El próximo sábado comienza la décimo cuarta edición del BBK Mendi Film Bilbao-Bizkaia, el festival que traerá a la capital vizcaina y hasta el próximo día 12 el mejor cine de montaña. El certamen, patrocinado por DEIA, les llevará a lo alto del Shakhaur, a coger olas en el desierto africano o a la escuela más aislada de Sudamérica. Pero también barrerá para casa y, a través de los escaparates de las tiendas bilbainas, recorrerá la historia del montañismo vasco. Así lo explica su director.

¿La sociedad sabe lo que ha conseguido el alpinismo vasco?

—Posiblemente lo que se ha conseguido en los últimos años sí, porque desde los 80 sí que ha tenido mucha presencia en los medios de comunicación; pero lo previo a eso estoy seguro que no lo conoce. Va a ser una sorpresa para la mayoría porque el montañismo vasco comenzó a principios de 1900 y estoy seguro de que muchos aficionados no saben ni cómo ni dónde comenzó.

¿Descubrir esa historia es uno de los propósitos del Mendi Film?

—Sin ninguna duda. Para el Mendi Film la pedagogía es fundamental. A mucha gente le echa para atrás juntar pedagogía y cultura, pero es fundamental hacerlo porque para entender el presente es necesario conocer el pasado, sobre todo si quieres proyectarlo al futuro. El festival lleva desde sus inicios mostrando no solo la historia del alpinismo internacional, sino también nuestra historia. Al conocimiento no hay que ponerle puertas, tiene que ser tan amplio como la cordillera más extensa del mundo y ese es uno de los objetivos más importantes del Mendi Film.

La décimo cuarta edición comienza en cuatro días. ¿Hay nervios?

—En este caso no son nervios, sino momentos de apuro porque las cosas ya están preparadas pero la situación sanitaria no está en su mejor momento. Por eso, aunque esté todo listo, seguiremos las recomendaciones de las autoridades para evitar problemas. Aparte de eso, tengo unas ganas infinitas de que comience esta edición.

¿Qué sensaciones tiene?

—Son encontradas porque esta va a ser la edición de los reencuentros. El reencuentro de los mendizales, de los seguidores del festival que el año pasado no pudieron asistir a Bilbao por el cierre perimetral y que ahora sí van a poder venir y volver a juntarse. Pero sobre todo va a ser la edición de un reencuentro histórico que se va a producir el próximo sábado en la gala de inauguración.

Cuénteme más.

—Va a ser el emotivo y maravilloso reencuentro entre dos grupos de montañeros, uno navarro y otro polaco, que se volverán a ver tras 45 años. Se conocieron en unas circunstancias realmente trágicas porque los navarros, tras coronar el Shakhaur (7.116 metros) tuvieron un desgraciado accidente en el descenso. Y los polacos, que estaban en una montaña cercana, no dudaron en dejar su objetivo y acudir al rescate. A partir de ahí se creó una amistad, como las que se forjan en las montañas y en esas circunstancias, pero se vio truncada por la situación política que vivía Polonia en ese momento. La censura impidió que se cartearan y hasta hoy no han podido reencontrarse.

Siempre han dicho que el Mendi Film es un punto de encuentro. ¿Hay ganas de ver las salas llenas?

—Muchísimas ganas. Esperamos que, manteniendo las medidas de seguridad, esos reencuentros se puedan producir y van a ser, desde luego, emocionantes. Uno de los objetivos del Mendi Film es el de unir, el de ser un punto de reunión entre los amantes de la montaña y la naturaleza.

¿Hay que ser amante de la montaña para acercarse al Mendi Film?

—No, claro que no. El Mendi Film es descubrimiento, búsqueda de nuevos destinos, narración de historias lejanas y hacerlas nuestras... Va a permitir a la gente conocer mejor su geografía, ese mundo que tiene alrededor y que tantas veces ha dejado por conocer otros lejanos. Pero a su vez el Mendi también satisface a la gente viajera y exploradora. Todos se van a encontrar con una historias maravillosas, humanas y desarrolladas en unos lugares con un atractivo inigualable.

La montaña tiene miles de historias. ¿Cómo han escogido las 50 películas entre las 190 presentadas?

—Pues arrepintiéndote al día siguiente de haber hecho la selección y con mucho dolor porque hay historias maravillosas, pero la programación tiene una duración. Sin duda, alguna vez nos equivocaremos en la selección o, mejor dicho, quizá podríamos haber hecho otra; pero creemos que el público va a disfrutar.

¿Diez días se quedan cortos?

—No voy a decir cortos porque a nivel organizativo se hacen bastante largos; pero sí. De hecho de ahí viene la idea de continuar con el festival a través del Mendi Tour online. A partir de enero comenzamos a recorrer un montón de localidades y no paramos hasta la próxima edición del Mendi. Con esta opción, si diez días se quedan cortos puedes disfrutar del festival y emocionarte desde tu casa.

¿Cuáles han sido los criterios para escoger esas 50 películas?

—No hay criterios fijos, pero en todas las películas la calidad es fundamental. Tienen que tener una historia, una buena imagen, un buen sonido y una buena banda sonora. De hecho, una de las novedades de esta edición es que vamos a premiar a la mejor banda sonora original. Y, obviamente, las historias deben emocionar.

¿Y qué es lo que nunca se proyectaría en el Mendi Film?

—Pues sencillamente películas que no tengan nada que ver con el espíritu del festival ni que, por supuesto, atenten contra las libertades.

¿Se puede decir que el Mendi Film es ya uno de los mejores festivales de cine de montaña?

—Esa pregunta no se me tiene que hacer a mí, sino a los agentes que se mueven en esta industria a nivel cinematográfico y a todos los protagonistas, invitados y creadores que conocen otros festivales internacionales.

Pero usted conoce el Mendi Film desde dentro.

—Sí. Creo que al festival le faltan varios puntos y aspectos para asentarse, pero con lo que tenemos estamos a un nivel grandísimo. Creo que el Mendi Film está a un buen nivel internacional.

Este año el premio WOP, que premia la defensa y la transmisión de los valores del alpinismo es para Sebastián Álvaro. Ya era hora, ¿no?

—Cuando alguien recibe este premio WOP siempre se dice que ya era hora porque hay tantos que lo merecen que es muy difícil elegir. Hasta ahora han sido premios absolutamente merecidos y en el caso de Sebastián no nos cabe ninguna duda de que también.

¿Qué destacan de su figura?

—Para el Mendi Film, Sebastián ha sido una inspiración. Cuando planteamos comenzar con el festival nos mostró su apoyo desde el principio y siempre ha estado para cualquier cosa. Además coincidimos con él en la transmisión y la cultura de los valores de la montaña y pocos han hecho tanto como él por ello.

“Pocos han hecho tanto como Sebastián Álvaro, premio WOP, por la transmisión de los valores de la montaña”

“El Mendi Film es descubrimiento, búsqueda de nuevos destinos, narración de historias maravillosas...”

“La pedagogía es uno de los objetivos del festival, es clave conocer la historia de nuestro alpinismo”