bilbao - En ocasiones así, solo queda asumir la grandeza galesa, portentosa, dominante y brillante en el Seis Naciones, donde se coronó con el Grand Slam. Los Dragones Rojos se mostraron implacables frente a Irlanda (25-7) en el Principality Stadium de Cardiff. Con esa victoria aplastante, la selección galesa se proclamó campeona del torneo Seis Naciones de rugby de la presente edición. Fue un triunfo incontestable. Los galeses no hicieron prisioneros ante Irlanda y pudieron festejar la gesta, -vencer en todos los enfrentamientos de la competición- sacando brillo al Grand Slam, que no obtenían desde 2012. Ayer recuperaron esa sensación única después de caricaturizar el empeño irlandés. Los Dragones Rojos echaron fuego por la boca, a modo de la criatura mitológica que sostiene el emblema del país. Entre el puño de hierro de Gales, destacó la figura de su entrenador, el neozelandés Warren Gatland, que sumó así un nuevo éxito en su carrera profesional y dejó sin corona a Irlanda, ganadora del Seis Naciones en 2018.

El encuentro definitivo de la presente edición comenzó a decantarse en el minuto inicial con un ensayo de Hadleigh Parkes convertido por Gareth Anscombe. Fue el anuncio inequívoco de lo que llegaría después. El combinado galés se mostró muy superior a los hombres del también neozelandés Joe Schmidt en todos los apartados del juego. Los golpes de castigo transformados por Anscombe lanzaron a los galeses hacia la gloria.

El 16-0 con el que se llegó al descanso dejó con vida a Irlanda, pero la distancia entre ambas selecciones era sideral. La muchachada del XV del Trébol no pudo reaccionar ante la efectividad de Gareth Anscombe, convertido en el pie ejecutor de la pizarra galesa. Tres golpes de castigo más incrementaron la brecha hasta el 25-0. Restaban diez minutos. Gales saboreaba el dulzor del triunfo. Firmes en defensa, el muro de los Dragones Rojos resultó impenetrable para una Irlanda que trató de exponer su orgullo. Solo lo consiguió en los instantes finales con un ensayo de Jordan Larmour convertido por Jack Carty. Gales logró así su vigésimo séptimo título y se sitúa a tan solo uno de Inglaterra, que cerró el torneo ante Escocia en Twickenham con la Copa Calcuta en juego. Los escoseses remontaron lo que parecía imposible. Del 31-0 del descanso, el duelo pasó a un 38-38 final. El empate dio el triunfo de la Calcuta Cup a los escoceses. Italia se quedó con la cuchara de madera.