LOINTEK GERNIKA BIZKAIA: Cornelius (9), Bjorklund (8), Roundtree (0), Colhado (5), Buch (0) -cinco inicial- Lo (12), Arrojo (6), Ivanovic (3), Ginzo (7), Ariztimuño (4).

VALENCIA BASKET: Ouviña (16), Allen (2), Casas (5), Trahan-Davis (12), Gülich (17) -cinco inicial- Gómez (0), Romero (5), Juskaite (0), Carrera (5).

Parciales: 21-16, 34-28 (descanso), 48-43 y 54-59.

Árbitros: Olivares, Ríos y Colomer. Sin eliminadas.

- Un par de minutos le sobraron al Lointek Gernika Bizkaia para encontrar la recompensa al enorme esfuerzo que tuvo que hacer ante el Valencia Basket, que ya se ha ganado el derecho a ser considerado el tercer grande de la Liga Femenina y que como los otros dos no está dispuesto a hacer concesiones. Después de un partido jugado con una gran intensidad por parte de los dos equipos y un alto nivel de contactos, que los árbitros consintieron al señalar solo 25 faltas, la calidad de Cristina Ouviña decidió en el último minuto cuando su equipo se veía apurado por el reloj. Dos canastas de la base aragonesa castigaron demasiado a las jugadoras de Mario López, que no estuvieron certeras en los últimos ataques, quizás presionadas porque se les estaban escapando sus opciones.

El duelo no había comenzado bien para el Lointek Gernika, que recibió un parcial de 0-8 en solo dos minutos. El técnico paró pronto el partido y desde ahí el juego de las vizcainas empezó a fluir en ataque y en defensa. Angie Bjorklund abrió la lata con dos triples seguidos y sus compañeras le siguieron para cerrar el primer cuarto con un parcial de 11-0. El trabajo defensivo y en el rebote también era excelente, teniendo en cuenta que el Valencia contaba con varias amenazas claras. La australiana Rebecca Allen siempre tuvo una mano delante, a Queralt Casas le negaron sus clásicas penetraciones hacia su mano izquierda y las taronjas tuvieron que apoyarse en el triángulo que formaron Ouviña y la sólida pareja interior Trahan-Davis y Gülich.

Solo un par de pérdidas en primera línea aprovechadas por las visitantes impidió al Lointek Gernika, que atacaba con criterio, tomar un mayor renta, que llegó a ser de diez puntos en el segundo cuarto (32-22) tras una canasta de Nadia Colhado. Los dos conjuntos tenían ya claro que la defensa debía ser determinante y empezó a costar un montón sumar en cada zona. Nogaye Lo dio a las gernikarras su máxima ventaja en el partido (44-32) que era un 46-34 a 3.27 de acabar ese cuarto. En ese momento, Rubén Burgos pidió un tiempo muerto y sus jugadoras salieron aún más decididas a elevar el listón físico del partido y a volcar aún más el juego en su juego interior que, pese a la ausencia de la internacional Laura Gil, es de mucho nivel.

El Lointek Gernika está menos acostumbrado a ese nivel de dureza que los árbitros permitieron y empezó a sufrir para anotar sobre todo porque los tiros exteriores dejaron de entrar y llegar hasta el aro era imposible. De todas formas, llamó la atención que las vizcainas no lanzaran ningún tiro libre en toda la segunda mitad mientras que el Valencia tuvo siete y metió seis para sumar unos puntos que quizás desequilibraron la balanza. El equipo gernikarra solo sumó una canasta en seis minutos y medio del último cuarto y las visitantes llegaron hasta un 50-53 a cuatro minutos del final. Las gernikarras ya jugaban con el peso de que cada falta concedía tiros libres mientras el Valencia se vio libre de esa carga y pudo mantener la agresividad para no conceder ni un centímetros al perímetro de Mario López, que tampoco pudo sumar desde la larga distancia.

Con todo, Lo puso el 54-53 a 2.43 de final y todo se iba a decidir en media docena de posesiones en las que pesó la experiencia y la calidad de un equipo que solo ha perdido un partido hasta ahora. Un rebote ofensivo de Gülich y las dos canastas de Ouviña hicieron la diferencia definitiva ante un Lointek Gernika que echó en falta más aportación de alguna de sus jugadoras importantes. Pero los dos equipos se conocen muy bien y unos pocos detalles decidieron tras un partido que cortó la racha triunfal en Maloste, pero confirmó que el conjunto vizcaino ya puede mirar a la cara a cualquiera.