La llegada de septiembre suele traer consigo un importante desembolso en material escolar, uniformes, libros y actividades extraescolares. Para reducir el impacto en el bolsillo, conviene revisar lo que ya se tiene en casa antes de comprar y aprovechar aquellos elementos que siguen en buen estado. Los libros de segunda mano, los intercambios entre familias o las plataformas de reutilización son una alternativa cada vez más habitual.

También es recomendable comparar precios en distintos establecimientos o aprovechar campañas de descuentos de grandes superficies. A esto se suman las becas y ayudas públicas que ofrecen ayuntamientos y comunidades autónomas, que pueden suponer un alivio importante para muchas familias.

Recuperar la rutina cuanto antes

El verano suele traer horarios flexibles, cenas tardías y mañanas más largas. Por eso, la adaptación al calendario escolar puede resultar complicada. Una buena estrategia es ajustar gradualmente los horarios de sueño y comidas en los días previos, adelantando poco a poco la hora de acostarse y de levantarse.

También ayuda recuperar rituales asociados al descanso, como cenar ligero, apagar pantallas antes de dormir o leer un cuento en familia. Estos pequeños pasos hacen que el regreso a las clases sea menos brusco y más natural.

Dos niños se entretienen con un tablet. Freepik

Prepararse emocionalmente

El cambio de etapa no solo es logístico, también es emocional. Los niños suelen enfrentarse con nervios al reencuentro con profesores y compañeros, y es clave transmitirles confianza y entusiasmo. Hablar de lo positivo del nuevo curso, recordar experiencias agradables o resaltar los aprendizajes por venir ayuda a rebajar la ansiedad. Es importante que el primer día se viva sin dramatismos y una despedida natural, breve y afectuosa refuerza la seguridad del menor.

Involucrar a los niños

Dar a los hijos un papel activo en la vuelta al cole es una herramienta muy eficaz. Elegir juntos la mochila, el estuche o parte del material escolar les permite sentir que participan en las decisiones y refuerza su autonomía. Colocar etiquetas, forrar libros o preparar la ropa también son actividades que convierten el regreso en una experiencia compartida en lugar de una imposición.

El inicio del curso suele coincidir con la vuelta al trabajo de los padres, lo que convierte la conciliación en un reto. Establecer un calendario semanal con horarios claros para estudio, deporte, ocio y descanso ayuda a toda la familia a organizar mejor el tiempo. Contar con un espacio tranquilo para las tareas escolares y evitar distracciones durante ese momento es fundamental para el rendimiento académico.

Fecha marcada en rojo en un calendario. Freepik

Cuidado con la mochila

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Una mochila excesivamente cargada puede causar molestias de espalda, por lo que conviene elegir un modelo ergonómico y no superar el 10-15% del peso corporal del niño. A esto se suma la importancia de una alimentación equilibrada: desayunos completos, meriendas saludables y una buena hidratación marcan la diferencia en la energía y la concentración.

Tampoco hay que olvidar la práctica de ejercicio físico, esencial para reducir el estrés y mantener un estilo de vida activo.