bilbao - Pep Guardiola, técnico del Manchester City, devolvió los elogios a Zinedine Zidane, que le calificó como "el mejor entrenador del mundo", y destacó la gesta protagonizada por el francés al ganar tres Champions consecutivas con un Real Madrid al que extendió los elogios, afirmando que "no hay nadie mejor" en Europa. Pero tras los juegos florales entre los eminentes entrenadores asoma un partido de altos vuelos y alto voltaje, pues el Manchester City, descartado para ganar la Premier, se agarra al gran título europeo, que no tiene, y el Real Madrid a la necesidad de salir de la minicrisis en la que se encuentra en una semana clave, con el clásico frente el Barça el domingo.

Para ello debe recuperar la magia de las grandes noches en el Bernabéu. Es por donde se ha comenzado a escapar la autoridad de una competición que dominaba. Solo tres triunfos en los nueve últimos partidos de local en competición europea y la pesadilla de hace un año ante el Ajax (1-4) cuando de golpe, en una semana, perdió todo por lo que peleaba. Es la amenaza que sobrevuela el Bernabéu en el presente de nuevo tras ceder el liderato liguero al Barça por una inesperada racha de un punto de los seis últimos.

Zidane medita si regresa a la fórmula de cinco centrocampistas con la que conquistó la Supercopa o atacar con más delanteros al City. Pero la búsqueda de gol pasa por dar la titularidad a Gareth Bale. Y que Benzema reencuentre su idilio con la portería.

La eliminatoria ante el Real Madrid llega en el momento más complicado desde que el dinero árabe entró en Manchester hace más de diez años. La sanción de la UEFA, que impedirá al City, salvo cambio en la apelación, disputar competiciones europeas en los dos próximos años ha condicionado el futuro a corto plazo del equipo.

Un City que ha gobernado con puño de hierro los dos últimos años en Inglaterra y ganando la Premier con más de cien puntos, y que ha pegado un bajón esta temporada.