Pereda 24

Zuazo 26

PEREDA: Carlota, Rodríguez (4), Pellón, Blanco (2), Romero (2), Barquín (1), Berastain (1), Azcune, Modernell, Cárcamo, Brull (7), Sáez (5), Gómez, Menezo, Fernández (2) y Marina.

ZUAZO: Ezbida, García, Velasco (1), Sánchez, González, Isabel (6), Berasategi (1), Sarrionandia-Ibarra (4), Encina (4), Erauskin (2), Bengoetxea (2), Blázquez (1), Romero, Permach (3) y Magdalena (2).

Parciales: 1-0, 3-1, 4-5, 9-9, 10-13, 10-16 (al descanso); 11-18, 14-19, 16-20, 20-21, 21-24 y 24-26.

Árbitro: Adrián Rodríguez y Francisco Fernández excluyeron a las locales Romero y Sáez; y a Permach del Zuazo.

No hay partido tranquilo para el Zubileta Evolution Zuazo. Ni siquiera en Copa. El conjunto rojinegro viajaba al feudo del Uneatlántico Unicaja Banco, más conocido como Pereda, en busca del pase a la segunda ronda de la competición. Y lo consiguió (24-26), pero no sin sufrir. Y eso que el oponente era de una categoría inferior e incluso el Zuazo consiguió a ratos dominar el encuentro. De hecho, con una distancia de siete tantos parecía que las entrenadas por Joseba Rodríguez iban a tener una eliminatoria plácida. Sin embargo, sufrir va en el ADN fabril y las rojinegras finalmente tuvieron que sudar para seguir vivas en la Copa. A una ronda de la fase final.

El duelo comenzó igualado. El Pereda se atrevió a tutear a su rival de Honor y su valentía fue premiada con unos primeros veinte minutos de equilibrio. Sin embargo, después el Zuazo demostró qué equipo tenía plaza en la mayor división y optó por un balonmano más directo que trastocó la defensa cántabra. Las barakaldarras abrieron ventaja en el marcador. Olieron sangre y fueron a por más. Tanto que lograron marcharse al descanso con seis tantos de ventaja (10-16). Tras el paso por los vestuarios, todo parecía indicar que el Zuazo había aprendido a resquebrajar las costuras del rial. De hecho, en el primer parcial, con ritmo e intensidad lograron poner aún más tierra de por medio. Pero las locales no habían dicho su última palabra. Espabilaron y empataron la contienda (21-21).

Los nervios volvieron a la escuadra fabril. Sin embargo, el Zuazo está más que acostumbrado al barro y se revolvió. Encontró a sus extremos, que por momentos devolvieron la tranquilidad al luminoso (21-24). Dos contraataques sellaron la victoria barakaldarra en la recta final.