El Athletic se estrelló contra el Espanyol en un duelo directo por Europa en el que a Ernesto Valverde no le valió lo que sí le sirvió cuatro días antes en Copa en materia defensiva. Se puso de manifiesto en San Mamés que no es lo mismo tener enfrente a un equipo de Primera Federación como el Ourense o un rival que ocupa la quinta posición en la clasificación de Primera División y que aventaja ya en diez puntos al conjunto rojiblanco con un partido menos disputado para más inri. Fe de ello, muy a su pesar, puede dar Iñigo Lekue, todo voluntad, pero superado en un envite frente al cuadro catalán en el que dejó constancia de que su posición no es la de central.
Formó el deustuarra con Paredes en el centro de una defensa que sufrió más que de costumbre para evitar las ofensivas de un adversario que aprovechó el mar de dudas en el que se convirtió la mermada línea defensiva diseñada por Ernesto Valverde. Sin la disponibilidad de Vivian por acumulación de amonestaciones y con las bajas de Laporte y Yuri por lesión, amén de las ausencias de larga duración de Egiluz y Yeray, el técnico apostó por Gorosabel y Adama en los laterales para acompañar a Paredes y Lekue, quien tuvo una noche de lo más difícil, si bien no fue el único.
Sufrió sobremanera el 15 del Athletic con un delantero corpulento y siempre dispuesto para la batalla cuerpo a cuerpo como Roberto, quien impuso su jerarquía ante el baldío intento de cumplir del rojiblanco, que hizo lo que pudo en una demarcación que no le corresponde, pero en la que se ha visto abocado a fajarse en los dos últimos compromisos con desigual fortuna. Volvió a asomar en el banquillo sin minutos el cachorro Monreal mientras Lekue trataba en vano de mantener bajo control a Roberto. Corrió riesgos innecesarios con balón el de Deusto en zonas comprometidas y salió en la foto de los dos goles, aunque la responsabilidad del segundo tanto del Espanyol cabe atribuírsela a un sobrepasado Adama, que cuajó una de sus peores actuaciones como león.
En el caso de Lekue, su debe en el primer gol encajado anoche por Unai Simón fue la innecesaria falta empujón mediante que cometió frente a un rival de espaldas en la línea de banda, lo que dio pie a una falta que rechazó Sancet y fue a parar a Carlos Romero, quien conectó una imparable volea desde fuera del área.
Las concesiones
Al término del partido, Lekue tomó la palabra en la sala de prensa de San Mamés junto a Iñaki Williams para analizar lo acontecido sobre el verde, si bien no quiso valorar su partido como central. “Es una posición a la que estoy menos acostumbrado, pero intento amoldarme siempre a las necesidades del equipo e intento hacerlo lo mejor posible. No es la primera vez que juego ahí, pero en caliente pienso más en el equipo que en mi actuación”, apuntó ante los medios de comunicación el deustuarra, quien consideró injusta la derrota y manifestó en relación a los errores que desembocaron en los dos goles del Espanyol que “han sido concesiones de las cuales nosotros también intentamos aprovecharnos del rival, aunque han sido en momentos clave al tratarse del final de la primera parte y el comienzo de la segunda”.