REAL MADRID: Randolph (11), Rudy (10), Campazzo (19), Tavares (7) y Deck (3) -cinco inicial-, Causeur (9), Ayón (2), Llull (11), Carroll (2), Taylor (11) y Thompkins (2).

BARCELONA: Pangos (3), Ribas (2), Singleton (10), Claver (7) y Tomic (4) -cinco inicial-, Hanga (10), Heurtel (14), Pustovyi (0), Oriola (13), Smits (0) y Kuric (4).

Parciales: 22-17, 47-32 (descanso), 63-52 y 87-67.

Árbitros: Peruga, Calatrava y Castillo. Eliminaron a Tomic.

Incidencias: 11.876 espectadores en el Wizink Center.

bilbao - El Real Madrid se subió a lomos de Facu Campazzo para dar el primer golpe en la final de la Liga Endesa de forma contundente. El argentino se hizo con el ritmo desde el primer minuto y generó todo tipo de problemas a la defensa del Barcelona, que sufrió ante la verticalidad del base madridista. El partido arrancó con un parcial de 9-0 que rompió todos los pronósticos sobre la igualdad de esta serie. A golpe de triples -ocho del Madrid antes del descanso por uno solo del Barça-, los de Pablo Laso fueron construyendo una ventaja que con la salida de Sergio Llull, con once puntos en un momento, se fue por encima de la decena.

El conjunto azulgrana, bloqueado por la defensa de su rival, dominaba el rebote -once ofensivos- de forma estéril ya que no podía sacar tiros claros y sus bases estaban bien amarrados. En el Madrid sumaban todos en los dos lados de la cancha y la primera parte terminó con una clara superioridad de los locales y la sensación de que los de Svetislav Pesic necesitaban mucho más para dar la vuelta al partido.

Cambiando parciales, avanzó el tercer cuarto en un escenario que no le servía al Barça. Oriola se quedaba pequeño para soportar el juego interior y la amenaza desde el perímetro era inexistente. El Real Madrid, con una rotación constante para mantener alta la intensidad, se escapó cerca de los veinte puntos, aunque cuando los culés se colocaron a nueve vinieron a la memoria las ventajas parecidas que los de Laso desperdiciaron en la final de la Copa y en las semifinales de la Euroliga. Pero Campazzo llevaba firme la batuta y Jeff Taylor se colocó en la esquina y desde allí clavó dos triples que sofocaron el intento de remontada del Barcelona y sentenciaron el partido sin necesidad de pasar apuros. Mañana se vivirá el segundo capítulo con los azulgranas casi contra las cuerdas.