COURTNEY Williams es una jugadora diferente. Tiene otra velocidad más y dosis infinitas de talento. La estadounidense fue la protagonista del partido de las cuartos de final entre el Lointek Gernika y el IDK Gipuzkoa. Anotó 29 puntos y acabó con 38 de valoración. Anotadora compulsiva que guió al conjunto gernikarra a las semifinales y desesperó a sus rivales. “Lo he intentado de todas las manera pero era imposible de parar”, reconoció resignada Toch Sarr. Fue un martillo pilón. Sumó y sumó puntos con facilidad y sin bajar el ritmo en ningún momento. Williams fue fichada para desequilibrar y amenaza con poner patas arriba la Copa.

La nueva incorporación no tardó nada en realizar su carta de presentación. Salió de titular y reclamó protagonismo desde el primer ataque. Sin miedo a nada ni vergüenza. Williams llegó a la villa foral para ser referencia ofensiva y entendió su papel. La estadounidense fue protagonista de los tres primeros ataques. Primero con un pase magistral que Valeria Berezhinska no pudo aprovechar y luego le dio una buena asistencia a Margaret Roundtree. Williams buscó sus primeros puntos al siguiente ataque con un lanzamiento, pero la pelota no quiso entrar en esta ocasión. A la escolta le costó inaugurar su marcador, necesitó más de medio cuarto para abrir su casillero particular con una buena entrada.

Aunque fue abrir la lata y no parar. Williams entró en ebullición y sacó su enorme repertorio de recursos. La norteamericana encontró en la media distancia su hábitat de juego perfecto. Sus lanzamientos desde ahí tras bote destrozaron la defensa diseñada por Azu Muguruza. Las donostiarras lo intentaron con diferentes variantes, pero Williams se las ingenió una y otra vez para generarse tiros de la nada y anotarlos con una pasmosa facilidad. Sin anotar ni un solo triple y con su zona de disparo asentada en los seis metros, el nuevo fichaje del Gernika finalizó su puesta de largo con 29 puntos en su primer botín con la camiseta granate, algo que tiene pinta de ser capaz de repetir vistas las enormes capacidades que mostró para encontrar el aro.

Williams no solo fue una máquina de anotar. Dejó muchos detalles de calidad y su capacidad para tomar decisiones en situaciones comprometidas también salió a la luz. Una jugadora que entiende el juego y tiene una marcha más que el resto de sus rivales. La norteamericana manejó muy bien el balón. Su control de bola hizo las delicias del publicó y creo pesadillas entre las rivales. Bote bajo y veloz. Imposible de robar en las transiciones. Pero Williams no solo se concentró en el bote y en romper caderas. A pesar de su baja estatura en comparación con sus principales defensoras, fue una atalaya capaz de ver cada movimiento del juego. Encontró a sus compañeras filtrando el balón en varias ocasiones por resquicios nimios y les dejó muchas canastas en bandeja. Al final, Williams finalizó el choque con ocho asistencias.

Sin embargo, en el camino de la adaptación no es todo sencillo. Hay peajes que pasar y dificultades que aparecen con el paso de las etapas. No todo fue perfecto en el juego de Williams. La estadounidense, como es lógico, pagó el hecho de haber realizado menos de cinco entrenamientos con el equipo y se mostró dubitativa a la hora de ejecutar tanto los sistemas ofensivos como para ser parte del entramado defensivo gernikarra. Eso le llevó a basar su juego en el uno contra uno. Talento puro con dosis de anarquía. Su convivencia con el balón rozó el abuso en ciertas ocasiones y provocó que el Gernika no pudiera desarrollar un juego colectivo más fluido.

Con todo, la afición gernikarra quedó encantada con su nueva jugadora. Le mostraron su apoyo desde el primer momento e intentaron que se sintiera una más a pesar de haber llegado hace menos de una semana. Williams respondió en la cancha y enamoró con su juego. Cada uno de sus puntos fue celebrado al máximo y la escolta norteamericana tuvo una despedida por la puerta grande. Fue sustituida por Marta Alberdi con el partido ya decidido y los gritos de MVP resonaron como orquesta en la bienvenida de una jugadora que demostró enormes dosis de calidad y una facilidad tremenda para lograr puntos.