Naia Laso se llevó el World Skating Tour de Dubai y presentó sus credenciales para los Juegos Olímpicos de París del próximo verano. La skater bermetoarra se colgó la medalla de oro en la ciudad de Emiratos Árabes con una tarjeta de 93,46 puntos, algo sublime; y lo hizo además ganando a la japonesa Hiraki Kokona, vigente campeona del mundo y actual subcampeona olímpica, que consiguió 91,60 puntos. La vizcaina, de tan solo 15 años, llegó a esta parada del circuito internacional con la intención de “ir pasando rondas”, pero tras superar las semifinales como segunda clasificada, en la final ya fue a por todas. Así, en esta prueba, Laso dejó atrás a países referentes en skate como Japón, Estados Unidos o Australia.

Con este rotundo triunfo, Laso logró los puntos necesarios para meterse en la lucha por una plaza olímpica. Y es que esta competición en Dubai era la última prueba puntuable de la primera fase hacia París y la bermeotarra lo ha clavado. A partir de ahora, el World Skate llevará a cabo una ronda final de clasificación que tendrá dos paradas: Shangai del 16 al 19 de mayo y Budapest del 20 al 23 de junio. De esas dos pruebas saldrán las 22 skaters que pugnen finalmente por el oro en los Juegos de París. En esas dos pruebas, sin embargo, se arrastrarán los resultados anteriores del ciclo olímpico, con Naia como cuarta clasificada del ranking, sólo por detrás de la ya mencionada Hiraki, de la también japonesa Hinano Kusaki y de la estadounidense Sky Brown, todas de 15 años.

¿Quién es Naia Laso?

Nacida en Bermeo en 2008, Naia Laso está considerada como la niña prodigio del skate estatal. Y argumentos ha dado para ello. Empezó a disfrutar de este deporte con 7 años y con 12 ya se proclamó campeona estatal. Después se dio a conocer en el panorama internacional al quedar séptima en el STU de Río de Janeiro. Pero es que con 14, la vizcaina ya fue quinta en el pasado Mundial de skate y a pesar de ello mantuvo la humildad de no postularse muy en serio para los Juegos, aunque reconoció que serían su sueño: “Si llego, estaría súper contenta porque, a lo malo, sería top-20 del mundo y eso me haría mucha ilusión”.

Sin embargo, cuando se baja de la tabla, la bermeotarra es una adolescente normal que combina sus estudios en un instituto de la localidad costera con los entrenamientos en Bilbao, donde acude casi todas las tardes para seguir perfeccionando sus trucos.