Tres derechazos brillantes de Jokin Altuna para anotarse el cartón. 17-13. Película de terror para Unai Laso este sábado en la pantalla del frontón Bizkaia de Bilbao. De nuevo, la misma historia. El guipuzcoano, por delante, como un tiburón hambriento. El Manomanista, territorio fetiche para el navarro, por potencia, brillo, por músculo, era una tortura. Pelotaris incómodos. Muchos errores. Y el resultado... El mismo de siempre: el guipuzcoano por delante. Amity Island de secano. Un poltergeist para Laso, con su sábana blanca reglamentaria, su cadena y su bola. Erguido en mitad de la cancha, como el Cristo Redentor que observa Río de Janeiro. Elefantes en la habitación. En el retrovisor: las últimas finales, en las que Jokin parecía infranqueable, pues, aunque hubo ligeras fugas de agua, había emergido como un ganador nato. Un purasangre. Eso se tiene o no se tiene. Como las txapelas.

En ese mismo instante, olvidado el peaje de un partido con más emoción y tensión que brillo, debatido a gran ritmo, Laso resurgió. Altuna III, que se protegió la zurda por los problemas que lleva arrastrados en toda la competición, cometió errores no habituales en él. El cazador cazado. Unai olió la sangre. Su partido consistía en castigar, trabajar, explotar el músculo de su propuesta. Tacada de nueve tantos. ¡Llama a los Cazafantasmas!

El de Baiko Pilota se sacudió las esquirlas del pasado con nueve tantos que fueron nueve puñaladas de sufrimiento. "Había que dar un pelotazo más", explicó el errotarra. El camino pasaba por aguantar, por resistir, por mostrar su perfil más dinamitero. El experimento ante un delantero tan dotado como Altuna III es un riesgo innecesario. A partir del 17-15, un derechazo atrás de Unai, la película cambió. Jokin cometió un error, Laso explotó un dos paredes a la vuelta del saque, percutió por pared, cruzó dos ganchos y se anotó dos saques, claves. Remontada volcánica.

Lo celebró Unai con rabia. Se había quitado una espina con su contrincante. Ya no cree en fantasmas. Estará en la cita del frontón Navarra Arena de Iruñea el próximo 29 de mayo. Será su primera final del Manomanista. La tercera seguida tras las del Cuatro y Medio y el Parejas.

EZKURDIA CONTRA JAKA, LA SEGUNDA SEMIFINAL

Joseba Ezkurdia y Erik Jaka se enfrentan este domingo en la segunda semifinal del Manomanista en el frontón Astelena de Eibar, a partir de las 17.00 horas. El delantero de Arbizu solamente ha sido de la partida en un envite de la liguilla de cuartos de final -ganó a Zabaleta por 21-22-, ya que ha estado inmerso en dos suspensiones.

Y es que ha pasado a las semifinales con tres triunfos y únicamente una contienda disputada, pues Jokin Altuna declinó su participación en la segunda jornada por problemas en la mano izquierda y Darío Gómez, eliminado, no pudo jugar su cruce de la tercera. Aspe alineó al pelotari en un encuentro de parejas el pasado sábado en el frontón Atano III de Donostia para que se mantuviera en activo. Ganó junto a Oier Etxebarria ante Irribarria-Bikuña por un apretado 22-19.

El de Lizartza, en cambio, se impuso el pasado domingo en un choque agónico a Iñaki Artola. Necesitó 70 minutos de tajo, 371 pelotazos a buena y remontar un 12-16. Acabaron 22-21 en favor del campeón de 2020.

"Cuando estás mal, le das muchas vueltas a la cabeza. He sufrido un montón este año, porque vuelves de una lesión y ves que no vas arrancando. Completas un par de partidos buenos y parece que estás mejor, pero la realidad te golpea fuerte. Es lo que me estaba pasando en esta larga temporada. Le estoy dando la vuelta con mucho trabajo, tanto de frontón como técnico o psicológico. Me siento mucho mejor; sobre todo, en el día a día. Estoy disfrutando de mi entorno, de mi profesión. Todo es más fácil así", declaró el guipuzcoano.