Bilbao - Hay cierto consenso en el hecho de que el año pasado puede darse por bueno a nivel de negociación colectiva en Euskadi al concluir diciembre con el 61% de trabajadores con su convenio al día, un nivel inédito desde 2008. Aun así, el repunte de los precios -ayer se conoció el IPC de enero, del 1,4%- recuerda que aún queda mucho camino por recorrer. Como recalcaron los sindicatos CC.OO. y UGT, a pesar de que 2019 fue un año fructífero con la firma de importantes acuerdos, en la CAV hay alrededor de 230.000 trabajadores que siguen con su convenio congelado y al margen por tanto de las subidas salariales, lo que sigue mermando su poder de compra a medida que pasan los años.

La peor parte se la lleva Gipuzkoa, donde más de 115.000 asalariados de sectores como el Metal, Oficinas y Despachos o la Hostelería tienen sin renovar sus condiciones laborales, remarcó UGT. En algunos casos, recordó la central de Raúl Arza, se trata de convenios pendientes desde la década de 2000 con la pérdida de poder adquisitivo acumulada que eso supone. En Bizkaia la situación ha dado un salto cualitativo con el reciente acuerdo en la industria aunque aun quedan sectores bloqueados de mucho peso como el de Oficinas y Despachos. La negociación es bastante más dinámica en Araba.

Así las cosas, a cierre del año pasado quedaban 230.000 trabajadores con su convenio pendiente de renovar -140.000 estarían dentro de una regulación congelada desde hace años pero todavía en vigor a pesar del paso del tiempo gracias a la ultraactividad indefinida mientras que otros 90.000 habrían perdido completamente su convenio-. Todo este grupo de trabajadores vascos seguirían acumulando pérdida de poder adquisitivo por el alza del IPC, que en el conjunto del año pasado fue del 1,2%. En enero se mantiene la tendencia alcista con dos décimas más, el 1,4%, según hizo público ayer el INE, lo que supone seguir mermando las economías domésticas de esos trabajadores sin subidas.

El IPC de enero es el más elevado desde abril de 2019 y, esto es más preocupante para los bolsillos, empieza a quedar atrás el nivel del 1% en el que, con altibajos, se han mantenido los precios en los últimos tres años. A excepción de 2016, en el que la tasa escaló al 1,5%, en los ejercicios anteriores hasta 2012 el IPC fue de décimas incluso en 2014 fue negativo. "2020 tiene que ser el año de la recuperación de los salarios, especialmente los que llevan años sin actualizar y los más bajos, que deben alcanzar los 1.000 euros al mes en todos los convenios", reclamó ayer la portavoz de UGT-Euskadi, Maribel Ballesteros.

Por su parte, el sindicato CC.OO. hizo también un balance de la situación de la negociación colectiva en Euskadi tras un año positivo al aumentar de forma significativa el volumen de trabajadores vascos con su convenio renovado. La central puso el acento en el avance de los acuerdos de ámbito estatal pero, a diferencia del planteamiento de ELA y LAB, resaltó que la estatalización "no es un problema".

mayores subidas El sindicato puso en valor que la subida salarial media pactada en Madrid en 2019 ha sido superior a la de Euskadi, por lo que los últimos convenios estatales han tenido un efecto positivo sobre una parte de trabajadores vascos. El informe del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) recoge un alza salarial medio en los convenios firmados en la CAV el año pasado del 1,78%, casi un punto por debajo de la media recogida en los acuerdos válidos para todo el Estado que inciden en sectores y empresas con presencia de trabajadores vascos.

La negociación colectiva estatal gana temperatura a nivel salarial mientras el nivel de penetración en la CAV se contiene. El año pasado fueron casi 55.000 los trabajadores vascos que vieron sus condiciones renovadas bajo el manto estatal, los mismos que en 2018. En cambio, los acuerdos alcanzados en Euskadi el año pasado regulan las condiciones de más de 100.000 vascos al firmarse sectores de mucho peso como el Metal de Bizkaia o la enseñanza concertada.

"No hay un problema de estatalización en Euskadi. El 86,7% de los trabajadores tienen su convenio negociado en Euskadi", indicó ayer la portavoz de negociación colectiva de CC.OO.-Euskadi, Garbiñe Espejo, que quiso "alejar ese fantasma que pretenden algunos sindicatos respecto a la estatalización", dijo en referencia a ELA y LAB.

Mari Cruz Vicente, histórica de CC.OO. en Euskadi y ahora en la dirección del sindicato en Madrid junto a Unai Sordo, se apoyó en esa subida media cosechada por los pactos estatales para defender el último acuerdo global firmado con la patronal española y que recoge incrementos de entre el 2 y el 3%, además del compromiso de elevar el mínimo salarial en convenio a 14.000 euros anuales.