- El estreno en LaLiga SmartBank se le ha atragantado a un sobrio, valiente, pero ineficaz Amorebieta, que ayer confirmó la cesión hasta final de curso de Gaizka Larrazabal, procedente del Zaragoza. Las derrotas cosechadas en las visitas al Girona y al Mirandés, resueltas con un 2-0 por duplicado, no han hecho justicia a lo observado en ambos encuentros, en los que el guion de partido se repitió para lamento de la tropa de Iñigo Vélez de Mendizabal. En ambos compromisos dieron la cara de principio a fin los azules, en los dos alcanzaron el tiempo de descanso sin goles en el marcador, pero en ninguno de ellos fueron capaces de sacar rédito de sus numerosos acercamientos al área rival. Esto último, determinante, ha evitado que el conjunto zornotzarra sume algún punto en su casillero a las puertas de la tercera cita liguera. Será el Almería, colíder del campeonato tras sumar por victorias sus dos primeros envites ante Cartagena (1-3) y Oviedo (2-1), quien ponga por primera vez a prueba como local en Lezama a un equipo que ha pagado caro su falta de puntería.

Basta con echar un vistazo a las estadísticas para corroborarlo, pues en sus dos partidos ha rematado en más ocasiones que el rival de turno actuando, para más inri, a domicilio. Sucedió en el debut en la categoría en Montilivi, donde el Girona sumó diez disparos por los trece que realizó el Amorebieta y ocurrió de nuevo el lunes en Anduva, escenario en el que los vizcainos volvieron a buscar más la portería que el equipo local al coleccionar un total de quince remates, uno más de los firmados por el Mirandés. El acumulado, así las cosas, proyecta un saldo de veintiocho disparos en balde, una media de catorce intentos por encuentro sin el premio del gol. Demasiado. La clasificación, además, refleja un denominador común en tres de los cuatro clubes que ocupan puestos de descenso, todos con sin puntos en el zurrón.

A excepción del Cartagena, con un gol a favor y cinco en contra, los otros dos equipos de la zona roja de la tabla tampoco han visto portería todavía y ambos, Eibar y Alcorcón, han disparado también más que sus rivales tanto en la primera, como en la segunda jornada. 15,5 disparos sin conseguir marcar promedian los armeros y 13,5 el conjunto madrileño, lo que pone de manifiesto la importancia de atinar en la definición en un campeonato marcado por la igualdad. Solo tres equipos, como muestra, lograron ganar por dos goles de diferencia en la jornada inaugural y cuatro en la segunda, en la que, como el Amorebieta en Anduva, otros doce equipos se quedaron sin marcar. Los vizcainos, sin embargo, no han podido dejar su portería a cero todavía y eso multiplica el efecto adverso de no estar atinado en el remate, déficit a corregir más pronto que tarde para aspirar a los puntos.

Consciente de ello se muestra Iñigo Vélez, quien lamentó tras la derrota ante el Mirandés que “volvimos a tener ocasiones para empatar como contra el Girona, pero no las metimos”. “Después del 1-0 respondimos mejor y no hay que esperar a que nos pase algo para reaccionar”, expuso asimismo el técnico gasteiztarra, quien remarcó en relación a su propuesta futbolística que “presionamos alto, intentamos que haya ritmo en los partidos y estoy contento porque los jugadores creen en la idea y tenemos ocasiones. Prefiero que el equipo sea valiente a estar por detrás del balón y encerrados en nuestro campo sin tener ocasiones”.

“Nos vamos a encontrar jugadores muy buenos enfrente y equipos que van a querer el balón con transiciones rápidas, pero intentaremos que no puedan hacer su juego, hacer nosotros el nuestro, crear ocasiones y meterlas”, definió Iñigo Vélez en la sala de prensa de Anduva, plaza en la que el debe del gol volvió a penalizar al Amorebieta.

“Prefiero que el equipo sea valiente a estar por detrás del balón y encerrados sin tener ocasiones”

Entrenador del Amorebieta