bilbao - Jon Rahm no pudo mantener el ritmo en la segunda jornada del Tour Championship de East Lake y cedió demasiada distancia con el liderato, lo que rebaja sus aspiraciones de hacerse con la FedEx Cup. El golfista de Barrika vivió una de las peores vueltas de los últimos dos meses sin que apareciera ni de lejos la mejor versión de su juego. De esta forma, tuvo que conformarse con limitar los daños, lo que evidentemente estaba lejos de sus aspiraciones.

Con problemas para poner la bola en calle desde el tee de salida, su juego corto se vio condenado a llegar al green desde posiciones complicadas. Así, las oportunidades escasearon y las que aparecieron no las aprovechó. Rahm cerró los nueve primeros hoyos con nueve pares consecutivos, lo que no era un mal balance en una jornada en la que el campo estaba duro y no abundaban las tarjetas bajas, al margen del -6 de Chez Reavie, que firmó en el 9 el primer hoyo en uno de la historia del Tour Championship.

Sin meter los putts, el vizcaino empezó a dar síntomas de desesperación porque era imposible progresar en la clasificación, más cuando Justin Thomas y Brooks Koepka apretaron en el acelerador, abrieron una brecha importante y anunciaron que el torneo puede ser una lucha entre ellos dos. Ya se sabe que el que perdona lo paga, en cualquier deporte, y llegó el primer bogey de Jon Rahm en el 10. Su chip desde el antegreen le dejó un putt de cerca de tres metros que, como varios de los anteriores, no entró y le sacó de las diez primeras posiciones.

La tónica se mantuvo y no había manera de sacarle un birdie a East Lake cuando el cielo amenazaba con descargar unas buenas tormentas. Se cumplieron los temores y cuando Rahm había jugado el hoyo 12, iba cinco bajo par en el global del torneo, pero a ocho golpes del dúo de líderes, el juego se interrumpió por riesgo de aparato eléctrico sobre esa zona del estado de Georgia. Al cierre de esta edición, el juego estaba parado, pero el de Barrika se había alejado quizás de forma definitiva del Tour Championship.