Bilbao - Siete días después de protagonizar su mejor partido de la temporada, y con diferencia, con aquel +30 ante el líder Betis Energía Plus que tan buenas sensaciones dejó entre su afición, el Bilbao Basket perpetró ayer un encuentro para olvidar, una auténtica calamidad, un ataque contra los sentidos. Algo absolutamente horripilante. El peor del presente curso con absoluta diferencia, peor incluso que el de dos jornadas atrás en la cancha del Valladolid que ya había sido de complicadísima digestión, de los que dejan ardor de estómago. El conjunto bilbaino se mostró inoperante de principio a fin en Son Moix, absolutamente fuera de onda, empequeñecido por un Iberojet Palma que tampoco tuvo que jugar un baloncesto celestial para acabar ganando por un abrumador 67-45 y poniendo de su lado, obviamente, el average particular.

La escuadra dirigida por Álex Mumbrú se despidió de la segunda plaza -cae a la cuarta- tras un encuentro en el que no dio una a derechas, sobre todo en la parcela ofensiva. Pocas veces se habrá visto a un equipo encadenar situaciones tan horribles a la hora de buscar el aro rival. Los 45 puntos anotados ayer figuran ya en la historia de la entidad como récord negativo y llegaron como consecuencia de una actuación paupérrima, con fallos clamorosos de todos los colores y distancias. El 3 de 20 en triples, un 15% de acierto, habla por sí mismo, pero es que un buen puñado de los fallos llegaron en situaciones liberadas, sin ningún defensor en metros a la redonda. Pero es que también se fallaron bandejas, tiros de media distancia... En fin, algo desastroso. La circulación de balón volvió a ser lenta y espesa, teniendo que jugar demasiadas veces al borde del límite de la posesión. Y con Kevin Larsen anulado por la envergadura de Fran Guerra y los triples golpeando en el aro una y otra vez, el Bilbao Basket se colapsó, con solo 17 puntos tras el descanso. El juego por encima del aro de Ben Lammers fue la única solución mínimamente sostenida del equipo, pero duró muy poco porque el Palma se cerró rápido cada vez que compareció en cancha. Por cierto, entre el pívot y Thomas Schreiner sumaron 29 de los 33 puntos de valoración con los acabaron los hombres de negro.

El conjunto vizcaino cedió demasiado terreno desde el arranque y pronto se vio con una desventaja considerable en el luminoso. Desacertados en ataque, con muchos problemas para buscar situaciones ventajosas y fallando tiros claros, y poco efectivos en ataque, permitiendo a los anfitriones constantes viajes a la línea de tiros libres, los de Mumbrú concedieron demasiadas alegrías a un Palma que las aceptó gustoso. El 11-4 en el ecuador del acto inaugural indicaba ya serios problemas tanto en los guarismos propios como en los del rival, pero la situación fue agravándose y, con la entrada en escena de Bivià, el luminoso se disparó hasta el 20-6. Los más de cuatro minutos sin anotar de los hombres de negro encontraron solución con la activación de Lammers y al final de los primeros diez minutos se llegó con un 22-12, con los locales habiendo viajado ya 13 veces a la línea de tiros libres. Los visitantes arrancaron en zona el segundo cuarto, lograron confundir al Palma y bajar al dígito único su desventaja (24-16) en un par de minutos. La retaguardia parecía reactivada, con Lammers haciendo un buen trabajo sobre Guerra, pero en ataque las cosas seguían sin fluir, por lo que la misión de estrechar el luminoso se convertía en una quimera. Entre malas distribuciones de bola y tiros lejanos fallados desde el bando bilbaino, los locales encontraron un sostén inmejorable para no perder el equilibrio. Además, Álex Hernández volvió a recuperar el mando de la contienda, dando un nuevo impulso a los suyos, pero un triple de Schreiner, el primer y único acierto de los nueve lanzados durante la primera parte, permitió que al ecuador de la cita se llegara con un 37-28 que dejaba aún algo de esperanza.

En la reanudación, el Bilbao Basket tuvo al Palma sin anotar durante los tres primeros minutos, pero su ataque también lo falló absolutamente todo en ese tiempo. Y cuando el Palma se reencontró con el acierto volvió a estirar el marcador, llegando con un 47-35 a los diez minutos finales. Y los visitantes, que solo habían anotado siete puntos en el tercer cuarto, arrancaron el cuarto con tres pérdidas para verse con un 53-35 adverso. En ese momento, amagaron con recuperar la verticalidad, pero el parcial de 3-10 que llevó al 56-45 fue un espejismo y los de Mumbrú se quedaron sin anotar durante los cinco minutos finales, encajaron un 11-0 y cerraron absolutamente noqueados un auténtico horror de encuentro.