El fútbol, como la vida, acostumbra a dar mil vueltas y una de ellas ha llevado a Gaizka Larrazabal (Bilbao, 17-XII-1997) como cedido al Amorebieta, donde el vizcaino pretende recuperar su mejor versión después de rescindir su contrato con el Athletic en octubre del año pasado para fichar por el Zaragoza, club que posee sus derechos hasta 2023 y donde no encontró el pasado curso la continuidad deseada. Ibaigane, que se guardó una opción de recompra al término de la pasada campaña y esta, mantiene en su radar al bilbaino, reconvertido en carrilero derecho por Iñigo Vélez, una de las claves del aterrizaje de Larra en Urritxe.

Cuatro puntos en otras tantas jornadas. ¿Qué valoración hace del inicio del curso en el plano colectivo?

—Antes de llegar yo el equipo jugó dos partidos en los que no tuvo esa pizca de suerte para puntuar, pero conseguimos los tres primeros puntos en la categoría ganando al Almería y para mí fue muy bonito. Sobre todo, por ver las caras de felicidad de todos los compañeros, porque ganar es lo que te da ese impulso para afrontar con más confianza y ganas todo lo que viene.

Lo cierto es que ya han ganado, perdido y empatado en la categoría dando además la cara en todos los partidos. En Ibiza, aun así, sufrieron de lo lindo para rascar un punto.

—Sí, sufrimos muchísimo y tenemos que dar como bueno ese empate, porque fue un partido muy difícil en el que corrimos un montón. Si algo tiene este equipo, no obstante, es esa capacidad de sufrir y de sacrificio estando todos juntos, aunque el míster ya ha dicho que está bien correr, pero hay que hacerlo con cabeza. En Ibiza hubo varios momentos del partido en el que nos faltó ir un poco mejor a la presión para dosificarnos.

LaLiga SmartBank les va a exigir al máximo de principio a fin. Lo tienen interiorizado.

—Es una división en la que cualquiera puede ganar un partido sea contra quien sea. Esta temporada veo incluso una mayor igualdad que el año pasado y creo que va a ser un año bonito, porque esa igualdad que hay da más opciones a clubes como el nuestro que pisan la categoría por primera vez.

En lo que a usted respecta, en Ibiza firmó su primera asistencia de gol y a punto estuvo de marcar en el tiempo de prolongación. ¿Va reencontrándose a sí mismo?

—Sí, lo que más me preocupaba era recuperar la confianza que me faltó en Zaragoza. Por falta de minutos o por lo que fuera la había perdido un poco, pero tras llegar al Amorebieta, jugando encima en una posición a la que no estaba acostumbrado a jugar nunca y que te exige un mayor trabajo, voy encontrándome más a gusto cogiendo hábitos que me van a ayudar mucho de cara al futuro. Todo eso se ve reflejado en el campo.

¿Qué gana y qué pierde actuando como carrilero y no como extremo puro?

—Pierdo una mayor presencia arriba, algo que siempre me ha gustado tener y que me ha caracterizado. En el segundo año con el Bilbao Athletic, por ejemplo, pude hacer nueve goles e intervenir en muchas acciones de gol, pero adaptarme a mi nueva posición me va a permitir mejorar en el aspecto defensivo y crecer como futbolista. El día de mañana sabré jugar como extremo, carrilero y lateral.

Confianza y continuidad. ¿Es lo que necesita para recuperar su mejor versión y volver a ser aquel jugador que marcó diferencias en el Bilbao Athletic?

La confianza es el 90%, por no decir el 100% de lo que hace un jugador en el campo. El fútbol está inventado y estas cosas son así. Cuando uno no juega habitualmente es difícil que salga un día y dé lo mejor de sí mismo. En mi caso necesito ir cogiendo sensaciones poco a poco a base de acumular minutos, porque quiero mostrar al Larra que yo conozco y que es capaz de dar el 100% de su nivel.

¿Habló con Iñigo Vélez antes de aceptar la cesión al Amorebieta?

—Sí, porque otra de las cosas que me preocupaban era que iba a jugar en una posición nueva para mí como es la de carrilero. Necesitaba que él me dijese lo que quería y necesitaba de mí y que me transmitiera su confianza para poder estrenarme con cierta tranquilidad en esa demarcación.

¿Fue esa conversación lo que le permitió decidirse?

—Bueno, siempre digo que cuando vas a recalar en un equipo es fundamental saber la opinión del entrenador sobre ti, porque te puede fichar el director deportivo o quien sea, pero es el míster quien te tiene que ver al final en su equipo. De todos modos, poder volver a casa y tener el calor de la familia y de la gente que te quiere fue otro factor importante, porque fuera hace más frío.

Su fichaje por el Zaragoza en octubre del año pasado no salió como usted esperaba.

—Fue un año muy difícil para mí. Era la primera vez que salía de mi zona de confort, del entorno de casa, llegué allí tras pasar el covid y no tuve un buen inicio. La situación del equipo tampoco ayudó al tener por primera vez en mi carrera tres entrenadores en una temporada, pero aun así no hago una valoración negativa de todo ello. Para mí fue un aprendizaje y prefiero que me haya pasado con esta edad, porque me ayudará a saber reaccionar en futuras ocasiones si vuelve a repetirse algo similar. Ahora solo quiero mirar hacia delante y ojalá haga un muy buen año para volver al Zaragoza y disfrutar también jugando allí.

Tener que salir del Athletic tras completar una única temporada como león (2019-20) no le resultaría fácil. ¿Cómo recuerda el momento en el que se decidió que fuera así?

—Fue una decisión mía que, haciendo una valoración posterior, no sé si fue precipitada o no, pero creía que durante la temporada que estuve con Gaizka Garitano merecí más oportunidades y al no tenerlas, pensé que debía buscar minutos. En ningún momento me importó bajar de categoría. Lo único que quería era seguir creciendo como jugador y considero que ir al Zaragoza, aunque no tuviera suerte después, fue una muy buena salida al ser un gran club. Salí en ese sentido contento del Athletic, pero triste también al ser del Athletic desde pequeño y ser ahí donde quería crecer, si bien siempre he pensado que, si tienes que volver a casa, ya volverás.

¿Le dio alguna explicación Garitano de por qué no contaba apenas para él?

—Hay entrenadores que quizá no se den cuenta o no sea su manera de actuar, pero la comunicación entre entrenador y jugador me parece fundamental y es algo que me faltó, porque yo entrenando me veía muy bien. No quiero decir que el futbolista deba recibir todas las explicaciones del mundo, pero sí tiene que haber un mínimo de información y comunicación para que el jugador sepa qué puede hacer para mejorar o ser visto con mejores ojos.

¿Lo pasó mal?

—No es el hecho de pasarlo mal, porque era mi primer año en Primera División. Piensas en toda la gente que sueña con eso y no puedes ser egoísta tampoco y creer que tienes que jugarlo todo, pero sí tener alguna oportunidad más. Aun así, no me iba triste a casa por no jugar, porque solo el hecho de entrar en una convocatoria en la que estaban jugadores como Iker Muniain, Iñaki Williams, Raúl García o Aritz Aduriz durante la primera vuelta ya me hacía pararme a pensar en que estaba yendo en el bus con todos ellos. Por eso recuerdo aquel año con mucha alegría y felicidad, porque me faltó jugar más, pero pude debutar en Primera División con el Athletic.

Su aita es un mito en el club rojiblanco. No le habrán faltado sus consejos.

—Él me dice lo que comentaba antes, que si tengo que volver al Athletic volveré y que tengo que seguir trabajando, mirar por mí mismo y lo que tenga que llegar, llegará.

El Athletic mantiene una opción de recompra por usted una vez finalice esta temporada. ¿Confía en que esa puerta vuelva a abrirse?

—Creo que esa puerta nunca se cierra. Si haces las cosas bien y estás a un gran nivel, siempre puede darse esa posibilidad, independientemente de que haya una opción de recompra o no.

Aun así, ¿piensa en esa opción de que el Athletic decida recuperar sus servicios de cara a la próxima campaña?

—De vez en cuando sí pasa por mi cabeza, porque es algo que me gustaría, pero pensar demasiado en ello no creo que me ayudara. Tengo que pensar en cada partido y en cada fin de semana, porque pertenezco al Zaragoza y ahora voy a luchar por el Amorebieta pensando que el año que viene tendré que volver allí a demostrar lo que no pude demostrar el año pasado.

¿Cuál es su sueño a día de hoy?

—Como futbolista, llegar al nivel más alto posible y jugar contra los mejores jugadores del mundo.

En el Amorebieta puede relanzar su carrera, aunque jugar no está barato. San José, pese a su nombre, solo ha sido titular en una de las cuatro jornadas de liga.

—Trabajando bien todo el mundo va a tener la opción de jugar y sé que no me puedo relajar, porque tanto en los primeros partidos que no estuve yo, como en los dos últimos ha habido bastantes cambios en el once.

La unión del vestuario es un punto a favor en la búsqueda de la permanencia.

—Sí, el grupo es muy familiar y, si algo he comentado en casa, es que desde el primer día que llegas sientes que llevas mucho tiempo ahí. La gente te da todas las facilidades del mundo, con unos he coincidido en el mismo equipo y con otros he jugado en contra, pero el hecho de que todos seamos de aquí une mucho.

¿Es optimista de cara a poder dejar al Amorebieta un año más en LaLiga SmartBank?

—Vamos a ir partido a partido y paso a paso sin pensar en exceso en el largo plazo, pero ser optimistas es fundamental. Siempre hay que serlo y más aún después de ver cómo el club consiguió ascender de categoría la pasada temporada.

Tras la victoria del Oviedo el lunes en Huesca vuelven a ocupar puestos de descenso, pero esto es una carrera de fondo como bien dice.

—No miro mucho la clasificación. Tenemos que pensar en nosotros mismos, en entrenar bien y poner el foco en el partido de este sábado contra el Burgos.

Será el segundo encuentro como locales en Lezama. ¿Qué supone para usted?

—Me trae grandes recuerdos al ser el campo en el que me he visto a mi mejor nivel y donde crecí mucho como futbolista. Cada vez que piso esa hierba me siento tranquilo y con confianza.

Se van a medir a un Burgos que viene de golear en casa al Valladolid. ¿Qué partido espera?

—Será duro. El Valladolid es uno de los favoritos para entrar en el play-off y el Burgos le marcó tres goles en el primer tiempo siendo otro recién ascendido como nosotros. Eso demuestra la igualdad que hay y que cada partido va a ser una dura pelea, pero es muy importante que nos hagamos fuertes en casa.

“Si algo tiene este equipo es capacidad de sufrir, pero el míster ya ha dicho que hay que correr con cabeza”

“La igualdad que hay da más opciones a clubes como el nuestro que pisan la categoría por primera vez”

“Adaptarme a mi nueva posición me va a permitir mejorar en lo defensivo y crecer como futbolista”

“La pasada temporada en el Zaragoza fue un aprendizaje para mí y prefiero que me haya pasado con esta edad”

“Salir del Athletic fue una decisión mía y no sé si fue precipitada o no; pensé que debía buscar minutos”

“Lezama me trae grandes recuerdos; cada vez que piso esa hierba me siento tranquilo y con confianza”