No es el estreno deseado por Jon Elortegi como entrenador de la Bou Bizkaia. El objetivo del preparador vizcaino era volver a llevar a Urdaibai a las primeras posiciones de las regatas y dar su toque personal a la tripulación para conseguir arañar segundos al cronómetro. Toda la planificación saltó por los aires cuando el coronavirus covid-19 detuvo en seco a la sociedad y hubo que afrontar el curso de otra manera, pero con el depósito lleno de motivación para poder estar a la altura de las expectativas cuando permitan que el primer semáforo se encienda.

Una etapa complicada para debutar como entrenador de Urdaibai.

-Así es, el mejor año para debutar no ha sido. El preparador físico y yo hemos empezado este año en el club y está siendo una temporada atípica, pero nos adaptaremos a lo que tenga que venir y, si cabe, tenemos más ganas que los demás y eso lo suplirá.

Esta situación habrá afectado a su planificación.

-Por supuesto. Sí que habíamos hecho un cambio de remada durante todo el invierno y quedaba mucho por pulir o adaptar a lo que a mí me gusta. Supongo que no seremos tan rápidos como podríamos ser, pero esperemos que sea suficiente para estar en la tanda de honor y en la pelea por las banderas.

¿Cómo lleva los entrenamientos durante estos días?

-Aparte de ser entrenador, voy a remar también. Tengo que hacer el entrenamiento diario, que es muy costoso llevarlo en casa con el ergómetro y demás, algo que nos pasa a todos los clubes. Luego, tengo que buscar la forma de que los remeros sigan estando motivados, tenerles un poco al día de cómo va avanzando todo. Con estas últimas noticias, que parece que habrá liga un poco antes o un poco después, está siendo más fácil mantenerlos motivados y controlar que los entrenamientos vayan bien.

¿Se llega a caer en la desmotivación debido al confinamiento?

-Supongo que hay días mejores y peores, por supuesto. Eso a todos nos pasa. La verdad es que en mi caso lo estoy llevando muy bien. Estoy en casa y no me está costando mucho. Sé que hay gente que le cuesta más y a esas personas intentamos hacerles que sigan motivadas y entrenando a tope. Aunque a una tripulación como la de Urdaibai, que es gente con muchas ganas y joven, es fácil mantenerla con la moral alta.

¿Qué tal está el equipo físicamente?

-El equipo físicamente está bien. El ergómetro es una máquina que te mantiene en forma sí o sí. En ese aspecto, como todos, habremos perdido algo de fuerza, porque no solemos hacer pesas y demás, pero físicamente estamos bien. Otra cosa será cuando podamos salir al agua. Tenemos que hacer la adaptación técnica y también muscular porque trabajar en el ergómetro no es lo mismo que ir en la trainera. A falta de veinte días de la liga tendremos agujetas, heridas€ todo lo que ha habíamos superado en marzo después del invierno. Será más duro, pero lo afrontaremos con muchas ganas.

¿Son suficientes esos veinte días de preparación para que el remero se adapte a la trainera?

-Creo que el nivel del bote será menor e iremos más lentos, pero físicamente el remero está entrenado. Se adaptará. Tendrá sus dolores y demás pero cuidaremos de que nadie se lesione en esos primeros días e intentaremos que la adaptación sea suficiente.

Una plantilla profunda es clave.

-Va a ser muy importante, aunque primero tenemos que ver cómo avanza el virus y cuantos contagios tenemos. Esta misma semana hacemos los test serológicos para conocer el estado de la tripulación y ver cómo estamos. Habrá que mantener siempre muchas medidas y si tenemos muy poca gente inmunizada, esas medida y el protocolo lo tendremos que aplicar todavía más si se puede.

¿Qué objetivo se marca para esta temporada?

-La incertidumbre es mucho mayor con todo lo que está pasando. Siendo Bermeo, el objetivo inicial evidentemente es estar en la tanda de honor y una vez allí luchar por las banderas si se puede. No sabemos dónde nos dejará todo esto y qué nivel tendrá el resto, pero en principio el objetivo debería ser el mismo.

Aunque Urdaibai es la gran incógnita de este año.

-Eso es. Hemos tenido bastantes cambios, empezando por el entrenador que siempre es importante, ya que cambia la remada y demás. Hemos tenido bajas, pero las hemos cubierto bien con las altas y espero que Bermeo tenga el nivel no del año pasado, sino de otros años.

¿Ve a la plantilla preparada para este reto?

-El grupo de Urdaibai se mantiene, el centro de la tripulación sigue. Esa gente lleva mucho tiempo en Bermeo y todos esos años han estado en punta. Son grandes competidores y tienen mucha hambre de victoria. Están acostumbrados a ganar y el año pasado no fue así. Lejos de venirse abajo o dejarse, están con más motivación y son más peligrosos.

¿Es difícil entrenar a remeros que hace poco eran sus propios compañeros?

-Me lo han puesto muy fácil. Aparte de muy buenos deportistas, son muy buena gente y me aceptaron desde el principio. Aceptaron también todos los cambios que propuse con muchas ganas y profesionalidad.

¿A quiénes ve como los rivales más fuertes?

-Creo que los claros favoritos son Orio y Hondarribia, campeones de liga y de la Bandera de La Concha, y un Santurtzi muy reforzado con muchos fichajes y de gran calado todos. Creo que son los rivales a batir. El resto, me refiero a Zierbena, Donostiarra y nosotros, así como Ondarroa y Cabo, que no sé que nivel tendrán, intentaremos unirnos a esa fiesta de titanes.

¿La situación actual puede ayudar a que haya más sorpresas?

-Creo que los equipos que han sufrido pocas bajas y tienen el bloque hecho de años anteriores tienen algo de ventaja. Pero es tan incierto esto que nadie sabe a quién puede beneficiar y a quién perjudicar.