La última vez fue el 31 de mayo de 2019. Entonces, la palabra pandemia era solamente una entrada más en el diccionario. Por supuesto, covid-19 parecía un término nacido de una novela de Philip K. Dick o Dan Simmons o de una película de Steven Spielberg o Ridley Scott.

Hubo tres años de sequía. La crisis sanitaria provocó que la tradicional comida de campeones del Manomanista quedara suspendida hasta este viernes. El llamamiento volvió a reunirles alrededor de una mesa en el restaurante Maipu de Sondika.

De la instantánea de 2019 hay una notable falta, la de Jesús García Ariño, el primer campeón de la historia de Bizkaia. Fue en 1957. Dentro de una saga dorada, la formada por sus hermanos Ángel y Roberto, debutó en 1953. En 1956 se metió en su primera final del mano a mano. Ganó el cetro ante Pepe Arriaran por 22-11 en el Deportivo de Bilbao un curso después. El de Arrasate se retiró con el 16-11, lesionado de la rodilla. Entre el 56 y el 64 estuvo en seis citas por la txapela más grande del año. La segunda llegó en 1963. Entonces, el de Atxondo tumbó a Hilario Azkarate por 22-2 en el Beotibar de Tolosa. Tras él, el de Elorrio acabó por ser el dueño del cetro en seis ocasiones. Monarca.

La pelota a mano se puso de luto apenas seis meses después de aquella foto, en la que también estaban Beloki, Bengoetxea VI, Gorostiza, Altuna III, Aimar, Atano X y los finalistas Urrutikoetxea e Irribarria, que acabó ganando la txapela. Jesús falleció a los 85 años. Se echa de menos su sonrisa y su sabiduría.

Sucede que los álbumes de fotos, como las reuniones de viejos camaradas, compañeros, rivales y campeones, actúan como una función catalizadora de los recuerdos, que se arraciman a flor de piel y se viste de gallina. Y se acumulan los abrazos, las palmadas en el hombro y muchos "¡hola! ¿Cómo andas?" y "¡cuánto tiempo!". No solo entre los protagonistas, sino también entre los satélites que orbitan alrededor de la pelota a mano. Y las instantáneas que hablan de una final del Manomanista se acaban convirtiendo en un discurso absoluto sobre el río de la vida. Como las coplas de Manrique. Al fondo, espera la mar.

En la misma postal de 2018 estuvo Don Miguel Gallastegi, el legendario campeón nacido en el caserío Asoliartza de Eibar. Era un fijo en la comida. "No me trate de usted, que todavía soy joven", decía. Siempre contestaba con retranca y contaba una de sus mil aventuras. Entonces, todo el mundo escuchaba. Genio y figura. El último Don se fue a jugar mano a mano al cielo el 4 de enero de 2019 con cien años. Seguro que ya se ha embolsado alguna txapela.

En medio de la imagen de 2022 está Luciano Juaristi, Atano X, con 89 años. Hará 90 el 19 de diciembre. Habla de la final entre Joseba Ezkurdia y Unai Laso de este domingo en el frontón Navarra Arena, pero es una excusa para charlar sobre lo demás. No es más que otro partido que jugar. Siempre dicen los que saben que uno es dentro de la cancha como lo es fuera.

ATANO X Y GOROSTIZA: "ES UNA FINAL DIFÍCIL DE PRONOSTICAR"

Cuestionado sobre la cita entre Ezkurdia y Laso, Atano X, campeón en 1966 y 1968, explica que "es más difícil que nunca de pronosticar, porque con estas pelotas, comparando con las de antes, se hacen tacadas muy grandes". El legendario manista de Azkotia cuenta que "no tengo favorito". "Son muy diferentes los dos. Ezkurdia es potente y ante Jaka hizo un partido de asustar. Si juega así, que le dio de izquierda y derecha, es mal contrario para todos. Estuvo fresco", declara.

Iñaki Gorostiza, campeón en 1977 en una memorable final ante su vecino Roberto García Ariño (22-12), la única disputada en el frontón Adarraga de Logroño, comenta que "está muy abierta". "Veremos cómo soporta la presión cada uno", concreta el de Atxondo, quien reflexiona que "Ezkurdia demostró en la semifinal que está muy fuerte, pero no sé si eso es positivo para él. Puede que tenga más presión". "La clave estará en cómo empiece la final. Si haces unos tantos y rompes, coges confianza y obligas al rival", advierte.

ARRETXE, EUGI Y BARRIOLA: "PARECÍA QUE LOS NAVARROS HABÍAMOS DESAPARECIDO, PERO..."

Fernando Arretxe, que ganó el mano a mano en 1994 y 1997, poseedor de cetros en las tres modalidades y, por tanto, uno de los manistas más completos de la historia, confirma que "está muy igualado". "No hay favorito claro, aunque son pelotaris con características distintas. A Ezkurdia le va pelota poderosa y a Laso, en cambio, una más viva y que se mueva fácil. Les veo con juego", recita el de Luzaide. "Que sea en el Navarra Arena no creo que suponga una presión añadida. Es un día histórico", finaliza.

Patxi Eugi se coronó en las ediciones de 1996, 1999 y 2000. Cuenta que espera "un gran partido". "Son los dos mejores del momento. Laso ha revolucionado la pelota y Ezkurdia, a pesar de andar un poco regular contra Zabaleta, dio una exhibición en la semifinal. Mostró lo que puede jugar mano a mano", desbroza el de Agoitz. "Joseba no ha sido antes campeón porque no gozaba con la derecha y en Eibar gozó. Si toca así la pelota, puede ser peligroso. Laso es agresivo y mete la pelota en la mano", esgrime. "Parecía que los navarros habíamos desaparecido del Manomanista y ahora hay dos en la final. Eso es importante, más siendo la final en el Navarra Arena", zanja Eugi.

Abel Barriola destacó en la élite manista con el triunfo en el Cuatro y Medio de 2001. Un año después se llevó el mano a mano. Tardó doce años en completar la Triple Corona. Es leyenda. "Veo una final abierta. Me decanto un poquito más por Ezkurdia, porque en las dos finales que ha tenido en el Navarra Arena no era favorito y acabó ganando las txapelas. Es una cancha que le va bien. Además, está en un momento muy peligroso. No sé si tendrá la oportunidad de jugar más finales del Manomanista y es el título que le falta", disecciona el leitzarra.

PATXI RUIZ, OLAIZOLA II Y BENGOETXEA VI: "NO AFECTARÁ LA PRESIÓN"

El último zaguero campeón del Manomanista fue Patxi Ruiz. Fue en 2003 ante Aimar Olaizola. "Laso tiene un golpe brillante e igual es un poco favorito, pero, bajo mi punto de vista, veo a Ezkurdia un poco por encima. Le veo mentalmente fuerte, asentado y con golpe", desvela el de Lizarra, quien augura que "habrá un ambientazo terrible y será bonito. Es una presión positiva". "La clave estará en Joseba. Si no se va del partido, puede hacer mucho daño", añade.

Cuatro txapelas (2005, 2007, 2012 y 2013) engalanan a Aimar Olaizola, responsable deportivo de Baiko Pilota. "Llegan dos pelotaris en muy buena forma. Los pequeños detalles afectan un montón. Es un partido abierto", recita el goizuetarra. "Si Laso hace lo suyo, tendrá opciones de ganar. Está con juego", finaliza el navarro.

Oinatz Bengoetxea se impuso dos veces en la modalidad, en 2008 y 2017. Es el último campeón de Baiko Pilota. "Es la primera final del Manomanista para los dos, pero Joseba tiene cuatro txapelas. Unai ya sabe lo que es jugar finales y las ha jugado muy bien. No creo que les vaya a afectar la presión. La clave estará en el que acierte más y el que aproveche el saque", considera el leitzarra, que nunca ha jugado en el Navarra Arena. "Es una pena de las que tengo. Es un frontón rápido", manifiesta. "No creo que sea un partido duro. Será igualado, eso sí", remata Oinatz.

URRUTIKOETXEA, IRRIBARRIA Y JAKA: "EL QUE LLEVE LA INICIATIVA TIENE MUCHO GANADO"

38 años tardó Bizkaia en recuperar la txapela del Manomanista. Fue Mikel Urrutikoetxea en 2015. Sucedió a Gorostiza. "Los dos están en un buen momento de juego. En una final puede pasar cualquier cosa. Con el saque y el resto se hace mucho daño en el mano a mano. Será clave", argumenta el de Zaratamo, que apostilla que "no hay favorito. Ezkurdia lleva demostrando durante muchos años que está arriba. A un partido puede pasar cualquier cosa. Es una final abierta". "El que lleve la iniciativa tendrá mucho ganado", esgrime el vizcaino.

Iker Irribarria deslumbró en su primer campeonato, en 2016. Es el manista más joven en ganar el cetro, con 19 años. Después, volvió a llevarse el título en 2019. "Será una final dura. Joseba ha dado un gran espectáculo. Me ha impresionado. Estuvo un tiempo sin jugar y ha respondido bien. Laso es un pelotari duro. Espero un buen encuentro, aunque es difícil", sostiene el de Arama. "He jugado tres o cuatro veces en el Arena. Es un frontón duro: tiene salida de frontis y la pelota anda por el suelo. Puede beneficiar a Joseba, pero no será decisivo", radiografía.

Erik Jaka sacó la txapela en 2020 en un torneo en el que se salió. En el presente mano a mano sufrió a los dos finalistas. "Es una final igualada. Las semanas anteriores quizás se le veía mejor a Unai, pero ahora se ha equilibrado todo", dice el lizartzarra, quien concluye que "las diferencias se marcan en el inicio. Será importante. Cada uno tiene sus armas".