EL 14 de mayo de 1980, un desconocido cambió la fortuna del alpinismo vascocima del Everest.Zabaleta gritó tan fuerte que su mensaje llegó a sus compañeros del campo base en una época sin móvilesel primer vasco en tocar el techo del planeta inmortalizó el momento con 15 minutos de fotografíasclavó la ikurriña para que todo sucesor supiera que por allí ya había pasado Zabaleta.

Quien devolvió la ambición al alpinismo y originó la aparición de una nueva y buena generación de devotos de la montaña. esa cumbre "fue el inicio de la edad moderna de nuestro alpinismo" Iñurrategi.

De hecho, el de Aretxabaleta asimiló tan rápido aquellas enseñanzas que no solo formó parte de la siguiente expedición vasca que coronó con éxito la cima del Everest, sino que en aquel 25 de septiembre de 1992, junto a su hermano Félix, Patxi Fernández y Juan Mari 'Pitxi' Eguillor, se convirtió en el montañero más joven en ascender la montaña más alta del mundo sin oxígeno. Sin embargo, más allá de la gesta deportiva de Zabaleta y sus amigos, que fue histórica, Iñurrategi destaca que la principal lección que recibieron de ese grupo de escaladores fue la relacionada con "la responsabilidad ética": "Nos dieron una estupenda clase de lo que es un equipo, un compañero de cordada. Porque todos recordamos el nombre del sherpa que estuvo con Zabaleta, porque en esa época aprendimos que los porteadores de altura también llegan a la cumbre, pero en las expediciones de ahora no se les tienen en cuenta".

Y es que 40 años son muchos y pasan muy rápido, sobre todo para la montaña más alta del mundo. Porque Zabaleta la holló en una época en la que solo se condecían dos permisos al año y cada uno se tenía que abrir su propia huella. Una época en la que querer subir allí arriba era algo de chalados y en la que lo esencial eran los crampones y un buen abrigo. Aunque el hernaniarra acabará acompañado por un rosario regalado por el Papa a una expedición polaca, un termómetro, una bandera de Nepal y una orgullosa ikurriña. Zabaleta hizo historia cuando subir al Everest era muy peligroso y no un trekking de altura, cuando poco más de un centenar de afortunados habían pisado su cumbre y el himalayismo era solo para los admirados chiflados. "Ahora la gente no quiere arriesgarse, se hacen planteamientos minimizando los riegos y entonces se pierde el valor esencial del alpinismo que es la emoción, esa erótica del riesgo... Lo único que no cambia es que todavía hoy en día el Everest sigue siendo el objetivo principal de mucha gente", reflexiona Iñurrategi.

El 14 de mayo de 1980, en el segundo intento de una expedición vasca en el Everest, Zabaleta conseguía coronar la montaña más alta del mundo. Se convirtió en el primer vasco que pisaba el techo del planeta. Fueron 12 horas larguísimas por la vía del collado sur, un camino lleno de nieve blanda y congestionado por la niebla. Fue una ascensión muy complicada, caótica, en la que tanto Zabaleta como Pasang Temba sufrieron por la escasez de oxígeno artificial. De hecho, el sherpa habló de retirarse, pero el hernaniarra vio tan cerca la cima que aceleró el paso. Fueron tantas horas de ascenso que, cuando hicieron cima alrededor de las 15.35 horas, ya era muy tarde para bajar. La noche se les echaba encima.

Deshicieron sus pasos con rapidez, pero Pasang estaba muy cansado. Débil. Intentaron continuar, pero el sherpa cayó y quedó colgado de una fina cuerda a más de 8.000 metros de altura. Zabaleta reaccionó rápido, pero fue una señal inequívoca: tenían que parar. Montaron un vivac improvisado en una grieta, se sentaron sobre sus mochilas y vieron la noche pasar. Sin comida, ni bebida.

Porque, como bien recuerda Iñurrategi, la gesta de Zabaleta no fue de un solo hombre, sino de todo el equipo. Fue de

Sin expediciones. Aprovechando el cierre de fronteras a causa de la crisis sanitaria, una expedición china se encuentra ya en el Everest con una única misión: medir su altura. El coronavirus ha provocado que el Gobierno de Nepal cancele todos los permisos de este año, impidiendo las polémicas imágenes que se hicieron virales la primavera pasada en las que centenares de personas hacían cola para hollar la cima más alta del mundo; por lo que un equipo chino está aprovechando la ausencia de aglomeraciones para verificar si el Everest alcanza los 8.848 metros, que es la altitud aceptada. La idea de esta expedición, que ya ha iniciado los trabajos preliminares de investigación situando a un grupo de científicos en el campo base de la vertiente tibetana de la montaña, es utilizar el sistema de navegación satelital chino Beidou, competencia del GPS, y otras herramientas tecnológicas.

El 14 de mayo de 1980, un desconocido Martín Zabaleta se convirtió en el primer vasco que logró coronar el techo del mundo

"Esa expedición y esa generación fueron el inicio de la edad moderna del alpinismo vasco", reconoce Alberto Iñurrategi