El contenido del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre el presunto papel del número tres del PSOE, Santos Cerdán, en la trama corrupta que se investiga en el ‘caso Koldo-Ábalos’ ha sido demasiado contundente para que el secretario de organización socialista pueda acogerse a la presunción de inocencia como justificación de mantener su cargo y el acta de diputado. Aunque este hecho no anticipa la resolución final del caso, el informe y las interpretaciones que hacen los investigadores han sido detonante de una pérdida total de confianza de Pedro Sánchez hacia su secretario de organización en el PSOE, llegando a asumir implícitamente el alcance del informe. La inmediata dimisión de sus funciones, que Sánchez reivindica como decisión propia, es consecuencia de la voluntad de evitar el arrastre de toda la estructura del partido. El líder socialista ha comprometido una auditoría, una renovación interna y le asiste la verdad cuando compara su proceder con el de su predecesor. Cerdán podrá organizar su defensa al margen del aforamiento –al que no renunció el exministro José Luis Ábalos y que solo perdió vía suplicatorio al Congreso– y su partido podrá acreditar su colaboración con la Justicia. La espita discursiva, el relato que se pone en bandeja a la oposición y que reclama insistentemente la marcha de Sánchez y la convocatoria electoral, no se desactivan tan fácilmente. Sin embargo, en la información conocida no aparecen aún elementos que afecten a la integridad institucional del partido ni del Gobierno. Estará por investigar el destino del dinero presuntamente cobrado en mordidas por adjudicaciones fraudulentas, pero el hilo de ese delito está por enhebrar todavía y no se han conocido indicios que afecten a la estructura del PSOE, como sí sucedió en el ‘caso Gürtel’, donde el PP fue condenado por beneficiarse de la trama de corrupción. Si se llegara a demostrar una situación similar, resultaría lógico plantear la sostenibilidad del Gobierno, pero este no es un escenario real. Desde luego, no en este momento procesal, en el que la oposición pretende invertir la carga de la responsabilidad mediante una presunción de culpabilidad que no es acorde al Estado de Derecho. La contundencia de la Justicia no está reñida con el respeto a las garantías procesales. Lo que no quita para que Sánchez añada otro factor de desgaste por su proximidad al investigado. l