Un goteo constante ha empapado de expectación el pórtico del edificio consistorial de Galdames. Tapándose con paraguas ante una lluvia intensa por momentos, numerosos curiosos se han animado a realizar sus pronósticos. ¿Cuánto pesa el pan gigante elaborado por Jonatan Saratxaga en su horno de leña artesano? Este concurso se ha convertido en la principal novedad de la feria que cumple su edición número 36 dando la bienvenida a la Navidad de Enkarterri desde la plaza San Pedro en una mañana que no han querido perderse ni Olentzero ni Mari Domingi. Ha congregado a medio centenar de puestos entre la plaza San Pedro y sus inmediaciones. Una veintena de ellos, de pan y sus derivados.

“El Ayuntamiento me propuso la idea”, ha desvelado el panadero, quien empezó el reto “preparando la masa madre el lunes y metiéndola a cocer el martes”. Sin dar pistas sobre su peso exacto, ha explicado que abarcó casi todo el perímetro que le permitió su horno en el barrio de Humaran. El presentador sí que ha deslizado lo que podría constituir una clave: las normas del certamen estipulan que cada hogaza debe pesar en torno a un kilo y siempre respetar la forma redonda con cinco puntas.

Con un euro de desembolso por cada apuesta efectuada, el premio consistió en llevarse a casa el importe total de la recaudación. Un anticipo de los regalos de Navidad o resaca de la lotería, según se mire. Emma Martín, de Portugalete, asidua de la feria, convenció a sus amigos para acercarse a Galdames y, de paso, “entre villancicos y puestos” probar suerte. “Creemos que el pan pesa 21,400 kilos”, lanzaron. Maite Acerete, de Alonsotegi, elevó la cifra a 37,100. El barro en los pantalones y las mochilas del barakaldarra Iker Rojas y sus amigos delataron que, pese al clima desapacible, se atrevieron a subir al monte. En concreto, “al Pico de la Cruz, de aquí de Galdames”. Tras dejar constancia de que, en su opinión, la gran hogaza podría rebasar los 34 kilos, un miembro de la cuadrilla debutante en la feria ya tenía claro que “el año que viene volveré”, encantado con el ambiente.

Martín Gibaja llegó desde Bilbao después de levantarse “a las 6.00 horas” para amasar su propio pan y presentarlo al concurso y no se marchó del pórtico sin trasladar su apuesta hasta con decimales: 27,32 kilos. Andrés Ugarte, de Sopela, rememoró sus raíces en Zalla, “mi familia tenía un horno de pan artesano”, señaló antes de apuntar a los “19,5 kilos”.

Jonatan Saratxaga observó de cerca feliz tras haber rubricado el pasado domingo su tercer triunfo consecutivo en Santo Tomás en la categoría de pan. A Bilbao acudieron “con cuatro furgonetas, ya que este año nos asignaron dos puestos en lugar de uno”. Galdames cosechó una doble alegría con la victoria también del txakoli Torre Loizaga.

A las 9.00 horas una larga cola ya se había formado frente al puesto de Horno de Leña Saratxaga. Dos horas más tarde el género estaba a punto de agotarse tanto allí como en el obrador de Humaran, donde habilitaron una carpa expresamente para encargos. “Sí, mucha gente viene y nos pregunta si este es el que ganó en Santo Tomás”, indicaron.

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Además, junto con Eduardo Arana y Maite Saratxaga, Jonatan ejerció de jurado del certamen, con 35 participantes. Pedro Isusi (Güeñes) se llevó el gato al agua en un palmarés donde brillaron los panaderos y panaderas de Galdames con seis premios entre los diez primeros. Entre ellos, las medallas de plata (Marisa Ulayar) y bronce (Saioa de la Torre) “No sé ni si voy a cenar, intuyo que probablemente caiga dormido...”, auguró Jonatan Saratxaga.

“Quién sabe si tirar por lo alto acabará siendo caballo ganador”, han comentado los encargados de registrar las apuestas. Efectivamente, 37,550 kilos ha marcado la báscula después de la odisea para pesar el pan y acierto para Alonsotegi.