La tensión de la incertidumbre de echar la moneda al aire agarrotó a Jokin Altuna y Jon Mariezkurrena en el play-off del Campeonato de Parejas. Sin embargo, consiguieron remontar a Jaka-Martija un 19-13 para conseguir entrar en las semifinales. Ahora, en el salpicadero únicamente hay una estación: sumar para alcanzar la final del 9 de mayo.

Después del trance de pasar por el ‘play-off’, están en las semifinales. Objetivo cumplido.

—Sí. Estamos muy contentos. El Parejas es muy largo y hay diferentes momentos de juego, pero lo que más inquieta al pelotari es que no sabes hasta el final si vas a llegar a las semifinales. Si no estás en las dos primeras posiciones, corres peligro. El año pasado, de hecho, quedé eliminado habiendo sido cuarto (con Ladis Galarza). En esta edición, hemos ganados dos partidos más en la primera fase y, aun así, tuvimos que decidir nuestro futuro en el play-off.

Durante semanas fueron segundos y perdieron su plaza a dos jornadas del final de la liguilla. Después, lograron remontar a Jaka-Martija. ¿Cómo ha sido la gestión emocional en este Parejas de subidas y bajadas?

—Hubo momentos en los que nos veíamos en las dos primeras posiciones, pero en los últimos partidos se nos escapó. Eso fue lo que nos llevó a jugar el play-off: un partido a vida o muerte en el que lo anterior no vale para nada. Pero ganamos. Además, es importante para nuestra confianza cómo lo hicimos. Nos veíamos casi fuera con el 19-13, pero seguimos fuertes y conseguimos darle la vuelta.

Estuvieron a un paso del abismo.

—Veníamos de unas jornadas en las que los rivales nos habían remontado. El compromiso contra Artola-Aranguren en Amezketa era importante para coger sensaciones, pero al no ser de mucha tensión no lo valoras tanto. Sin embargo, antes habíamos recibido dos golpes fuertes, pues se nos habían escapado dos encuentros al final -Urrutikoetxea-Imaz les remontaron un 13-21 en Getaria y Peña II-Albisu dieron la vuelta a un 21-17 en Eibar-. Contra Peña II-Albisu creo que jugamos bien, pero si pierdes tienes esas dudas. Ante Jaka-Martija había mucha tensión, ya que son partidos que no son fáciles de jugar, pero logramos la victoria y eso nos llena de confianza. Ahora queremos darlo todo en las semifinales.

Su compañero Jon Mariezkurrena llevaba meses fuera del circuito profesional al no haber sido renovado por Baiko. Aspe le fichó directamente para el Campeonato de Parejas. ¿Qué tal han conectado?

—La verdad es que siempre me había tocado jugar contra él y no me gustaba, porque es un zaguero que quita mucha pelota con la derecha. Es incómodo como rival. Además, tenía muchas ganas de jugar con Jon. Nos llevamos bien y desde el principio del campeonato hemos sumado mucho. Eso también se nota. Cuando no tengo el día, me insiste en qué corregir. Tenemos confianza no solo para alabarnos, sino también para decirnos las cosas en las que fallamos. Eso es muy importante para mí.

Algo tendrá usted para que sume con todos los zagueros con los que juega el Parejas: Mariezkurrena II, Ladis Galarza, Martija...

—No lo sé. La verdad es que me encuentro a gusto con ellos. La relación que tienes con tu compañero, y si conectas, hace que sea más fácil sumar en la cancha. Me siento un privilegiado por hacer muchos amigos en la pelota y de momento estoy jugando con gente que me llevo bien de verdad. En este caso, estoy muy contento de que Jon dispute sus primeras semifinales. En el mío, son las terceras y estoy muy ilusionado.

Desde que se reactivó la pelota a mano profesional en junio de 2020, todo ha ido muy rápido para usted: llegó a la final del Masters, del Manomanista y ganó el Cuatro y Medio. Inmediatamente después se inició el Parejas. ¿Cómo lo valora en lo personal?

—No están siendo meses fáciles para los pelotaris. Estamos jugando sin público y todos los campeonatos han venido seguidos, sin parar. Mentalmente es complicado seguir con el mismo hambre todas las semanas. Creo que he tenido partidos buenos y no tan buenos. También hay que destacar que al principio del Parejas, además, pasé algunos problemas de manos, que estaban golpeadas. El pelotari nunca llega a estar al cien por cien. Cuando no he tenido días brillantes, he seguido trabajando. Ahora me siento bien, con muchas ganas.

El oficio es esencial.

—Eso lo tengo claro. Al debutar y empezar a jugar con 19 años contra los mejores del momento, veía que igual hacía buenos tantos, pero que si regalabas algo, lo pagabas. En esos partidos de mucha tensión, vale mucho trabajar, no fallar y ser inteligente en la cancha. Poco a poco voy aprendiendo. Creo que todavía hay margen de mejora.

Empiezan contra Elezkano II-Zabaleta, una pareja que compite muy bien, pero a la que ya ganaron un duelo en la liguilla.

—Son una pareja supercompleta: Danel es un delantero inteligente, que sabe leer los partidos, hace muchos tantos y trabaja, mientras que José Javier está en el mejor momento de su carrera, tiene mucha pegada y madurez. Son peligrosos. Si no das el nivel, te pasan por encima. He tenido la suerte de ganarles y tengo claro que habrá que meterse en el partido y no regalar nada.

“No están siendo meses fáciles para los pelotaris: estamos jugando sin público y todos los campeonatos han llegado seguidos”

“Siempre me había tocado jugar contra Mariezkurrena y no me gustaba, porque es un zaguero que quita mucha pelota con la derecha”

“En esos partidos de mucha tensión, vale mucho trabajar, no fallar y ser inteligente en la cancha”