bilbao - Se cumplieron las previsiones meteorológicas para el delta del Misisipi y las fuertes tormentas impidieron que ayer concluyera la primera jornada del Zurich Classic de Nueva Orleans. Jon Rahm y Ryan Palmer apenas habían jugado seis hoyos en una hora y media cuando sonaron las alarmas en el TPC Louisiana de Avondale y eso en un campo de golf significa que el juego se detiene de forma inmediata y hay que salir apresuradamente hacia el refugio de la casa club. Cuando el agua descarga con aparato eléctrico, es imposible continuar por razones de seguridad que exigen evacuar al público y porque el terreno requiere de cuidados especiales para que no se estropee aún más.

A la hora del cierre de esta edición, el torneo aún no se había reanudado, lo que va a alterar los planes del PGA Tour este fin de semana. La mitad de las 80 parejas presentes en el Zurizh Classic ni siquiera se habían puesto en marcha por lo que cumplir con el programa hoy y encajar jornada y media antes de hacerse el corte de 35 parejas será complicado ya que, repartidos en grupos de cuatro golfistas, el juego va más lento de lo habitual.

Rahm y Palmer llevaban un golpe bajo par en el 6 gracias a un birdie del texano en el hoyo 2. El de Barrika no había comenzado muy inspirado y había dejado pasar algunas buenas oportunidades de restar golpes, como un sencillo putt errado en el 1, pero de lo que se trata en este formato es de compensar el juego de uno y otro y, así, Rahm tuvo que rescatar el hoyo 6 en el que su compañero se fue al agua y él se quedó a dos dedos de hacer el birdie en un putt largo. En el par 5 del hoyo 7, justo se decretó la suspensión, estaban en excelente situación incluso de lograr un eagle ya que el vizcaino había dejado su segundo golpe en el green.

El liderato, con solo media vuelta cubierta, era de los estadounidenses Joel Dahmen y Brandon Harkins con seis golpes bajo par. Por detrás tenían un trío perseguidor a un golpe: Lee-Kang, Laird-Taylor y Garnett-Hadley. Sergio García y Tommy Fleetwood empezaron por el hoyo 10 y acumulaban dos bajo par en el 15. Los australianos Jason Day y Adam Scott, el dúo más temido en Avondale, firmaba cuatro bajo par después de siete hoyos jugados.