el cairo - Tras una década alejado del trono africano, Egipto acoge la Copa de África con más equipos de su historia y se postula como gran favorito de la mano de un Mohamed Salah que acaba de conquistar la Liga de Campeones con el Liverpool y aspira al Balón de Oro.

La Copa de África comienza hoy y ayer se dio a conocer que la FIFA asumirá el control de la Confederación Africana de Fútbol (CAF) a partir del mes de agosto, según el acuerdo entre ambas organizaciones para que la secretaria general de la FIFA, la senegalesa Fatma Samoura, sea desde el próximo agosto y durante seis meses la “delegada general para África”. La medida se toma dos semanas después de que el presidente de la CAF, el malgache Ahmad Ahmad, fuera detenido e interrogado en Francia por un supuesto caso de corrupción.

De acuerdo al comunicado, la FIFA auditará el organismo y Samoura actuará como delegada general del organismo para África durante un periodo de seis meses que empezará el 1 de agosto y que será renovado si ambos entes así lo acuerdan.

Pero el fútbol que importa arranca hoy con la presencia de estrellas como el senegalés Sadio Mané, compañero de Salah en el Liverpool; el capitán de Costa de Marfil, Serge Aurier (Tottenham); el argelino Riyad Mahrez (Manchester City) o el nigeriano Alex Iwobi (Arsenal).

Ellos están llamados a protagonizar la edición número 32 de una competición que finalizará el 19 de julio y que contará por primera vez con 24 equipos, frente a los 16 que venían participando hasta ahora. Tres selecciones que nunca antes han participado: Burundi, Madagascar y Mauritania harán su estreno en la competición.

Egipto será anfitrión del torneo después de que la Confederación Africana de Fútbol retirara la organización del evento a Camerún por atrasos en los preparativos.

la tragedia de port said El desafío no es menor para Egipto. Este será el primer evento deportivo que acoja desde la tragedia en el estadio de Port Said en 2017, que dejó 72 muertos durante unos enfrentamientos entre los hinchas de los equipos egipcios Al Masry y Al Ahly.

Desde entonces, las competiciones en el país se han disputado sin público o (desde enero de 2018) con una asistencia controlada.

Egipto abre hoy el torneo ante Zimbabue, ambos encuadrados en grupo A junto con R.D. Congo y Uganda, selecciones que no deberían ponerle las cosas difíciles a los hombres del mexicano Javier Aguirre para pasar a octavos de final.

Además de los locales, varios equipos apuntan a disputar el trono africano. Uno de ellos será la Nigeria de Iwobi, que no tendría que sudar mucho para ocupar los primeros puestos de un grupo con las inexpertas Burundi y Madagascar y que completa Guinea, que está pendiente de la evolución de la lesión del jugador del Liverpool Naby Keita, todavía en recuperación de una dolencia muscular que arrastra desde el partido de ida de la Champions League contra el Barcelona.

En el grupo C, la Argelia de Mahrez se disputará el primer puesto contra una de las selecciones más físicas, la Senegal capitaneada por Mané, que se perderá el primer partido contra Tanzania por acumulación de tarjetas.

La configuración del grupo E fue la menos benévola, ya que el azar puso juntos a Marruecos, uno de los países con más futbolistas en equipos europeos, Costa de Marfil, Sudáfrica y la humilde Tanzania.

Mali y la selección tunecina del delantero Anice Badri, uno de los jugadores mejor valorados del continente, deberían ser las favoritas a priori en el grupo E, donde se enfrentarán contra Angola y Mauritania.

En el grupo F, Camerún intentará revalidar el título continental, aunque tendrá enfrente a Ghana, también aspirante a pasar. Completan el grupo Benín y Guinea Bissau.

Las altas temperaturas condicionarán un torneo que se ha celebrado históricamente entre enero y febrero, pero que se disputará por primera vez en verano para alegría de los clubes europeos.