La Fórmula 1 es un deporte apasionante que muchas veces deja historias que serán eternamente recordadas. Una de ellas es la de Jenson Button, un piloto que logró coronarse con una escudería que se estrenaba en la competición. El británico cuelga el casco tras una brillante carrera de 25 años, de los cuales 17 transcurrieron en la máxima categoría del automovilismo.
La historia de Button es la de aquellos que desde bien pequeños proyectan lo que van a ser en un futuro. Desde una edad temprana ya andaba con los karts y en 1998 comenzó con la Fórmula Ford británica, donde conquistó el campeonato y el Festival de Formula Ford de Brands Hatch. Al año siguiente compitió en la Fórmula 3 Británica, obteniendo un meritorio tercer puesto en la clasificación general. Logros que le hicieron dar el salto definitivo a la Fórmula 1 en el año 2000 de la mano de la escudería `Williams´. Tenía 20 años y apenas un año de experiencia con monoplazas de alto nivel, pero supo desenvolverse bien en el año de su debut y consiguió puntos ya desde el segundo Gran Premio.
Benetton, un equipo con una amplia historia que pasaba por un período de transición después de sus años dorados en los noventa, lo fichó en 2001. Al año siguiente, la estructura se renombró a Renault, y Button permaneció allí en 2002, erigiéndose como un piloto rápido y regular. A pesar de su avance, el equipo decidió reemplazarlo por un joven asturiano que les sonará: Fernando Alonso. Motivo suficiente para buscar nuevos retos.
Su próximo paso fue en 2003 con British American Racing (BAR), donde encontró la estabilidad que buscaba. En esa escudería experimentó uno de sus primeros picos de rendimiento, ocurridos en el año 2004. En esa temporada, terminó tercero en el campeonato mundial, por detrás únicamente de los Ferrari de Rubens Barrichello y Michael Schumacher, y acumuló diez podios y una pole. Fue la campaña de su consolidación.
En 2006, BAR se convirtió oficialmente en Honda. Ese año logró su primera victoria, y lo hizo con la épica que le caracterizaba: en el Gran Premio de Hungría, con lluvia y partiendo de la decimocuarta posición. Los años posteriores fueron inestables, pero en 2009 tuvo su mejor momento: ganó el campeonato mundial al volante del asombroso `Brawn GP´ tras obtener seis victorias en las primeras siete carreras. Una temporada que aún es recordada.
En 2010 ficha por McLaren, donde permaneció 6 años logrando nueve victorias y un meritorio subcampeonato mundial en 2011, que acabaría llevándose el piloto alemán Sebastian Vettel. Su última carrera en Fórmula 1 fue en Mónaco en 2017 sustituyendo a Fernando Alonso, que se encontraba disputando las 24 horas de Le Mans.
A pesar de abandonar la categoría reina, siguió disputando otras competiciones automovilísticas. En 2018, se convirtió en campeón del Super GT japonés con Honda y participó en el Mundial de Resistencia (WEC) y en las 24 Horas de Le Mans. En los años posteriores, participó en la serie eléctrica Extreme E y se presentó en NASCAR algunas veces. Asimismo, se mantuvo cerca del deporte que definió su carrera al trabajar como analista y comentarista para `Sky Sports F1´.
2009, el año de su coronación
Nadie puede imaginar que una escudería recién reformada gane un mundial de Fórmula 1 en su primer año, sin embargo, en 2009, lo imposible se hizo realidad. Todo comenzó con la retirada de Honda al final de 2008, dejando al equipo al borde del abismo. Fue en ese momento cuando Ross Brawn, un ingeniero británico, tomó el mando. Compró el equipo y lo renombró como `Brawn GP´, con un personal reducido, motores Mercedes modificados de manera urgente y recursos escasos, un cóctel que no invitaba al optimismo.
No obstante, la temporada comenzó de forma espectacular. En el Gran Premio inaugural, que tuvo lugar en Australia, Button consiguió la pole y ganó, mientras que su compañero Rubens Barrichello completó un 1-2 histórico para un equipo recién llegado. El piloto inglés consiguió seis victorias en las primeras siete carreras, lo que le permitió establecer una ventaja clara en el campeonato que ningún competidor pudo revertir a tiempo.
Una de las claves de su éxito fue el famoso `doble difusor´. Los ideólogos de este coche se basaron en una laguna en el reglamento para crear una pieza que fue diferencial. Este aparato, que se encontraba en la parte posterior del automóvil, facilitaba el manejo del flujo de aire y lograba así incrementar la adherencia sin tener que penalizar la velocidad en línea recta. Su eficacia fue inmediata: Button y Barrichello, compañero del inglés por aquel entonces, dominaron las primeras carreras sin encontrar oposición ninguna. Los ingenieros habían encontrado oro debajo de las piedras.
Pese a que otros equipos empezaron a reducir las diferencias después del verano, la estabilidad de Button y la confiabilidad del BGP 001 garantizaron que el inglés se convirtiera en campeón mundial en el Gran Premio de Brasil, antes de la última carrera del año. Simultáneamente, `Brawn GP´ se convirtió en el campeón de constructores, un hito inédito para una escudería debutante. Button terminó el año con 6 victorias en 17 carreras y consiguió 95 puntos, su perseguidor Vettel, en cambio, no pudo materializar la remontada y quedó en segunda posición con 84 puntos.
La del 2009 será recordada como una de las mejores temporadas en la historia de la Fórmula 1.
La familia llama a la puerta
25 años de carrera han sido suficientes para un piloto que ahora tiene otras prioridades, y la primera de esa lista es la familia. "Mis hijos tienen cuatro y seis años, y cuando estás fuera una semana te pierdes tantas cosas... este tiempo no vuelve. Siento que me he perdido mucho en los últimos dos años, lo cual no me importó porque sabía que eso pasaría, pero no estoy dispuesto a hacerlo de nuevo otra temporada", comentó en una entrevista con 'BBC Radio Somerset'. El campeón pondrá punto y final a su etapa como profesional en el mundo del motor en `Las 8 horas de Bahréin´. “Esta será mi última carrera. Siempre me ha gustado Baréin; creo que es un circuito divertido y voy a disfrutarlo al máximo porque este será el fin de mi carrera profesional como piloto”, explicó en el citado medio.
El inglés se va con un campeonato en el bolsillo y con el cariño de todos los amantes del automovilismo, que ven cómo una de las leyendas menos sonadas de la élite automovilística dice adiós.
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