hambre de poder conseguirlo.

Xabi, ¿como veterano da consejos en el vestuario? Jonmi, ¿se dejan aconsejar por estas referencias?

—X. E.: Lo procuro desde mi experiencia, pero también me pongo en la situación de ellos. A mí también me gustaba en el Athletic cuando me venían Orbaiz o Aitor Ocio a darme consejos, te hace sentir que vales y la voz de un jugador con experiencia supongo que te puede alentar y te puede ayudar. Ahora procuro ayudar a los compañeros.

—J. M.: Lo voy a decir bastante claro, cuando Xabi habla los demás callamos y le escuchamos. Sabemos de su trayectoria, de todo lo que ha vivido y de su experiencia. Los mensajes que transmite siempre son bien recibidos en la caseta y en la medida de lo posible los aplicamos.

Son de dos generaciones diferentes y del mismo pueblo. ¿Se conocían de antes, tenían algún nexo común, por amistad o familiar?

—X. E.: A Jonmi le conozco de hace poco, recuerdo que algunos de mi cuadrilla le habían entrenado y me habían hablado de él. También al haber estado fuera no hemos podido coincidir mucho por el pueblo.

—J. M.: Etxeita siempre ha sido una imagen pública, un referente en el pueblo por la trayectoria que ha tenido. Hace dos años hablamos por teléfono un par de temas del fútbol, fue el primer contacto que tuvimos y luego ya el año pasado en el Eibar coincidimos y sí que nos conocimos un poco en persona.

¿Y de crío no le pedía un autógrafo?

—J. M.: No, nunca le he parado para pedirle un autógrafo, no sé, me daba…

—X. E.: Le daría corte (risas).

¿Cómo recuerdan su primera etapa en el Amorebieta?

—X. E.: Tengo recuerdos muy bonitos, sobre todo cuando subo al primer equipo desde el juvenil, con José Félix Guerrero de entrenador. Al principio, te cuesta entrar en la dinámica del equipo, pero poco a poco cuando ves que puedes estar a su nivel o incluso puedes mejorar cosas.... Mantengo la amistad con gente del pueblo que jugaron en esa época en el Amore y son recuerdos bonitos.

—J. M.: Empecé en alevines, guardo ese disfrute de ir en el día a día contento a entrenar, de estar con mis amigos, de jugar con ellos los fines de semana. Este año lo que estoy viviendo es un poco parecido, vengo de lo que viví en Zamora el año anterior (sufrió una grave lesión de rodilla) y, bueno, estoy reencontrando un poco esas sensaciones de disfrutar, de pasármelo bien:

¿Dónde dieron las primeras patadas al balón, aquí en el pueblo?

—X. E.: Yo, en la plaza. Vivía en el centro del pueblo y luego también en la Ikastola Andra Mari. No sé si rompí algún cristal, pero pegar algún que otro balonazo a alguno por ahí, seguro que sí… y también tendría alguna que otra bronca.

—J. M.: Sí, yo también en la Ikastola y en la plaza del pueblo todas las tardes. Yo era delantero, nos quedamos sin portero en el equipo y se hizo una rifa, me tocó. El entrenador dijo que lo había hecho bien, en la medida de lo que cabe que me había podido defender y dijo que ahí me quedaba. Un poco resignado porque a mí me gustaba ser delantero y hacer goles, pero me fue gustando y desde ahí en adelante… hasta ahora.

Siendo del pueblo, ¿qué impacto les generó el fallecimiento del directivo Aitor Larruzea durante la concentración en Alicante de cara al partido ante La Nucía?

—X. E.: Fue un palo muy duro para los que le conocíamos desde críos. A Aitor lo conocía todo el mundo, mayores que nosotros, menores, y encima era un tío muy alegre, siempre de risas. El recuerdo que ha dejado Aitor es de eso, de cachondeo, de risas, de buena gente y siempre para ayudar. Fue un palo muy, muy duro, todo lo que tuvimos que vivir allí.

—J. M.: Como dice Xabi, fue jodido. Xabi y yo mismo habíamos estado con él la noche anterior. Eres del pueblo, le conoces, siempre te venía a dar un abrazo y sí que es verdad que a nosotros quizás nos pudo afectar un poco más anímicamente. Él sigue con nosotros y en alguna medida nos está ayudando allí desde donde esté.

¿Les molesta que haya quien se tire de los pelos porque un equipo de pueblo pueda ascender de nuevo a Segunda División? ¿De que se diga que tienen un campo de vacas, que no juegan nada al fútbol…?

—X. E.: No, al contrario. Para mí es motivo de orgullo igual, porque eso quiere decir que las cosas se hacen bien en este club. Formamos parte de este club y somos de Amorebieta, lo llevamos con orgullo y lo que digan los demás no nos importa. Como cuando jugamos aquí en Urritxe, que empiezan a poner fotos de que el campo está mal... Esto es fútbol y los méritos se consiguen en el campo; y lo que nos debe importar es que la gente que nos tiene que respetar de verdad en el terreno de juego sean los árbitros, todo el estamento de la liga y eso es lo más importante. Lo demás, lo que diga la gente no nos importa.

—J. M.: Yo, por lo menos, me abstraigo bastante de lo que puedan poner por ahí o salga por ahí, prácticamente no suelo leer nada al respecto. Me centro en jugar, en disfrutar. Pueden criticar que es difícil de jugar en nuestro campo, pero tampoco es casualidad que seamos el mejor equipo visitante, así que algo estaremos haciendo bien.

Hasta hace no mucho apenas acudían a cada partido 400 personas a Urritxe, aunque va in crescendo estos últimos tiempos ¿Falta un poco más de implicación, de identificación, en un pueblo de 19.000 habitantes?

—X. E.: Me quedo con el ambiente que se está viviendo en Urritxe, el otro día ante el Murcia el campo estaba lleno. Sí que es verdad que en Amorebieta quizá no ha habido igual un arraigo tan importante como en otros sitios, pero se ha creado una ilusión especial en el pueblo y creo que el campo se está quedando pequeño. Supongo que el Ayuntamiento y las instituciones deberían de darle una vuelta, porque merecemos un campo en condiciones y nuestros seguidores estarían encantados de poder venir a un campo acorde a este nuevo escenario.

—J. M.: Se respira en el pueblo ese sentimiento de ilusión, de ganas, de querer venir a vernos. Yo, como Xabi, vivo aquí y por la calle se nota esa alegría, te paran y te dicen: venga, que podemos, que estamos ahí, que hay que seguir. Se vio en el partido contra el Murcia, en partidos anteriores ya se había vivido, incluso fuera de casa ha ido mucha gente. El pueblo se está empezando a volcar y el hecho de que estemos gente del pueblo, como son también Mikel Goiria y Unai Uberuaga, gente que está entrenando con nosotros en el día a día. Es un orgullo poder ver a gente del pueblo jugar para el equipo del pueblo.

Xabi, su trayectoria profesional es la que es, sumamente conocida. ¿Se queda con algo especial en el álbum? ¿Qué borraría del mismo?

—X. E.: No borraría nada de lo que he hecho. Ha habido momentos que quizá tomas una decisión u otra, pero estoy superorgulloso y supersatisfecho de mi trayectoria; y no añadiría nada, hubiese dicho un título, pero yo tengo la Supercopa de 2015. Mientras esté en activo voy a estar pensando en que todavía voy a meter el gol más bonito de mi carrera o en que todavía voy a poder conseguir algo importante con el equipo de mi vida, que es el Amorebieta.

En su caso Jonmi, ¿se tienen pajaritos en la cabeza a sus 22 años?

—J. M.: La verdad es que hace dos años quizás habría dicho que podría tener pajaritos en la cabeza, pero, pese a tener solo 22 años, pienso en todo lo que me ha tocado vivir: la lesión, irme fuera, tener una mala experiencia... Son vivencias que te hacen ser realista, ser consciente de que el fútbol es el día a día, de que esto cambia de la noche a la mañana una barbaridad. Y lo más importante, que disfrutes de venir a entrenar, de pasártelo bien, de irte a tu casa a descansar, al día siguiente volver aquí, volver a disfrutar y el fin de semana ir con el cuchillo entre los dientes al partido.

Como así irán a Las Gaunas.

—J. M.: Sí y confiamos en conseguir la victoria, aunque será muy complicado. Pero tampoco debemos pensar si podemos subir o no.

—X. E.: Mejor no hablar de ello, que… Lo dejamos para que se hable cuando se vaya acercando el domingo.