Bilbao- José Luis Chilavert, aquel lenguaraz portero paraguayo que hizo carrera en el Zaragoza, fue entrevistado ayer por radio Marca, dejó unas cuentas perlas sobre Gorka Villar y puso el siguiente colofón: “Le dije que acabarías preso y me respondió que yo era un bocón. AL final, el tiempo me ha dado la razón”.
El propio Gorka fue entrevistado el pasado mes de mayo en el programa El Larguero, de la cadena Ser, en su condición de hijo de y director de campaña de Villar en las pasadas elecciones a la RFEF. Y respondiendo a las críticas de Jorge Pérez, el otro candidato que finalmente no se presentó, sobre la sombra de corrupción que se cernía sobre su progenitor dijo: “De mi padre he aprendido a ser honrado”. Abogado de profesión, con especialización en el derecho del trabajo y en derecho del deporte, ha sido asesor de algunas de las asociaciones del fútbol suramericano y director general de la Conmebol, por recomendación de su padre, muy amigo del entonces presidente de la AFA, el fallecido Julio Grondona, considerado el capo de la corrupción del FIFAgate.
Gorka fue destituido de su cargo en Suramérica en julio de 2016, sin detallar los motivos, aunque para entonces ya estaba muy implicado con Sport Advisers SL, y en los asuntos cotidianos de su padre, hasta el punto que era cotidiana su presencia en las dependencias federativas pese a no ser un empleado. Además, se dedicó a labores de asesoría en las territoriales muy bien pagadas.
Sin embargo, todavía tiene una cvuasa pendiente en Suramérica, donde fue acusado por la fiscalía de Uruguay de extorsionar a clubes del país, que denunciaron la venta a la baja de los derechos de retransmisión de los torneos suramericanos internacionales.
Según el libro The Ugly Cam, el catarí Mohammed Bin Hammam conectó con Gorka para proponer un trato a su padre en la lucha por organizar los mundiales de 2018 y 2022. Villar padre debía asegurar su voto, el de Grondona, el del paraguayo Nicolás Leoz y el del brasileño Ricardo Teixeira. Finalmente no se produjo tal acuerdo. Los tres aliados de Villa acabaron implicados en el FIFAgate. - J. G.