Descomunal Mathias Vacek. Si Mads Pedersen ha sumado su tercera etapa en el Giro se la debe a su lanzador Vacek. El trabajo del checo ha sido estratosférico. Él solo ha sido capaz de dominar el pelotón del Giro en los últimos 3,5 kilómetros. Eso son palabras mayores. De hecho, creo que es el único ciclista capaz de hacer algo así en una etapa más exigente que la de días precedentes, sobre todo por el final. Las subidas han descartado a los velocistas puros y, en ese sentido, la llegada era ideal para Pedersen, potente y rápido. El mejor en lo que va de Giro. Camino de Matera ha sufrido, sobre todo en la subida que llevaba después hacia la meta, pero ahí ha surgido la figura eficaz de Vacek. En la ascensión ha estado a punto de sacar de punto a su compañero, pero el danés se ha agarrado. A partir de ahí, la exhibición de Vacek es para mostrarla en las escuelas de ciclismo. Ha sabido poner el ritmo ideal para que Pedersen llegara pero que el pelotón no se le desmadrara al final. Esa tarea ha sido crucial para que el líder, que lo ha pasado mal, pudiera recuperarse a tiempo. Vacek ha dominado la escena de forma muy inteligente, pero para hacer lo que ha hecho hay que tener muchas piernas y motor. En ese aspecto, su actuación ha sido sensacional. Después de controlar la situación, Pedersen ha podido remontar y una vez más, en un esprint agónico, porque llegaba justo tras el esfuerzo de resituarse, ha sido capaz de vencer. Eso demuestra también la enorme capacidad del danés, que está en un gran estado de forma. Respecto a los vascos, creo que cada uno está haciendo la tarea que les han encomendado. Tienen muy claras sus funciones. Me da la impresión de que Pello Bilbao se está reservando, corriendo con mucha inteligencia. Seguro que tendrá opciones más adelante. De momento, estos primeros días del Giro son para Pedersen, que en Matera ha vencido gracias al estratosférico Vacek.
El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk.