LA que arranca hoy viernes en Colonia será la primera Final Four de la Euroliga del siglo XXI para Pau Gasol, tras aquella ya lejana de 2000. Veinte años después de su marcha a la NBA, el pívot de Sant Boi regresó al baloncesto europeo en marzo con el mismo club en el que lo dejó y se subió a un carro que iba lanzado en la máxima competición. Dentro de él, puede cumplir tres retos en los próximos meses, ahora que su carrera se está apagando. Este fin de semana quiere añadir a su lustroso palmarés lo único que le falta, una Euroliga; en un mes, puede lograr ganar de nuevo la Liga ACB; y en agosto, si la salud le respeta, sumará sus quintos Juegos Olímpicos para poner fin a su enorme y longeva trayectoria deportiva. O no, quién sabe...

El caso es que Gasol ha ido mejorando su condición física poco a poco y, por tanto, sus prestaciones en la cancha y ya es una pieza útil en la rotación de Sarunas Jasikevicius, incluso en partidos de la máxima exigencia. En tramos cortos, el ex campeón de la NBA ha encontrado un rol como corrector cerca del aro y en ataque el técnico está aprovechando la atención que aún recibe Gasol, su excelente lectura del juego y su buena mano para generar más opciones de anotar. “Intento darle mi experiencia, mi ilusión y que vean que hay que aprovechar cada momento e ir a por los objetivos con el máximo esfuerzo. Estar en el Barça supone tener las máximas expectativas”, dijo ayer jueves enla rueda de prensa oficial.

Su fichaje fue la guinda a la mejor plantilla de la historia del Barça, que por eso carga con la condición de máximo favorito a un título que no gana desde 2010 cuando el MVP de aquella Final Four de París fue Juan Carlos Navarro, quizás el principal artífice de que Pau Gasol haya vuelto a vestir de azulgrana. Y el catalán debe llevar de su mano a Nikola Mirotic, el jugador más obligado, por su contrato y su trayectoria, a responder en este evento ya que tampoco hasta ahora se ha llevado la Euroliga.

Tras la cancelación del año pasado por la pandemia, la Euroliga salda su deuda con la ciudad alemana, aunque la cita se celebrará sin público en el magnífico Lanxess Arena, lo que no va a restar un ápice de competitividad, como se ha demostrado durante la temporada. El primer obstáculo del Barça será (21.00 horas, Dazn) el Olimpia Milan, el proyecto que está resurgiendo de la mano de Ettore Messina, precisamente el técnico que condujo a la Virtus Bolonia a estrenar la nueva era de la Euroliga en 2001 ante el Baskonia.

Fue ese el último título de un club del pallacanestro, que tras los intentos infructuosos de Treviso y Siena pone de nuevo su bandera en manos de los feudos tradicionales. La mano derecha de Messina en la cancha es Sergio Rodríguez, que cerca ya de los 35 años está extendiendo su madurez en la tranquilidad de la ciudad lombarda. El Chacho busca ganar la Euroliga con tres equipos distintos tras ser campeón en 2015 con el Real Madrid y en 2019 con el CSKA Moscú. Experiencia no le falta a su equipo con Delaney, Hines, Datome, Shields o Micov, aunque físicamente está por debajo de lo que puede desplegar el Barça.

La Final Four se abrirá (18.00 horas) con la reedición de la final de hace dos años en Gasteiz entre el CSKA Moscú y el Anadolu Efes. Si no fuera por la presencia del Barça, todos coinciden en que esta sería la gran oportunidad para el conjunto turco porque cuenta con los dos jugadores de perímetro más desequilibrantes de Europa: Shane Larkin y Vasilije Micic. El serbio, MVP de la temporada regular, quiere coronarse definitivamente antes de emprender rumbo a la NBA, pero sabe que necesita de sus compañeros en los momentos críticos. Por su parte, los moscovitas solo se han perdido una Final Four desde 2003 y siquiera por esa regularidad y constancia y pese a la marcha del genial Mike James por discrepancias con el técnico Dimitris Itoudis, son candidatos a repetir título, algo que nadie logra desde que lo hizo el Olympiacos en 2013. El CSKA, que se aferra al orden táctico, tiene en Will Clyburn un buen relevo ejecutor de James y en el ex ACB Iffe Lundberg una aportación inesperado desde el mercado de invierno.

BIZKAIA EN COLONIA

Esta cita de Colonia también será especial para el baloncesto de Bizkaia ya que Juan Carlos García González ha sido incluido entre los ocho árbitros que dirigirán los partidos. Para el basauritarra será su primera Final Four de la Euroliga y otro hito más en su carrera internacional que incluye su presencia en la Copa del Mundo de 2014, en el que arbitró el duelo por la medalla de bronce, y sobre todo en la final de los Juegos Olímpicos de 2016 entre Estados Unidos y Serbia.