El farmacéutico y divulgador @farmaceuticofernandez ha subido un reel que no deja indiferente: “criar a un hijo cuesta más de 300.000 euros”. Anticipando la polémica, abre el vídeo con ironía: “Me habéis contestado como si estuviera tarado… pero esperad un momento que os lo cuento. Veréis cómo no me lo invento”. Su tesis: si se suman los gastos “hasta que se independiza de verdad”, la cifra se dispara.

A partir de los 18 años, advierte, “tienen muy difícil incorporarse a la vida laboral”. En la práctica, muchos prolongan estudios, encadenan becas o sueldos de entrada bajos y no pueden asumir solos alquiler y gastos, de modo que la dependencia económica con la familia se alarga varios años: “Por encima de los 25, hoy en día la mayoría son becarios y tampoco les da para sobrevivir por sí mismos”.

Una riada de gastos

El vídeo desglosa cómo y cuándo suben los gastos. En los 0–3 años la conciliación se lleva la palma: guarderías, canguros y horarios imposibles absorben buena parte del presupuesto mensual. Entre 4 y 6 años gana peso la educación (libros, comedor, actividades). En 7–12 la alimentación ya es el principal capítulo, “con más de 130 euros al mes”, y entre 13 y 17 llega la cuesta más empinada: “es la etapa más cara”, con casi 150 euros mensuales sólo en comida y un tirón claro en ropa, ocio, transporte y extras. El propio divulgador resume la progresión: “El coste mensual por hijo puede pasar de 556 euros a 736 euros”.

Más allá del número total, @farmaceuticofernandez insiste en el cambio de patrón: la dependencia económica se alarga y eso empuja la factura final. En pantalla muestra “una tablita” con en qué gastan y la media mensual por edades, y opina que “qué barbaridad en alimentación y ocio”. Con el humor que le caracteriza, lanza una provocación que resume su opinión: “Está claro que si quieres ser rico, tener hijos no es un buen negocio”.

Analizar lo que viene

Su objetivo, dice, no es espantar a nadie, sino invitar a mirar de frente los gastos recurrentes y a planificar. De ahí que subraye que muchas partidas son “casi innegociables” hasta la mayoría de edad y que, después, la prolongación de estudios y los sueldos de entrada expliquen por qué la independencia real llega más tarde. Entre la broma y el dato, el mensaje que deja el reel es claro: criar cuesta. Y conviene saber cuánto antes de hacer números alegres.

Niño pequeño dibujando con temperas y pinturas en el salón. Freepik

La natalidad en Euskadi encadena mínimos y tensiona el relevo generacional: en 2024 nacieron 12.904 bebés, un 4,1% menos que en 2023 y el registro más bajo desde que hay datos, con caídas en Álava (-5,5%), Bizkaia (-4,2%) y Gipuzkoa (-3,2%). El retrato demográfico añade matices: casi tres de cada diez madres eran extranjeras (29,5%) en Álava roza el 39,3%, más de la mitad de los nacimientos se produjo fuera del matrimonio (50,3%) y la maternidad se concentra entre 30 y 39 años, reflejo del retraso en la edad de primer hijo.

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Un niño jugando en una guardería. Freepik

La tendencia ya se nota en el sistema educativo, con menos matrículas al inicio de curso por el descenso continuado de cohortes.