Un acuerdo económico cocinado con ingredientes políticos permitió ayer desbloquear tras 17 años de enfrentamiento la guerra arancelaria más larga de la historia. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, accedió a un acuerdo por cinco años con la Unión Europea para suspender los aranceles por la disputa entre la estadounidense Boeing y la europea Airbus a cambio de un mayor apoyo frente a China. El gesto supone una tregua en toda regla en el frente abierto por el anterior inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, y que anticipa una resolución del conflicto que ha terminado afectando a sectores tan estratégicos para Euskadi como el siderúrgico.

De momento, el acuerdo, anunciado en Bruselas en la cumbre entre la UE y EE.UU. cierra temporalmente el litigio, por las ayudas respectivas a los gigantes aeronáuticos, y que ha supuesto aranceles que han afectado a productos como el aceite de oliva, el vino, los cítricos, las aceitunas o los quesos. Estos sectores afectados aplaudieron ayer la tregua, al igual que lo hicieron todos los gobiernos europeos.

Biden ha escogido Europa como destino de su primer viaje desde que llegó a la Casa Blanca. El discurso oficial es que EE.UU. vuelve al multilateralismo y a los aliados tradicionales, tras el mandato de Donald Trump, pero, durante los días que ha estado en el G7 en el Reino Unido y en Bruselas con los socios de la OTAN, su fijación ha sido China.

El presidente estadounidense desea recuperar cuanto antes la complicidad de sus aliados para hacer un frente común ante Pekín y sabe que tiene que hacer cesiones para allanar ese camino. Y así lo remarcó al comienzo de la cumbre de ayer con los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Charles Michel. “EE.UU. está de regreso y es por eso que estamos aquí”, dijo Biden, quien destacó que los europeos son los aliados naturales de su país por los valores que comparten y porque están “bajo un ataque creciente”, en referencia al avance de China, empeñada en relevar a Estados Unidos como primera economía del planeta.

Ambos firmantes del acuerdo suspenderán sus aranceles compensatorios, valorados en hasta 11.500 millones de euros, durante cinco años mientras abordan juntos las prácticas no de mercado de partes terceras que puedan perjudicar sus sectores aeronáuticos civiles.

Vigilancia tecnológica

La cesión temporal y con condiciones -si el apoyo de Europa a Airbus “no es coherente” y dificulta la competencia de Boeing se suspenderá el acuerdo-, deja al margen la mayor herencia de Donald Trump en este ámbito, los aranceles al aluminio y al acero, pero abre la puerta a que se resuelva también ese frente.

Más allá de este pacto, la cumbre en Estados Unidos y la Unión Europea se salda con la creación de un consejo tecnológico comercial para contrarrestar el progreso de Pekín. Ese órgano se encargará de coordinar los estándares para nuevas tecnologías, como la computación cuántica, la inteligencia artificial y la biotecnología, así como la “resiliencia” de las cadenas de suministro, y el control de las importaciones, exportaciones e inversiones, entre otros. Se trata en definitiva de que ambas potencias se coordinen de cerca para lidiar con la amenaza que representa China.

El Gobierno español y las organizaciones del sector agroalimentario celebraron el acuerdo. La ministra de Industria, Reyes Maroto, subrayó que permite recobrar unas operaciones “clave para nuestras empresas y para la recuperación de la economía española”, mientras que el titular de Agricultura, Luis Planas, apuntó que los aranceles han gravado “injustamente” los envíos españoles. La consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, valorará hoy el acuerdo antes de visitar la feria Food 4 Future en el BEC.

También mostró su satisfacción la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que subrayó que el acuerdo refleja un “nuevo espíritu de cooperación” transatlántica. “Hemos dado un paso principal para resolver la disputa comercial más larga en la historia de la OMC”, indicó Von der Leyen en un comunicado.

El presidente francés, Emanuel Macron, aseguró que el acuerdo es fruto de la “cooperación eficaz” entre la Unión Europea y Estados Unidos. Macron resaltó especialmente que el acuerdo supone una “buena noticia para los viticultores franceses”, después de los aranceles que impuso Washington durante la administración del presidente Donald Trump a las importaciones de vino francés. Las denominaciones de Rioja y Navarra también se verán beneficiadas.

Con todo, la aceituna de mesa, aceite de oliva, vinos, quesos y cítricos eran los productos que se habían visto más afectados en el Estado por estos aranceles. Desde la cancelación temporal hace 3 meses, se ha recuperado ya la venta de 100.000 toneladas de aceite en el mercado americano. El camino se despeja tras la llegada de Biden a la Casa Blanca y la sintonía política se traslada a la economía.

“Hemos dado un paso principal para resolver la disputa comercial más larga de la historia”

Presidenta de la Comisión Europea

“Acordamos trabajar juntos para desafiar y contrarrestar prácticas no de mercado de China”

Presidente de EE.UU.

“Es clave para nuestras empresas y para la recuperación de la economía española”

Ministra de Economía