bilbao - Jon Rahm acabó el año pasado cuarto en el Masters y en el PGA Championship. En el presente, logró el noveno puesto en Augusta y desde hoy aspira en el Black Course del Bethpage State Park a estar de nuevo en la pelea por el triunfo. El major que auspicia el circuito estadounidense ha pasado de agosto a mayo, mes en el que se celebró hasta 1949, y recala en este macrocomplejo público de Nueva York, pegado a Long Islnad, donde en 2024 se disputará la Ryder Cup. La cita no tiene desperdicio porque reúne a 99 de los 100 mejores jugadores del mundo. Solo falta Justin Thomas, que se ha dado de baja por una lesión en la muñeca.

Además de Rahm, también toma parte Adrián Otaegui, en el segundo major que disputa tras estrenarse en 2018 en Bellerive. Al donostiarra, que no es un pegador, no le ha convencido lo que ha visto. Para él y para todos, esta semana será un reto porque el campo es larguísimo y más que lo puede ser si se mantienen las condiciones de frío y agua que han afectado a las rondas de práctica. El Black Course es un par 71 de algo más de 6.800 metros, con calles estrechas, vastos bunkers y greenes pequeños, donde será fundamental saber parar la bola. Por eso, el golfista de Barrika tiene claro que “la clave esta semana será no tener avaricia, minimizar los errores y cazar muchos greenes. Hay que pegar muy fuerte y muy largo, pero sobre todo, hay que ir recto. Si vas al rough poco vas a poder hacer”, comenta Rahm sobre un campo en el que no había jugado y que le ha gustado.

Lo conocen como la bestia, de hecho un cartel a la entrada avisa de que “solo es apto para jugadores del máximo nivel”, pero el vizcaino llega con la seguridad y confianza adquiridas con su victoria hace tres semanas en Nueva Orleans, “aunque los dos campos no tienen nada que ver. Este va a ser una batalla mental”. “Me motivan mucho este tipo de torneos y de escenarios. Obviamente, si juego bien me gustará más”, apunta Rahm, que asegura que se encuentra “físicamente muy bien y me siento cómodo en el campo”.

El barrikoztarra acumula, además de su triunfo en el Zurich Classic, otros siete Top 10 en lo que va de año, el que más junto a Rory McIlroy, y eso le vuelve a colocar entre los favoritos en este PGA Championship. Sus compañeros en los dos primeros días en Bethpage serán Dustin Johnson, el número 1 del mundo que puede seguir una buena rueda a seguir por su potencia, y Jordan Spieth, otros dos que aparecen en los pronósticos. Este último busca el único major que falta en su palmarés.

Pero las miradas volverán a estar puestas en Tiger Woods, que no ha jugado desde su victoria en el Masters. El californiano, segundo el año pasado, ya ganó el US Open de 2002 en Bethpage, en una edición en la que fue el único jugador que bajó del par del campo, y ahora tiene opciones de desbancar a Johnson para culminar su regreso a lo grande. Brooks Koepka, que defiende el título de este major, y Francesco Molinari, ganador del último British Open jugarán con Woods los dos primeros días en otro de los partidos estelares. También habrá que seguir a Phil Mickelson, Rory McIlroy y Jason Day y Rickie Fowler, Bubba Watson y Justin Rose.