Un partido de fútbol, especialmente en el marco de la trascendencia de una Eurocopa, rara vez deja satisfechas a las partes. Sobre todo, cuando existe el debate por acciones que dan lugar a interpretaciones. “El árbitro llevaba la camiseta de España debajo”, claman desde Suiza tras caer eliminada en los cuartos de final a manos de la selección española. La roja directa a Freuler en el minuto 77 por una entrada cometida sobre Gerard Moreno es considerada desproporcionada en el país helvético, pero también por otros agentes, como por ejemplo Gary Lineker. “¡Otra tarjeta roja por prácticamente nada!”, juzga el exfutbolista y comentarista inglés. “Toda Suiza está furiosa con él”, asegura el diario en alemán Blick por la actuación del colegiado inglés Michael Oliver. La polémica está servida.Cuando Suiza apeó a Francia en posiblemente la mayor sorpresa de esta Eurocopa, también en la nación gala se armó una revolución. Un movimiento reunió cerca de 300.000 firmas exigiendo repetir el partido de los octavos de final, donde los suizos avanzaron en la tanda de penaltis, la que frente a España fue su condena. Miles de franceses protestaron considerando que el guardameta Sommer no tenía los pies sobre la línea de gol cuando Mbappé lanzó el penalti que dejó a los franceses fuera del torneo. Nunca llueve a gusto de todos...

El caso es que la Eurocopa avanza y España, con Unai Simón reconvertido de villano a héroe -“tiene unos huevos así de grandes”, que dijo Koke-, se enfrentará el martes (21.00 horas) con una Italia que camina con paso firme. Se medirán las dos selecciones supervivientes en el torneo con las mejores rachas. La tropa de Luis Enrique acumula 12 partidos sin conocer la derrota. El caso italiano se antoja más intimidante; los pupilos de Roberto Mancini acudirán al duelo con 32 encuentros consecutivos sin perder y 13 victorias encadenadas. No pierde desde septiembre de 2018. Cabe recordar que se quedó fuera del Mundial que se celebró ese mismo año.

Esta radical reconducción de la situación de la Azzurra ha permitido establecer un nuevo récord de victorias seguidas en la Eurocopa, 15, una más que la Alemania de Joachim Low. La renacida Italia alberga además el estímulo de dejar en el camino a Bélgica (1-2), tercera en el Mundial de Rusia -fuera quedaron ya la campeona Francia y la subcampeona Croacia- y primera en la clasificación mundial de la FIFA. Los elogios abundan.

“El mejor fútbol de la Eurocopa. Hubo momentos de esplendor total, en especial cuando jugó a un solo toque”, analiza el técnico Claudio Ranieri para La Gazzetta dello Sport sobre un triunfo de magnitud. Un impulso anímico que se rebaja en alguna medida tras la pérdida del lateral Spinazzola, uno de los nombres del torneo, pero que se rompió el tendón de Aquiles ante los belgas.

España recuperó contra Suiza la versión de esa selección que arrancó el torneo carente de efectividad de cara al gol, acaparando la posesión pero sin producir apenas ocasiones hasta que comenzó a jugar con un futbolista más. “Nuestro rival ha tenido problemas con Suiza. En este punto también podemos enfrentarnos a una selección como España con la cabeza alta”, valora Ranieri, que apostilla: “Una Italia como esta no debe tener miedo de nadie. Los azzurri saben jugar, atacar, defenderse y sufrir”. El orgullo es evidente y está justificado.

Los de Luis Enrique presentan estadísticas distinguidas. Lideran el ranking goleador del torneo, con 12 tantos, y esto supone igualar su récord histórico en las fases finales de los Mundiales o las Eurocopas. No obstante, España ha encajado un gol por partido de media, por lo que marcar se convierte en obligación. Por ejemplo, hay números firmados ante Suiza que son diferenciales, pero que si no vienen acompañados por el orgasmo del fútbol, pierden trascendencia.

simón hace la diferencia

Ninguna selección ha dado más pases en esta Eurocopa que el combinado estatal frente a Suiza (911), y solo Italia iguala el número máximo de remates en un mismo partido. España disparó en 27 ocasiones ante los helvéticos, y 17 de ellas fueron en la prórroga, para firmar un solo gol, en propia puerta de los suizos. El desacierto de cara a portería, que condujo a la agonía frente a Suiza, despertó las dudas del pasado. En el concierto de un colectivo, la actuación particular de Unai Simón hizo la diferencia, a pesar de su humildad: “Siempre hay que pensar que los penaltis es una lotería”, dijo, aunque destapó la ambición del vestuario: “Somos un grupo de chavales con ganas de comernos el mundo”.

En la cuestión del gol, España e Italia guardan semejanzas. En ambas escuadras han marcado seis jugadores. Por el bloque estatal aparecen Morata, Ferrán y Sarabia -duda para la semifinal por problemas musculares-, con dos dianas, y Laporte, Azpilicueta y Oyarzabal, con una; los tres goles restantes fueron en propia puerta, dos de Eslovaquia y uno de Suiza. Para Italia han sumado Immobile, Insigne, Locatelli y Pesina, con dos goles, y Chiesa y Barella, con uno; y uno en propia puerta. Si bien, los italianos han encajado dos goles y España, cinco. Ahí puede estar el factor diferencial, en la rocosidaditaliana.