La joven canadiense Summer McIntosh, de tan sólo 17 años, presentó su candidatura al título de reina de la piscina de los Juegos de París tras lograr su tercera medalla, dos de ellas de oro, en la capital francesa al imponerse ayer en la final de los 200 mariposa con un tiempo de 2:03,03, nuevo récord olímpico. Una prueba en la que a diferencia de lo sucedido en los 400 estilos, en los que McInstosh aventajó en casi seis segundos a su más inmediata perseguidora, debió pelear hasta los últimos metros para alzarse con el triunfo. Así lo reflejaron las 81 centésimas en las que aventajó a la estadounidense Regan Smith, que como ya le ocurrió hace tres años en Tokio debió volver a conformarse con la medalla de plata tras tocar la pared con un crono de 2:03,84. Completó el podio la china Yufei Zhang, la hasta ahora vigente campeona olímpica, que se vio relegada dos puestos en el podio y se colgó el bronce con una marca de 2:05.09 minutos.
Precisamente fue esta nadadora la encargada de desatar las hostilidades con una rapidísima puesta en escena que le permitió liderar la final durante los primeros cien metros, seguida, eso sí, de cerca por Summer McIntosh, que marchaba con 16 centésimas de retraso. Una ventaja insuficiente para contener el acelerón de la canadiense, que afrontó el último largo con una ventaja de 73 centésimas sobre una Zhang que comenzaba a dar muestras de agotamiento y de 80 sobre Regan Smith. Pero pese a los intentos por acercarse por parte de la estadounidense, la joven McIntosh no cedió ni un milímetro y mantuvo su renta hasta el final.
Así llegó la tercera medalla de McIntosh en estos Juegos parisinos, tras la plata lograda en el 400 libres y el oro que ya conquistó en el 400 estilos. Y todavía le queda por disputar el 200 estilos y la prueba del 4x100 libre junto a sus compatriotas. Cerró la competición de ayer con la final del 4x200 libres femenino, en la que hizo un gran relevo y Canadá fue cuarta, con el podio para China, bronce, Estados Unidos, plata, y tal y como apuntaban todas las quinielas Australia, oro, que se aprovechó del gran final de otra de las estrellas de la natación del presente, Ariarne Titmus. Récord olímpico para Australia –durante buena parte de la prueba coqueteó con la posibilidad de batir la plusmarca mundial– y, con la plata de Estados Unidos, sigue haciendo historia la gran Katie Ledecky, que ya tiene 13 medallas olímpicas. Su relevo hizo que las norteamericanas soñaran con la posibilidad de dar la campanada, pero finalmente no aconteció.
Por su parte, la estadounidense Kate Douglass logró, por fin, subir a lo más alto del podio y tras ser plata en los Mundiales de Doha 2024 y Fukuoka 2023 y bronce en los de Budapest 2022 se proclamó nueva campeona olímpica de los 200 braza. Una medalla de oro que parecía destinada a la sudafricana Tatjana Smith, la ganadora hace tres años en Tokio y que ya se había impuesto en la final de hectómetro en París.
Pero una nueva derrota no entraba en los planes de Douglass, que ya había dejado patente su buen momento de forma tras firmar el mejor crono de las semifinales con un marca de 2:19,74. Una actuación que llenó de confianza a la estadounidense para resistir la veloz puesta en escena de la sudafricana, que completó los primeros cincuenta metros con una ventaja de 23 centésimas. Diferencia que la norteamericana enjugó en el segundo largo para situarse en una primera posición que ya no abandonaría más, pese a los intentos de la sudafricana por recuperar el liderato de la prueba. Una emocionante disputa que se decantó finalmente del lado de la estadounidense. Completó el podio la neerlandesa Tes Schouten, la mujer que venció a Douglass en los Mundiales disputados de Doha.
Hugo González, sexto
Además, el balear Hugo González acabó sexto en la final de 200 espalda. La medalla de oro se la llevó el húngaro Hubert Kos, gran favorito, con un tiempo de 1:54,26, mientras que la plata fue a parar a manos del griego Apostolos Christou y la de bronce para el suizo Roman Mityukov.